Capítulo 9 (I)

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Zabdiel

El chófer pone en marcha el microbús y se incorpora al tráfico de la autopista que nos lleva directo al aeropuerto. Sami está muy callada a mi lado, escucha la música que ha escogido Erick por las bocinas del vehículo, y mira por la ventanilla. Incluso ahora, me muero de ganas por tocarla otra vez. Alargo el brazo y le pongo la mano sobre la rodilla.

-¿Estás bien?

Sus ojos oscuros me miran directamente a la cara y me dejan ahogado y consternado.

-Si te dijera que estoy bien, te mentiría.

<<Mierda. Yo tenía razón.>>

Estará sufriendo y todo es culpa mía; pero eso significa que me echará de menos.

-Yo estoy igual.

Suspira, agobiada, y levanto la mano para acariciarle la mejilla, sentir la tersura de su piel, confirmar que es real. Ella cierra los ojos y acerca la cara a mi caricia; se inclina despacio, y automáticamente mis labios se unen a los suyos. Le paso la mano por la espalda y la atraigo hacia mí, enredo los dedos en el cabello de su nuca y tiro con delicadeza, buscando su cadera con la otra mano. Sami gime casi imperceptiblemente cuando su lengua encuentra la mía.

-Zabdiel.

Nos han interrumpido.

<<Por Dios.>>

Suelto a Sami.

-Renato. -Digo con los dientes apretados al ver que está de pie al lado del asiento.

Tiene aspecto de sentirse debidamente avergonzado, pero también decidido.

<<¿Y... ahora... qué?>>

Tenemos el acuerdo tácito de que él no nos interrumpe cuando estamos con alguna chica. Lo que sea que tiene que decirme debe de ser importante.

-Enseguida voy. -Le indico y él vuelve a los primeros asientos, recorriendo con paso seguro el pasillo del microbús. -Vuelvo enseguida. -Le susurro a Sami, y sigo a nuestro manager.

-Siento la interrupción, Zabdiel. -Se disculpa Renato cuando me he sentado a su lado.

-Tranquilo, ¿qué pasa? -Sueno molesto, y lo estoy; me lo estaba montando con Samantha.

<<¿Cuándo me habían interrumpido mientras me lo estaba montando con alguien?>>

<<Jamás.>>

De repente esa idea me resulta divertida. Vuelvo a sentirme adolescente.

-He logrado conseguir lo que me pediste.

Renato se relaja, y sé que es porque mi estado de ánimo ha cambiado. Me pasa una pequeña caja de cuero rojo. La abro y contemplo la pulsera con las letras S&Z en oro blanco que he mandado hacer para ella, y que el joyero ha sido capaz de personalizar en tiempo récord. Es muy bonita: sencilla y elegante a la vez, igual que la encantadora Samantha. Sonrío.

-Gracias. -Le digo mientras vuelvo a meter la pulsera en la caja. -Será mejor que regrese con Sami. ¿Eso era todo?

-Sí.

-De acuerdo.

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Hazme Tuya (CNCO Hot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora