Capitulo Cincuenta y dos. - Al arreglar algo, también puede empeorar.

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- ¡Ya basta, Zayn! – dije molesta por su actitud.
- ¡Vámonos! – ordenó él jalándome del brazo.
- ¡No voy a permitir que la trates de esa manera! – dijo Ryan apartándome de Zayn.
Zayn solo lo miró furioso y resoplaba. 
- Ryan… está bien. Yo arreglo esto. – dije tratando de calmar la situación. Él me entregó mi mochila y tomó su Skate que estaba en el suelo.
- Gracias. – le dije.
- Llámame. – dijo antes de retirarse. 
- ¡Que diablos te sucede, Zayn! – exclamé molesta cuando caminábamos hacia el auto.
- Mejor dicho: ¡Que diablos te sucede a ti! – exclamó furioso.
- ¿Por qué no puedes controlar tus celos?, él es solo un amigo – dije refiriéndome a Ryan – y tú prometiste que controlarías tus celos. –
- ¿Cómo quieres que me controle si con cualquier chico coqueteas? – dijo cuando subimos al auto.
- ¿Qué?, yo no coqueteo con todos… te desconozco, Zayn – dije mirándolo decepcionada.
- ¡Por dios!, no me vengas con esto, ¿si? Yo soy él que te desconoce a ti. ¿Qué no podemos tener una relación normal? – 
- Claro que podemos tenerla, ¡Pero tú no te comportas como alguien normal!, Tus celos son más grandes que el cariño que sientes por mi. – respondí molesta mientras él conducía a toda velocidad.
- ¡No me grites! – exclamó frustrado.
- ¿Cómo no quieres que lo haga?, ¿Qué no te das cuenta en como me tratas, Zayn?, me tienes tachada como una completa zorra. ¿Crees que por que estoy contigo, no puedo tener amigos? Sí eso es lo que crees, pues déjame decirte que estás muy equivocado –
- Yo no te estoy prohibiendo tener amigos, Alison – aclaró cuando el semáforo se puso en rojo. – solo fíjate como tratas a tus “amigos”, como ese chico… como te llevas tan cariñosamente con Harry. Eso es lo que me molesta de ti. ¡Y no te estoy tachando de zorra! – alzó la voz al final.
- ¡Pues eso me das a entender a mí!, ¡Y cualquiera pensaría lo mismo, Zayn!-
- ¡Ya no quiero discutir más contigo!, - frenó el auto, provocando que mi cuerpo se inclinara hacia adelante.
- ¿Qué es lo que harás, Zayn? – dije nerviosamente. Lo miré y no era el mismo Zayn que solía ser mi primo… él había cambiado y mucho, con sus ataque de celos.
- Baja del auto – dijo entre dientes y cerrando fuertemente sus ojos.
- ¿Qué? – lo miré confundida. ¿Enserio me haría bajar?, las calles ya estaban completamente oscuras.
- ¡Que bajes del auto! – ordenó.
Suspiré con temor de que él me golpeara. Pero ¿Zayn se atrevería a golpearme?, no quería quedarme a averiguarlo. Tomé mi mochila, abrí la puerta del auto y salí cerrándola fuertemente. 
- ¿Me dejarás aquí? – pregunté y él no respondió. Solo arrancó el auto y desapareció de mi vista en pocos segundos.
Me sentí tan impotente, sin poder hacer nada. La rabia, el resentimiento la frustración, decepción… todo tipo de sentimientos estaban sobre mí en este momento. ¿Qué había pasado con el tierno y dulce Zayn de hace años?, ¿Qué fue lo que lo hizo cambiar?
Ahora yo ya no sabía si estar con él o no. Tal vez necesite de algún psicólogo o algo… pero… basta. No dejaré que Zayn me trate así de nuevo. No lo hará más. No me hará sentir menos, no nuevamente.
Sentía que varias lágrimas caían por mis mejillas. Comencé a caminar… solo faltaban algunas lagrimas para llegar a casa. Caminé y caminé volteando a todas partes, para asegurarme que nadie me siguiera. Y así era, nadie me seguía. Quisiera que Harry me siguiera como la última vez que me acompañó a casa.

Harry Styles.
Después de haberme ido del colegio, algo sacado de onda por la actitud de Aly, llegué a casa, me duché y me acosté un rato para relajarme.
¿Qué era lo que había pasado exactamente?, ¿Por qué ella me habló así?
Me quedé dormido un par de horas y sentí que algo vibraba en mi cama, lo cual después comenzó a sonar con la canción Just the way you are, de Bruno Mars. Gracias a esa melodía pude saber que era Alison.
La canción seguía sonando y yo esperaba a que ella colgara. No sabría que decirle. Pude recordar el momento en que íbamos los dos en mi auto y le comencé a cantar esa canción… tomé el celular y contesté.
- ¿Hola? – dije con mi voz ronca, ya que acababa de despertar.
- Harry… necesitamos hablar. – dijo ella rápidamente. Tal vez temía que yo colgara.
- Ahora no tengo tiempo de hablar contigo – dije tratando de hacerla sentir como ella me había hecho sentir a mí hoy en la mañana.
- Hazza, por favor. No fue mi intención hablarte así. Estaba frustrada por lo que pasó. – se disculpó.
- No me interesa. – colgué.
En verdad si me interesaba pero no quería ser tan débil. ¿Por qué ella se había hecho tan especial para mí?, recuerdo que antes la trataba tan mal… ni siquiera me agradaba y era absurdo, pues yo no la conocía muy bien. Y ahora que la conozco… todo es diferente. Ni siquiera puedo dejar de pensar en ella. 
- Hazza, te busca una chica abajo. – dijo mi hermana Gemma asomando su cabeza por la puerta de mi habitación.
- ¿Una chica? – pregunté asombrado.
¿Será Alison?, pensé. No creo que sea ella. No creo que haya llegado tan rápido a mi casa.
Mi hermana solo asintió, yo me puse una camisa blanca delgada de cuello V y bajé las escaleras para ver quien era esa chica que me buscaba.
Salí de la casa y ahí estaba ella. Jamás pensé que me volvería a buscar después de haberme dicho que Taylor la hizo sentir más mujer que yo.
- ¿Qué haces aquí, Caroline? – dije sin abrir la puerta de barandal para que ella pasara.
- ¿No me invitarás a pasar? – dijo tratando de seducirme.
- No. – respondí firme y alejándome del barandal. – mejor vete, Caroline. –
- No me iré… vengo a que tu y yo regresemos – pasó su mano por una de las rendijas del barandal y comenzó a acariciar mi pecho. Mi celular comenzó a sonar nuevamente con la melodía de Bruno Mars. De nuevo era Aly, pero no le podía responder ahora.
- Creí que estabas bien con Lautner – dije alejándome para que apartara su mano de mi pecho.
- Eso no importa… tú jamás dejarás de interesarme. – sonrió mordiendo su labio.
- Pues lo siento por ti. Porque yo ya no estoy interesado en ti. – 
Ya no quería seguir escuchándola así que mejor entré a la casa dejándola ahí afuera. Mi celular dejó de sonar, tenía varias llamadas perdidas de parte de Aly, pero decidí no regresárselas. 
Me volví a recostar en la cama y solo miraba la televisión si prestarle atención. Tenía el celular en la manos y quería llamarle o tal vez mandarle un mensaje, pero no me atreví. Presté atención en la película y cuando terminó recibí un mensaje de Alison, el cual me hizo sonreír.
Después de pensarlo respondí y quedamos en que pasaría en una hora a su casa, para poder hablar y contentarnos.

Cuando se dio la hora, me duché y me vestí con unos jeans de mezclilla y una camisa negra cuello V.
Salí de la casa después de despedirme de mi hermana y mi madre. Iba escuchando música y a unas cuadras de la casa de Aly la vi caminando por las calles con una mochila y volteando a todos lados. Frené el auto y bajé alcanzándola.
- ¡Aly! – grité su nombre para que me escuchara. Ella enseguida volteó tiró su mochila y corrió hasta a mí rodeando mi cuello. Pude lograr escuchar un par de sollozos cerca de mi oído. Yo rodee su cintura con mis brazos.
- ¿Aly, estás bien? – pregunté preocupado, tratando de separarme de ella y mirarla a los ojos pero ella se aferró a mí.
- ¿Podrías llevarme… a casa? – pidió entre sollozos.
- Claro, sube al auto – le dije.
Caminamos al auto, abrí la puerta del copiloto para que Aly subiera y cuando ella ya estaba dentro del auto, cerré la puerta. Caminé para recoger la mochila y subí al auto dejando la mochila de Aly en el asiento de atrás.
Encendí el auto y miré a Aly antes de comenzar a conducir. Ella se veía un poco frustrada, triste y deprimida. ¿Qué le pasaba?, comencé a conducir mientras el carro iba lento. Tal vez ella necesitaba relajarse un poco. Me dirigí a un lugar donde vendían café por aquí cerca y al llegar detuve el auto.
- ¿Qué hacemos aquí? – preguntó ella cuando notó que no la había llevado a su casa. Parecía que ya estaba más calmada.
- Creí que necesitábamos hablar… así que mejor aquí. –
Ella suspiró. Tomó algo de su mochila y yo bajé del auto para abrir la puerta de su lado y que ella bajara también.
Tomé su mano y sin soltarla entramos a la Cafetería. Esperamos a que nos ofrecieran una mesa y ella estaba aferrada a mi brazo respirando profundamente.
- ¿Tratas de gravar el aroma de mi perfume en tu cabeza? – dije en forma divertida, tratando de que por lo menos sonriera.
Ella me miró arqueando su ceja y se separo de mi brazo.
- Si, claro, Styles – dijo irónicamente y pellizcó mi brazo.
- ¡Oye! – me quejé y le sonreí. Ella me enseñó su lengua como niña pequeña.
Un mesero nos atendió y lo seguimos a una mesa que estaba detrás de una ventana.
Ordenamos dos cafés y el mesero se fue.
- Creo que mañana tendré un morete – dije sobando mi brazo pero en realidad no me dolía.
- Que exagerado eres, Styles – dijo con una pequeña sonrisa en sus ojos.
Reí.
- Aly, - tomé su mano y ella me miró fijamente a los ojos. me quedé callado un momento mirando sus bellos ojos azules y luego bajé mi mirada a sus rosados labios, acariciando la comisura de estos.
Sentí una gran necesidad de besar sus labios, pero no podía hacerlo. Desgraciadamente.
- ¿Qué pasa, Harry? – dijo Aly haciéndome regresar a la Tierra.
- Hm… quería disculparme por hablarte así cuando me llamaste en la tarde… -
- Oh… fue mi culpa, Harry. Yo te hablé así y… - habló ella pero la interrumpí.
- Pero de todas formas, no debí de hablarte yo así. Solo que… no lo sé. – no sabía como explicarle por qué yo había reaccionado así.
Temía que si le decía que ella es muy especial para mi y que me he enamorado de ella, tal vez y reaccione mal y nuestra amistad termine aquí. Y yo no quería que eso pasara.
- Está bien, Hazza. – puso su mano encima de la mía y yo la miré sonriendo.
- ¿Estamos bien entonces? – pregunté acariciando su mano con mi dedo pulgar.
- Claro. – respondió con una gran sonrisa.
- Gracias. – me acerqué a ella sin levantarme de la silla y la abracé. Ella se separó un poco de mí. Me tomó de las mejillas y me miró a los ojos por unos segundos. Yo la miraba confundido, deseando por dentro que me besara. Puso sus labios sobre mi mejilla y me dio un beso ruidoso.
Nos separamos y nos acomodamos cada quien en su lugar, pues el mesero llegó con nuestros cafés. Comenzamos a tomarlo y comíamos unas galletas de tres sabores diferentes.
Cuando di el segundo sorbo al café hice una cara extraña que causó que ella riera.
- ¿Qué pasó? – preguntó entre risas y dándole una pequeña mordida a su galleta.
- Me queme – dije mordiendo mi lengua, ella soltó un par de carcajadas y varias personas a nuestro alrededor nos miraron pero a mí no me importó. Reí junto con ella. – no te rías – hice un puchero.
- Sabías que el café está bastante caliente y…. – volvió a reírse. – eres un tonto – dijo de una manera tierna. Descubrí un brillo especial en sus ojos y no pude dejar de mirarla. Ella desvió la mirada sonrojada.
Duramos máximo una hora en la Cafetería y en el camino a casa de Aly mi celular sonó. Era Liam.
- ¿Qué pasa, hermano? – respondí.
- ¿Está Aly contigo? – preguntó demasiado preocupado.
- Si, sí está conmigo… ¿Quieres que le diga algo? –
Aly me miró frunciendo el ceño.
- Tráela ahora mismo, mis padres llegaron. – pidió.
- Ok, ya vamos para allá. – colgué.
- ¿Qué pasó, quien era? – preguntó desesperada.
- Era Liam – respondí. – dice que tus padres llegaron –
- ¿¡Qué!? – exclamó incrédula.
- Eso dijo – me encogí de hombros.
- ¡Que sorpresa! – dijo con una sonrisa en su rostro y yo la imité. Llegamos a su casa y rápido abrió la puerta del auto para bajar. Yo hice lo mismo y bajé su mochila del asiento trasero, caminé hasta ella y se la entregué.
- Gracias – dijo sonriéndome. – tengo que entrar – la noté emocionada.
- Está bien, saluda a tus padres de mi parte – pedí sonriéndole.
- Claro – me abrazó rodeando mi cintura y yo la abracé por encima de sus hombros. – gracias. Llegaste en el momento indicado y me hiciste sentir mejor – susurró en mi pecho.
- Que bueno, Aly. – besé su mejilla. – gracias a ti, por permitirme hacerte sonreír en los momentos que estás triste… -
Ella levantó su cabeza para lograr mirar mis ojos, sin dejar de abrazarme. Besé la punta de su nariz y ella rio arrugándola.
- ¡Te quiero! – gritó para mí acurrucándose más en mi abrazo.
- ¡Yo te quiero más! – dije en su oído.
Volvió a levantar su cabeza quedando más cerca de mi cara. Nos miramos un momento a los ojos y ella sonrió.
- Es mejor que entre ya… ¿Podrías pasar por mí mañana? – pidió sonrojada.
- ¡Claro!, estaré aquí puntual – le sonreí y pellizqué su mejilla.
- Te esperaré – dijo y sonreí ampliamente. – que lindo hoyuelos tienes en tus mejillas – dijo pellizcando mis mejillas haciendo que sonrojara.
- ¿Gracias? – agradecí dudoso y ella besó mi mejilla.
- Nos vemos, Harold – se despidió alejándose de mí.
Me despedí agitando levemente mi mano en el aire, luego ella me dio la espalda y entró a su casa.
Subí al auto con una enorme sonrisa.
Me encantaba que ella fuera así, tan linda con migo… pero, ¿Por qué estaría llorando de esa manera allá?, no me atreví a preguntarle por qué no quería entrometerme, tal vez era algo muy personal, pero me había encantado haber hecho que ella volviera a sonreír y no estar triste.

Alison Payne.
Harry había sido de nuevo mi salvación, también gracias a él no pude sentirme peor a como me sentía y pudo sacarme de la cabeza lo que había pasado con Zayn. Al llegar a la casa, saqué las llaves de mi mochila y cuando abrí la puerta pude ver a toda la familia en el comedor: Liam, Zayn mi madre, mi padre y… Danielle. Sonreí al verla.

- ¡Mamá, papá! – exclamé contenta en verlos pero el único contento parecía mi padre. Corrí hasta él y lo abracé. Luego fui a donde estaba mamá para abrazarla pero ella solo clavó su mirada en una revista de modas dejándome con los brazos abiertos.
Bajé mi mirada y me senté a lado de Danielle, saludándola con un beso en la mejilla y me abrazó sobando mi espalda, para que no mi sintiera mal por la reacción de mi madre.
En realidad yo ya me había acostumbrado a que mi madre me tratara así. Soy una tonta al creer que ella me había extrañado aunque sea un poquito durante su viaje y me iba a recibir con los brazos abiertos, aceptando mi abrazo.
- Bueno, comencemos con la cena – anunció mi padre.
Comenzamos a cenar después de hacer la oración que nuestros padres acostumbraban a hacer. Yo estaba incomoda al tener a Zayn sentado frente a mí, trataba de no mirarlo a los ojos y cuando nuestras miradas se cruzaban trataba de aguantar la rabia que sentía dentro por haberme tratado así.
Suspiré tratando de olvidar esa escena de mi cabeza, y enfoqué mi mirada en Danielle y mi hermano Liam, ellos eran realmente felices. Notaron que los miraba y les sonreí, ellos hicieron lo mismo.
Luego pensé en lo que me hacía sentir Harry cuando estaba a su lado. Era un sentimiento tan especial… no podía evitar sonreír al lado de él, y querer abrazarlo todo el tiempo. Harry se había vuelto algo muy especial para mí. Sonreí de nuevo al recordad su cara cuando se quemó la lengua con el café.
La cena terminó y mi madre habló.
- Ahora si, Liam, dinos lo que querías decirnos – dijo ella hojeando las hojas de su revista.
- Les quería presentar a Danielle… ella es mi novia y… hemos estado saliendo mucho tiempo… quiero casarme –
Los miré sorprendida por la decisión de Liam y una sonrisa aparecía en mi rostro mientras Danielle sonreía sonrojada. Mis padres y Zayn también los miraron sin saber que decir.

Más que una atracción. ~HARRY STYLES Y TÚ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora