Capítulo 3 (VI)

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Introduzco la llave en la cerradura con algo más que trabajo y cuando al fin abro la puerta, me encuentro con mi mamá que se acerca. Debe de haberme escuchado peleándome con el cerrojo.

<<¿La desperté?>>

Al instante desecho la idea cuando veo el televisor encendido.

<<Noche de películas.>>

-Ya estaba preocupada. -Nos regaña mientras nos saluda con un beso a los tres.

Intento contener la respiración y mantener la boca cerrada para que no me sienta el fuerte olor a alcohol, y espero que bajo la escasa luz de las lamparitas del recibidor no detalle en mi cara de tomada. Le ha hecho bien a mi estado de alcoholemia el aire tonificante, fresco y limpio mientras veníamos hacia acá, pero desde luego no ha sido suficiente como para borrar la huella del vodka de mi rostro.

-Estábamos en la fiesta de Malena. -Le explica Hansel y yo me encojo de hombros cuando me mira; ya sabía que iría.

-¿Y cómo la han pasado? -Quiere saber.

-Súper bien. -Contesta Jhoni con un brillo en la mirada y tras unos segundos de silencio, continúa. -Nosotros debemos irnos.

-Sí, claro. -Le dice ella. -Vayan con cuidado y no se entretengan en la calle.

-Está bien, no se preocupe. -Le responde él con una sonrisa sincera y luego se dirige a mí. -Mañana quedamos, Sami.

-Sííí. -Le contesto con una sonrisa.

Después de despedirnos, mis amigos se van. Cuando desaparecen de nuestra vista en la calle, mi mamá cierra la puerta, gira el cuerpo entero hacia mí y vuelve a decirme:

-Sami, estaba preocupada. Te llamé un par de veces, pero no contestaste el teléfono.

-Perdona ma, dejé el móvil en el bolso, en la habitación de Male.

Parece darse por satisfecha porque no hace ningún otro comentario sobre el tema, pero enseguida la santa inquisidora pregunta:

-¿Tomaron mucho?

-Más o menos. -Me limito a contestar.

Por suerte abandona su asalto de preguntas, pero sé que le gustaría tener más información, y para que olvide el tema le comento lo bien que nos fue en el trabajo con la marca. Camino detrás de ella y antes de acostarse en el asiento de la sala para continuar con su película, se gira, me felicita y me da las buenas noches con un abrazo, un beso y un "Te amo". Evito respirarle demasiado cerca como he hecho antes, pero igualmente la abrazo, la beso y le devuelvo el "Te amo".

<<Me encanta el calorcito de mi mami.>>

Abro la puerta de mi habitación y avanzo en la oscuridad en busca del interruptor. Cuando por fin lo acciono, la luz me ciega por un momento y tengo que tomarme unos segundos para acostumbrarme. Inmediatamente me desvisto y en ropa interior, me dirijo al baño para darme una ducha rápida y cepillarme los dientes, después de haberme desmaquillado.

<<¡Qué bien me siento ahora!>>

Ya acostada en mi cama, a oscuras, vestida con mi corto pijama de satén salmón y abrazando a mi Om Nom de peluche, pienso en lo que han sido las últimas seis horas. Sin contar la llamada de David y el incidente con el idiota de la fiesta, podría decir que la noche estuvo... bien. A mi imprudente compañero le pago si vuelvo a hacer equipo con él para algún trabajo, primero lo hago sola antes de volver a confiarle mi nota. Al tipo de la fiesta lo detesto, estoy segura de que estudia en la facultad, pero a un hombre así no le doy ni la hora. El trabajo con Givenchy fue extraordinario y estoy realmente feliz por todo lo que logramos. Dejo atrás los demás pensamientos para repasar mentalmente mi enfrentamiento con los cantantes y empiezo a sentirme idiota y avergonzada. Seguro que estoy reaccionando desproporcionadamente a algo que solo existe en mi cabeza. De acuerdo, son muy atractivos, seguros y se sienten cómodos con ellos mismos, pero por otra parte son fríos y calculadores. Bueno, a primera vista.

<<Olvídalo, Sami.>> -Me regaño a mí misma.

No soy en absoluto una chica cohibida, aunque en ciertos momentos pueda parecerlo porque prefiero estar en una ambiente de confianza para hablar abiertamente, pero hoy fue como si hubiera sido otra persona cuando me les acerqué. Pienso en el baile con uno de ellos y una risita tonta escapa de mis labios. Al margen de mi osadía, tengo que reconocerme a mí misma que uno de ellos llamó mi atención por encima del resto; el que lleva el pelo rubio y rebelde, y creo que el más alto de todos. Definitivamente no habla mucho, por lo menos no tanto como sus amigos, pero tiene algo que hizo que me costara apartar la vista de su rostro.

<<Sí, me quedé pasmada.>>

<<Fue eso, ¿no?>>

Dejo escapar un largo suspiro.

<<A ver qué le parece a Lucía cuando le cuente quiénes están aquí.>>

<<Con un poquito de suerte podemos adelantar su paseo.>>

Ya me siento los párpados pesados. Abrazo con más fuerza a mi acompañante inanimado y me duermo, atontada y agotada, y sueño con cinco chicos que bailan en un escenario lleno de luces de colores.

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Hazme Tuya (CNCO Hot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora