Hazme Tuya (CNCO Hot)

Capítulo 7 (VII)

Hunde nuevamente la cuchara en el vaso de helado para luego, con una expresión oscura y divertida, llenarme los labios del frío chocolate, sin darme apenas tiempo a reaccionar. Me relamo expresamente y siento como el helado se derrite en mi boca; inmediatamente le devuelvo el golpe y terminamos riéndonos a carcajadas.

<<¿Por qué me siento como si midiera tres metros cuando la hago reír?>>

Sin darse cuenta, se quita un resto de la comisura de los labios con el dedo, se mete el dedo en la boca y lo chupa. Mi entrepierna se agita en respuesta, y algo se ilumina en mi cabeza.

<<Lo tengo.>>

-¿Bailamos? -Le sugiero, cuando acabamos nuestra merienda.

Me mira sin entender y enseguida continúo:

-Podemos poner música y bailar aquí.

-¡Venga, sí! -Acepta con entusiasmo, levantándose de un salto de la cama.

Pasamos el resto de la tarde entre coreografías, risas y besos. Me sorprende lo rápido que se aprende los pasos y me encanta verla bailar las coreografias de nuestras canciones, con esa gracia que tiene para mover sus caderas.

<<Es de lo más sexi que he visto.>>

Ella también me enseña algunos pasos, aunque no ha dado tiempo a bailar una canción completa. Cuando nos hemos aprendido una secuencia de pasos, me sugiere que lo grabemos para vernos luego y su idea me parece genial para poder recordarla cuando no esté aquí. Terminamos sudados y viendo los videos que hemos hecho.

<<Está increíblemente buena.>>

Puedo sentir como mi entrepierna se va endureciendo ante las imágenes de su precioso cuerpo moviéndose al ritmo de la música. Ahora está sentada en mi regazo, por lo que debe sentir el bulto que ha empezado a crecer contra su delicioso culo. De pronto se gira para quedar frente a mí. Nuestros ojos se encuetran y veo que los suyos arden. Y ahí está esa extraña atracción eléctrica, crepitando entre nosotros, apoderándose de mí... de los dos. Al segundo, su boca se abate sobre la mía. Atrapo sus labios con los míos y nuestros dientes chocan, pero consigo meterle la lengua en la boca. Es dulce y exquisita.

<<Oh, estos labios.>>

Se enciende entre mis brazos, hunde las manos en mi pelo y me da un fuerte tirón. Gruñe sobre mi boca, lo que me permite penetrar más hasta el fondo, y ella corresponde mi beso. Lo hace con pasión desatada y entrelaza su lengua con la mía. Me saborea, me toma, se entrega. El deseo prende fuego en mi cuerpo, como un incendio forestal cuyas llamas lamen la madera seca.

<<Estoy tan cachondo...>>

La deseo ahora, aquí, en este sofá, y ella también me desea.

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