Hazme Tuya (CNCO Hot)

Capítulo 4 (V)

Inmediatamente la rubia toma la palabra. Nos cuenta que estudia Arquitectura, trabaja como modelo y al final de su diatriba, adjunta que no tiene novio. Luego habla la del cabello corto, después la morena y por último la más delgada; en absoluto me siento culpable por no prestarles atención y agradezco al cielo cuando terminan de hablar; las palabras salen tan atropelladas de sus bocas que sólo se detienen cuando aparece el mozo con otra ronda de tragos para todos.

<<Por fin. Es tu turno, Samantha.>>

Sus mejillas se ruborizan con un inocente rosa pálido cuando tiene once pares de ojos sobre ella, pero enseguida consigue recobrar la compostura y cuadra sus hombros antes de emitir sonido:

-Yo estoy haciendo el cuarto año de Medicina y soy parte de la compañía de Armando hace más o menos... dos años.

Habla en voz baja, aunque lo suficientemente alto como para que la escuchemos por encima de las consolas de sonido, con una musicalidad vacilante y parpadea agitando sus largas pestañas. Es justamente lo que Armando dijo ayer cuando nos la presentó y me parece extraordinario que además de ser preciosa, sea lista. La verdad es que lo tiene todo: es dulce, educada y bonita, con todos los atributos físicos que yo valoro en una mujer, pero la pregunta del millón es: ¿le gusto?

<<Tranquilo, Zabdi.>>

<<Tal vez uno de los muchachos que no se separan de ella sea su novio>>, pensé ayer en el cabaret.

En algún momento de la noche me quedó claro que la única relación sentimental que tienen es la amistad; el afecto con el que hablan entre ellos se nota y es evidente que están muy unidos. Tuve la misma impresión con el chico moreno que no le quitaba los ojos de encima y que apenas la vio, la envolvió con los brazos como si ella fuera el centro de su maldito universo. Se le veía demasiado interesado en Samantha, mierda. Demasiado. Pero ella no hizo nada para devolverle el abrazo...

-Tampoco tengo novio. -Añade ruborizada y mirándose los dedos.

Escuchárselo decir a ella misma me resulta de lo más reconfortante.

<<¡No tiene novio!>>

Siento un alivio inmenso que no esperaba y que hace que frunza el ceño.

<<¿Qué demonios tiene esta mujer?>>

Todos la observamos con cara de tontos fascinados y vuelve a aparecer en su piel ese rubor; me pregunto si será consciente de lo adorable que es. Su teléfono empieza a sonar y cuando mira la pantalla sonríe con ganas y le lanza una mirada al chico de su derecha, antes de murmurar una disculpa y levantarse de la silla. La observo mientras se aleja; gracias a eso tengo tiempo y espacio para admirar su culo fantástico. La larga y gruesa trenza que descansa sobre su hombro me permite imaginarme su espalda desnuda.

<<Mmm...>>

La prueba de mi deseo hace presión contra mi pantalón y entonces la veo desaparecer por la puerta de salida.

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