1. Cadáver

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Meses atrás.

No sé lo que hice para merecer tal tortura. Supongo que hay muchas personas que discriminan. No justificaría jamás tales actos, solo no le encuentro explicación a esto. A utilizar mi cuerpo como si fuera un muñeco, algo para su diversión. Sinceramente no sé cuantos son. Ni idea cuanto he gritado. No estoy seguro si estoy en el infierno.

Nunca pensé terminar en el baño de chicas de mi universidad. De hecho debí haber salido más temprano hoy de mis clases, pero se me hizo tarde. Quizás si no me hubiera preocupado tanto por mi proyecto, no me hubiera cruzado con estas personas.

Si es que se pueden llamar personas.

No importa cuanto me resista, más insisto en defenderme, cada golpe es peor. No veo nada, me han tapado los ojos, han amarrado mis manos y nada mejora con cada minuto que pasa. He perdido mi ropa, me han puesto otra, sé que han cambiado mis pantalones por una falda y se ríen de mí.

Me humillan.

—Eh Cruz ¿Ya nos detenemos? —pregunta uno —Esto se está volviendo demasiado pesado, nos meteremos en problemas.

—¡No digas mi nombre, imbécil! —se queja el chico el cual reconozco su voz.

Está en mi clase.

—¿Qué importa? Si de todas formas se va a morir —aclara un tercer participante en esta tortura y me tenso.

—Por favor... —ruego y mis lágrimas empapan la tela que cubre mis ojos —déjenme ir... ¿Por qué hacen esto?

—¡Cállate, marica! —reconozco la voz de Cruz.

—Te lo suplico, nos conocemos... juro que no diré nada.

Se forma un silencio cuando escucho que la puerta del baño se abre.

—He estado esperando este momento durante mucho tiempo —Una cuarta persona habla y noto como se acerca.

—Por favor...

—Sh —Siento un cuchillo en mi rostro —. Tranquilo, no pasará nada.

Con solo esas palabras, sé que en en realidad ocurrirá todo lo contrario.

~~~

Ni idea qué sucede, hay mucha gente corriendo por todas partes, se oye el sonido de la ambulancia, se ve como los oficiales de policía cierran el perímetro y... me veo, estoy fuera de mi cuerpo, no puedo negar lo que tengo en frente de mí, estoy muerto.

Mi cadáver está manchado en sangre por unas cuantas puñaladas, mis piernas también tienen líquido carmesí, pero no quiero recordar los traumáticos momentos que padecí en mis partes íntimas, así que decido mirar otras zonas. Veo mis muñecas atadas y parte de la cinta en mi rostro ha caído, por esa razón se ve mi ojo opaco, sin vida, los moretones de mis manos demuestran el forcejeo.

Es una escena muy pertubadora, es como si estuviera viendo alguno de esos programas policiales y que yo fuera el protagonista del homicidio, en conclusión, la víctima.

Eso fui.

Soy un alma, en frente de un cuerpo, me percibo perdido.

—Siento lástima y rabia por ti —Oigo a mi lado y me sobresalto cuando visualizo a un muchacho de cabello negro.

—¿Quién... ¿Quién eres? —expreso sorprendido —¿Por qué puedes verme? —pregunto ya que los demás no.

Gira su vista hacia mí, debajo de su ojo izquierdo tiene pequeño rayo negro tatuado.

—¿Quieres vengarte? —cuestiona ignorando todas mis preguntas.

—Sí... —digo sin pensar.

Una sonrisa maliciosa se forma en el rostro del desconocido.

—Genial, creo que necesitas un cuerpo entonces —De repente en un humo negro, aparece una guadaña en su mano, con la parte de abajo, golpea el suelo y acto seguido me siento vivo otra vez.

Qué extraño.

—Señorita, no puede estar aquí —exclama un policía que ahora sí puede verme.

—¿Señorita? —expreso confundido.

Miro mis manos y son más finas, hebras de un largo cabello rubio caen sobre mis... ¿pechos?

Un segundo...

¡¡Soy una chica!!

Venganza InmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora