Hazme Tuya (CNCO Hot)

Capítulo 5 (X)

<<Uau... Bonita parrafada, Zabdisus. ¿Acabas de pedirle que duerma contigo?>>

<<Sí, sí, eso mismo.>>

<<¿Aceptará?>>

<<Mierda, espero que sí.>>

Me sostiene la mirada y lentamente niega con la cabeza. Eso es un no.

-¿No? -Murmuro sin una gota de esperanza.

<<¿Por qué se niega?>>

Continúa con sus ojos clavados en los míos y podría jurar que está conteniendo la risa, aunque no lo tengo muy claro.

-Por favor, quédate conmigo esta noche.

Se acerca a mí y me habla al oído:

-Sí. -Susurra y deja escapar su risa contenida.

Tiene los labios fríos y cuando rozan mi piel, me estremezco.

-Y no quiero dormir separada de ti.

-¿En serio? -Sé perfectamente cuál es su respuesta, pero no sé qué otra cosa decir.

Ella asiente con una sonrisa y le agradezco, incapaz de ocultar la alegría y la serpresa que revela mi voz.

<<Hora de salir del agua.>>

Nadamos hacia las amplias escaleras iluminadas y las ascendemos juntos. Por suerte, y gracias al juego, mi excitación ha remitido, pero sé que no tardará en volver, dado que ella dormirá conmigo, en mi habitación. Todavía me cuesta creerlo. Me le acerco y le tomo la mano; durante un instante siento la tentación de apretársela y llevármela a los labios; por su sonrisa es evidente que no le molesta. Caminamos hacia la mesa donde hemos dejado las toallas y retiramos el agua de nuestros cuerpos. Joel y Luna se han ido, sólo permanecen aquí Erick y Fanny, que todavía ocupan las tumbonas, y Chris y Baby, que vuelven a estar sentados en el borde de la piscina. Esta vez le tiendo la mano a Samantha y ella la acepta sonriendo. Le rodeo la cintura con el brazo y la aprieto contra mí. Ella levanta la vista sorprendida y divertida a partes iguales, y yo me limito a sonreír.

<<La deseo.>>

Me atrae muchísimo. Esta chica me enloquece y de repente me pregunto si me ha atravesado con la mirada y ha visto mis pensamientos más oscuros. Caminamos en un cómodo silencio y mi mirada se encuentra con la de Renato, lo que me recuerda la llamada de mi mamá. Espero en lo más profundo de mi corazón que lo haya olvidado, pero como no, escucho su voz llamándome y cuando Sami y yo estamos frente a él, me dice que es hora de hacer la llamada.

<<No me jodas, Renato.>>

Busco la mirada de mi chica y esbozo una sonrisa de varios megavatios para que me perdone por el imprevisto. Me susurra un "No pasa nada" en tono conciliador y a regañadientes retiro el brazo que rodea su talle. Le entrego la llave electrónica de la suite y tuerzo el gesto cuando la veo desaparecer en dirección al ascensor. Rebusco en mi bolsillo el iPhone con algo más que fastidio y pulso el botón de videollamada en el contacto de mi mamá, pero cuando conecta es el rostro de mi papá el que aparece en la pantalla y un poco mosqueado, a la vez que nostálgico, lo saludo:

-Dímelo, papi.

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