Hazme Tuya (CNCO Hot)

Capítulo 7 (IX)

Tomados de la mano, avanzamos por el vestíbulo del hotel en dirección a las amplias puertas de cristal de la entrada.

-Gracias por este fin de semana, Samantha. Ha sido... increíble. -Confieso cuando nos detenemos al lado de la hermosa fuente que adorna el espacio.

Ella levanta la vista y me mira con los ojos brillantes.

-¿Nos vemos mañana? -Sigo diciendo. -Puedo pasar a buscarte por donde me digas.

-Nos vemos mañana, pero es mejor que no salgas de aquí. -Contesta, y la esperanza que resuena en sus palabras me emociona.

Inclino la cabeza para acercar mis labios a los suyos y espero hasta que ella alza la boca hacia la mía y cierra los ojos. Quiero darle un beso breve, casto, pero en cuanto nuestros labios se tocan ella se lanza contra mí, me aferra el cabello con las manos, su boca se abre y su lengua se vuelve apremiante. Aprieto mi mano contra la parte baja de su espalda, la presiono contra mí y la beso más profundo, correspondiendo a su pasión.

<<Dios, cuánto la deseo.>>

-¿No puedo convencerte de que te quedes? -Susurro en la comisura de su boca, y mi cuerpo reacciona endureciéndose.

Sé que es una desconsideración de mi parte preguntarle algo así, pero no he podido evitarlo.

-Me encantaría, de verdad, pero no puedo.

La ternura de su voz debería de haberme provocado una calidez agradable; en su lugar, es como si alguien me hubiera vaciado un cubo de agua helada sobre la cabeza, llevándome muy lejos del mundo de fantasía que había creado. Cierro los ojos y apoyo la frente contra la suya, hundo la nariz en su pelo e inhalo su aroma dulce, delicioso, y lo grabo en mi memoria.

<<Basta. Es suficiente.>>

Retrocedo un paso y la suelto.

-Hasta mañana, nena.

-Hasta mañana, Zabdi.

Echa a andar, arrastrando su maleta, y observo, parado junto a la fuente, como enfila el camino de entrada y se sube al taxi; la pierdo de vista cuando el carro se aleja por la calle. Me quedo plantado, de pie, mirando hacia la lejanía como un idiota. Sacudo la cabeza y fastidiado porque ha tenido que irse, vuelvo a la suite. Me dejo caer en el sofá y no puedo reprimir una sonrisa de bobo. Cierro los ojos y la vuelvo a ver, con sus labios alrededor de mi miembro.

<<Oh, Dios.>>

Hago entrar en vereda a mi cuerpo descarriado e intento continuar con la canción.

<<Mañana la volveré a ver.>>

Después de poco más de una hora, en la que no he podido parar de pensar en ella y he volcado en la música todo lo que me gustaría decirle, me dispongo a cambiar de actividad. Al levantarme del sofá la recuerdo inclinada sobre el respaldo, con su glorioso culo alzado. Mi cuerpo se remueve y mientras me pongo el pantalón de chándal, decido qué haré en lo que queda de la tarde.

<<Tengo que quemar este... exceso de energía.>>

Correr en la cinta siempre me relaja. A esta hora somos pocos en el gimnasio del hotel: dos hombres más aparte de mí y una mujer, que corre en otra cinta. El tiempo pasa y creo que ya he tenido suficiente por hoy. Es bastante más tarde de lo que creía, ya ha oscurecido y el hotel está muy tranquilo. Al doblar por el pasillo donde se encuentra mi suite, distingo a Renato que, acompañado por Chris, Richard, Joel y Erick, llama a la puerta de mi habitación, ajenos al hecho de que he estado fuera.

-Zabdiel, ¿dónde has estado? -Me pregunta nuestro mánager cuando he llegado a donde están.

-En el gimnasio, haciendo un poco de ejercicio. -Le contesto con retintín, aunque él parece no darle importancia.

-Chicos, tengo que darles una noticia... -Hace una pausa y continúa sin apenas detenerse a respirar. -Debido a un error en el contrato de actuación musical que firmamos con Walter Kolm Entretainment, el promotor me ha informado que no fue posible cambiar la fecha del próximo concierto como habíamos acordado, de modo que hemos tenido que aceptar ciertos reajustes en varias cláusulas. De lo contrario, tendríamos que pagar una indemnización por daños y perjuicios. -Suelta y me quedo sin aliento.

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