Hazme Tuya (CNCO Hot)

Capítulo 4 (III)

-¿Te encuentras bien? -Joel me saca de mi ensimismamiento.

<<Para nada estoy bien. Lo estaré cuando ella esté aquí.>>

-Sí. -Le respondo secamente.

Miro mi reloj, calibrado según el horario de Los Ángeles, y me desespero. Sólo han pasado trece minutos de la hora acordada, pero necesito verla... ya.

<<Lo estoy deseando.>>

Esos ojos oscuros me persiguen, incluso en sueños. No sé si son las ganas que he tenido todo el día de verla, pero juraría que acabo de sentir su perfume. Mi corazón empieza a latir a toda prisa; en el siguiente minuto contemplo en cámara lenta la escena que se desarrolla delante de mí, lo que le permite a mi mente trabajar a mil por hora. En ese instante la puerta se abre y entra uno de los muchachos con los que se fue ayer, luego ella, y por último el otro chico; va agarrada del brazo del primero y vienen sonriéndose y conversando entre ellos.

<<Es un placer volver a verla, un verdadero placer.>>

Trago saliva como por reflejo.

<<La recordaba bien.>>

Al repasarla completamente se me seca la boca. Está alucinantemente buena; la ropa que lleva la hace ver mucho más formal de lo que me pareció antes: hoy usa pantalón roto, nada que ver con la ropa cortita y sexi que llevaba ayer. Ahora es toda piernas largas, cintura estrecha y tetas perfectas. La visión que se me forma en la cabeza provoca una reacción inmediata en mi entrepierna y me revuelvo en el asiento. Los tacones de vértigo multiplican por mil su elegancia al caminar; lleva como nadie el estilo ese de "Me importa un comino lo que use, porque siempre voy perfecta". Mentalmente me doy una palmadita en la espalda por haberme puesto camisa de mangas largas; estuve casi una hora decidiendo mi aspecto sólo porque volvería a verla, y con lo que tengo delante ahora creo que ha merecido la pena el esfuerzo. Soy consciente de que todos los ojos están puestos en el trío que llega, incluyendo los del personal que trabaja aquí.

<<Un momento...>>

No lleva nada parecido a un equipaje, sólo una cartera mediana donde me figuro que no cabe todo lo que necesita para pasar una noche aquí.

<<¿No se queda?>>

El nudo que se me forma en la garganta sube, pero doy un trago a la bebida y lo engullo junto con ella. A medida que se acerca veo como su estabilidad se va disipando poco a poco hasta convertirse en... ¿qué? ¿Confusión? ¿Nerviosismo? ¿Indecisión? Inspiro deprisa con el propósito de prepararme para cuando ponga fin a los dos metros que la separan de nuestra posición. A los tres segundos su perfume invade mis fosas nasales y me esfuerzo por controlar la súbita excitación que me provoca su fragancia particular.

-Buenas noches. -Nos saluda el chico que está a su derecha con una leve sonrisa.

-Hola. -Dice ella al tiempo que nos escruta con la mirada a todos y sonríe débilmente.

<<Ha llegado la hora del espectáculo.>>

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