Capítulo 3 (II)

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Llega a dónde estoy y me lo pasa, se echa la rubia melena hacia atrás y espera mi reacción. Es un precioso vestido rojo cardenal, corte princesa, que no le debe llegar ni a la mitad del muslo, con delgados tirantes y adornado con tres mariposas a la altura del inicio de la falda.

-Uau Male, está precioso. Me encanta.

-Sííí, amiga. -Me responde sonriendo, mientras lo recupera y se planta frente al espejo para presentárselo; en efecto, le queda genial. -Todavía tengo que pensar en el maquillaje para cuando lo estrene.

<<Mira que coincidencia.>>

-Pues entonces... -Le digo mientras saco un paquete plateado de mi cartera y se lo entrego. -Puedes ir probando con esto.

Malena sonríe más todavía e inmediatamente tira de la cinta rosada que adorna el paquete. Al ver el contenido, su cara se ilumina y casi a gritos, me dice:

-Samantha, ¡¡¡la paleta de la última edición limitada de Kylie Cosmetics!!! ¡¡¡Y un set de brochas profesionales!!!

-¡Pues sí! Feliz cumpleaños, Male. -Le respondo encantada porque sé que le ha gustado.

Deja el presente en un rincón de la cama que está todavía desocupado y dando saltitos, aplaude con la cara dividida en dos por la sonrisa; luego hace que me levante del asiento y me abraza con fuerza.

-Me ha encantado, Sami. Gracias. -Me asegura separándose de mí y tomando mis manos entre las suyas.

-Me alegra mucho, esa era la idea.

Después de admirarlo unos segundos más, intenta rehacer de nuevo el paquete, pero al fracasar tras varios intentos, se da por vencida y lo guarda en una gaveta.

-¿Por qué han llegado a estas horas? -Me pregunta haciendo un puchero cuando ha recuperado la compostura.

-Estábamos en un ensayo de la compañía.

Omito el detalle de que he conocido a los CNCO por el bien de ellos. Aunque no estoy segura de que sea su fan, Malena, sin proponérselo, puede llegar a ser un incordio. Río para mis adentros recordando cuando éramos niñas.

-Ah, sí, Hansel me ha contado... ¿Y cómo van él y Jhoni?

Desde siempre, el amor platónico de mi amiga ha sido Jhoni. La noticia de que él es homosexual no le vino nada bien y recuerdo haber pasado días intentando consolarla. Por suerte, ahora mismo tiene algo parecido a un novio, aunque sospecho que todavía su corazoncito no ha sanado. Sin pensármelo, le digo la verdad:

-Les va bien. Se adoran. -E inmediatamente, opto por desviar el tema y le pregunto. -¿Y el chico del que me hablaste?

Me responde al instante:

-Está arriba. Venga, vamos. Deja el bolso aquí.

Decido dejarme la chaqueta porque imagino que la temperatura en la azotea debe ser fresca. Malena me ofrece su brazo y juntas recorremos a la inversa el mismo camino que seguimos para llegar a la habitación. Una vez fuera, subimos por la escalera que lleva a la terraza. Llegamos al segundo piso y echo un rápido vistazo al entorno: deben haber unas quince mesas como mínimo, cada una con cuatro sillas a su alrededor. Las luces de colores que titilan y parpadean son la única iluminación del espacio, que está lleno de chicos y chicas con vasos rojos de plástico en la mano. Algunos bailan al ritmo de la música, otros pretenden conseguir a alguien con quien terminar la noche, y unos pocos ocupan las sillas e intentan conversar por encima de la música. Avanzo por el nutrido reguero de gente de la mano de mi amiga y me siento el blanco de las miradas de poco más de media fiesta.

<<¡Qué incómodo! ¿Los hombres no se darán cuenta de lo fastidiosa que resulta para las mujeres su mirada lasciva?>>

Agradezco al cielo porque ninguno se me acerca. Llegamos al minibar y Malena me entrega un vaso rojo.

-¿Qué es esto? -Le pregunto, intentando descifrarlo bajo la escasa luz.

-Arecha.

Le sonrío ampliamente, ella sabe que me gusta. Me he pasado la noche con ganas de sentir algo de los efectos del alcohol en mi organismo, y si es con arecha, pues mejor. Bebo un sorbo y cuando me aparto el vaso de los labios, me doy cuenta de que detrás de mi amiga está un chico ¿besándole el cuello? Tiene la piel blanca, es alto, delgado, de pelo rubio y engominado cuidadosamente, lleva un piercing en la ceja y otro en el labio. La abraza por la cintura y me fijo en que sus brazos están un poco tatuados. Ella sonríe y el chico le susurra algo al oído que la hace reír con ganas. Se da cuenta de que los observo y entonces me presenta:

-Ernest, te presento a mi amiga Samantha. Sami, él es mi novio Ernesto.

Balbuceo un "Encantada", forzando una sonrisa. No me gusta su forma de mirarme, como si fuera algo comestible; al instante lo detesto. Demora mucho más de lo estrictamente necesario en apartar la vista y eso me disgusta bastante. Doy gracias en silencio porque Male no se haya percatado de lo que acaba de hacer su descarado novio. Localizo con la mirada a Jhoni y a Hansel. Ambos tienen un vaso rojo en la mano y están conversando con Javier. Enseguida me disculpo con Malena, que en mis narices ha empezado a manosearse con el tal Ernesto y, atravesando entre los invitados que se han congregado mientras beben y bailan, llego al otro extremo del espacio, donde están mis amigos conversando animadamente con Javier.

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Hazme Tuya (CNCO Hot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora