continuación...

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Yo estaba verdaderamente impresionada, todo lo que había hecho me había encantado, nunca pensé que Harry haría algo como esto y mucho menos pensé que lo hiciera para mí.
Nos separamos un poco y miré sus ojos, mi sonrisa era más grande que la suya, estaba muy contenta. Trataba de decir algo para agradecerle por todo este detalle que había hecho para mí, pero ni una sola palabra salía de mi boca. Noté que Harry me miraba curioso y no quitaba la mirada de mis ojos.
Mi sonrisa desapareció y solo me dediqué a mirar cada parte de su bello rostro. Hasta ahorita me había dado cuenta de que por fin lo veo, después de cinco largos días, él está aquí, conmigo, frente a mí y eso era lo mejor en todo este día.
- Gracias – susurré y lo volví a abrazar apretándolo más a mí, no podía creer que estuviera aquí. Me volvía separar un poco de él, lo tomé por las mejillas y le planté un beso. Bien, creo que no estaba en mis cinco sentidos, o tal vez sí, pero eso había sido lo único que se me ocurrió hacer en este momento. Los labios de Harry estaba un poco tensos, pero después de unos segundos se conectaron con los míos. Nuestros labios se movían en una perfecta sincronización, como si existieran para estar unidos… rodé su espalda mientras él tenía una de sus manos en mi cuello, acercándome más a su boca e impidiendo que me separara y este bello beso terminara... 
Pero teníamos que dejar de besarnos en algún momento por falta de oxigeno. Harry se separó lentamente de mis labios, juntando nuestras frentes, nos miramos y sonreí tímidamente apreciando sus ojos verdes.
Él depositó otro beso corto en mis labios y me volvió a abrazar.

- Joven, ¿quiere que ya sirvamos la cena? – preguntó un mesero interrumpiendo este momento.
Harry suspiró levemente y dejó de abrazarme.
- Si, por favor – le respondió al mesero y este se retiro para ir por la cena. Harry tomó mi mano con una sonrisa tímida, mostrando esos lindos hoyuelos que se formaban en sus mejillas, y caminamos a la mesa en donde estaba el pastel hace unos momentos, el cual ahora ya no estaba. Tomamos asiento y Harry aún tenía tomadas mis manos sobre la mesa.
- No puedo creer que hayas hecho todo esto… - dije mirando a mi alrededor. Harry sonrió.
- Esto es poco, haría cualquier cosa por ti – besó mi mano y sonreí sintiendo que mis mejillas ardían.
- ¿Por qué? – pregunté curiosa.
- ¿Tengo que decírtelo?, ¿No te ha quedado claro? – preguntó torciendo la boca.
- Mh… solo quiero estar segura y escucharlo de ti – sonreí sin mostrar mis dientes.
- Me gustas… - dijo eso y mordió sus labios, sin dejar de mirarme a los ojos y sentí como apretó un poco mis manos. Una sonrisa se formó en mis labios y de nuevo mis mejillas ardían. – bueno… estoy enamorado de ti… lamento todo lo que pasó antes, en verdad me arrepiento de haberte hecho sufrir, no fue mi intención y… -
- Harry… - lo interrumpí. – también estoy enamorada de ti. – confesé y me acaricié la mejilla. Sus ojos brillaron y una hermosa sonrisa se formo en su bello rostro.
- ¿Enserio?, ¿Lo dices enserio? – preguntó sorprendido y yo asentí sonriéndole. – yo pensé que… bueno con todo lo que paso con Zayn y tú… ehm… - se quedó callado y desvió la mirada.
- Sé lo que piensas… pero, te confesaré algo. – dijo y él me miró esperando a que hablara. – Con Zayn nunca sentí lo que siento al estar contigo… - él sonrió. - tú me haces sentir especial, segura, protegida… me haces sentir tantas cosas que no puedo explicar – confesé.
- Me alegra saber eso, tú eres única y eras tan especial para mí… - volvió a besar mi mano y sonreí perdida en sus ojos.
- Aquí esta su cena. – dijo el mesero y sirvió unos platos llenos de comida, con solo verla se antojaba y olía delicioso. Después sirvió un par de copas con jugo de uva que contenía un porcentaje muy poco de alcohol.

Durante la cena, permanecíamos callados, solo nos sonreíamos mutuamente cuando nuestras miradas se cruzaban.

Al terminar de cenar, caminábamos por la orilla de la arena, justo en donde el agua mojaba nuestros pies, ambos habíamos dejaba nuestros zapatos debajo de la mesa. Harry no soltaba mi mano en ningún momento, había ratitos en donde él caminaba de espaldas, justo frente a mí, y solo miraba mis ojos sin decir nada. No hacían falta las palabras para expresar lo que sentíamos al estar juntos, al vernos… con tan solo una mirada confesábamos que los dos estamos enamorados. El sonido de las olas invadía el silencio, pero no era de esos silencios incomodos, era un silencio que se podría decir “hermoso”.

Más que una atracción. ~HARRY STYLES Y TÚ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora