Capítulo 8 (III)

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Mis compañeros defienden su parte magistralmente bien; está claro que se han preparado y el tribunal parece notarlo. Cuando llega mi turno, como es lógico, me extiendo mucho más que los demás, dado que tengo que exponer dos temáticas, la mía y la de David. Durante los primeros minutos, el profesor principal sonríe y se ajusta el reloj, mientras me mira con unos ojos azul oscuro insondables, pero evito el contacto visual con él en concreto y sigo adelante.

Poco a poco, me relajo y empiezo a sentirme a gusto. Para cuando he terminado, ya estoy completamente calmada, como pez en el agua. Inmediatamente después de que finalizo mi intervención, el profesor toma la palabra. Por su tono de voz y el modo en que se dirige a nosotros es evidente que nos hace responsables por la falta de un integrante del equipo y me parece injusto, pero no digo ni mu porque ahora mismo tiene nuestro cuarto año en la mano. Nos hace al menos un centenar de preguntas, pero ninguno se amilana, mantenemos el tipo y se las respondemos todas con total seguridad.

Cuando se da por satisfecho, nos manda a salir de la consulta para discutir con el resto del tribunal nuestra nota. A los tres minutos volvemos a entrar y nos comunica que los cuatro terminamos con 5 puntos, excepto David, él tiene que presentarse a un examen extraordinario teórico si no quiere perder la rotación. Suspiro profundamente aliviada cuando me encamino hacia la salida del hospital.

<<Se acabó. He terminado la rotación con todos los puntos y solo me falta una especialidad para terminar el cuarto año de la carrera.>>

Es lunes, pero tenemos el resto de la semana libre porque estarán exponiendo los demás grupos del año, así que mis compañeros de equipo se reunirán hoy en la casa de Sandra para celebrar la nota. Me han invitado pero me he negado; tengo otros planes para hoy. Sonrío de oreja a oreja. Estoy impaciente por volverlo a ver. Marco el número de Jhoni, pero no me contesta, así que le envío un mensaje diciéndole que estoy viva y pidiéndole que me llame en cuanto pueda. Luego llamo a mis padres y les cuento que todo ha salido bien y que ya estoy de regreso.

Me gustaría contarle también a él, pero entonces caigo en la cuenta de que no tengo su número. No me lo había planteado, pero definitivamente me gustaría estar en comunicación con él. Detengo mis pensamientos por la posibilidad de que mis... ¿ideas? no estén en consonancia con las suyas. Cuando llego a casa, ya es mediodía. Mi mamá está feliz por mí, y a sabiendas de que tendré que lidiar con su insistencia y tenacidad, aprovecho para decirle que iré al hotel con el pretexto de que los CNCO me han hecho otra invitación.

<<Buena excusa. Y creíble, ¿no?>>

Por lo menos no es del todo mentira y me parece mucho mejor que "Quiero ver a Zabdiel de Jesús y hacer el amor con él, como lo hicimos ayer y antes de ayer también". Para mi sorpresa, acepta sin que tenga que darle muchas explicaciones y me asombra que por una vez no ponga peros ni haga preguntas. Sin hacer demasiado evidente mi euforia, termino de almorzar y me baño en un santiamén. Escojo mi ropa: mini falda short a cuadros rojos y negros, body de encaje rojo con mucho escote -que espero que a Zabdi le guste- y zapatos de tacón mediano.

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Hazme Tuya (CNCO Hot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora