17. Muerte parte 2

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Alzo la vista mirando la enorme casa de Blade, ni recordaba que era tan grande. El departamento de mi mamá está a dos cuadras de aquí, así que yo solo venía caminando y me la pasaba mucho tiempo en este lugar. El padre de Blade aumento su fortuna cuando la heredó de un familiar, que decían que era un conde o algo así. Parece que supo administrar bien el dinero, lo gastó todo en la casa o no sé.

Toco el timbre de la reja y espero a que me atienda una de las mucamas. Sé sus nombres pero no puedo decirlos o me descubrirían.

O quizás solo parecería una loca.

Dejo de perderme en mi mente cuando abren la reja y me presento.

—Hola ¿Está Blade? Supe lo de su padre —aclaro.

Meteré de excusa que Liar me dio la dirección y así me sacaré un problema de encima.

La mujer asiente y me guía por el jardín, entramos a la mansión, pasamos por los pasillos, entonces me señala el cuarto. Yo ya sabía dónde estaba, pero mejor hacerme el que no. Debo recordar que soy una extraña en la casa y no Sirl.

Entro a la habitación y no lo veo, me siento en la cama a esperarlo. El cuarto está idéntico a como lo recordaba, cuadros de animales en la pared, su consola llena de videojuegos bien apilados en su mueble y la puerta del baño sigue en el mismo lugar. Al menos esto no ha cambiado, me siento como los viejos tiempos.

Un segundo ¿El baño? La mucama dijo que Blade estaba aquí, pero no le aviso que llegué, debo contarle por las dudas. Me acerco a la puerta, alzo la mano para golpearla y me sobresalto cuando se abre.

No llegué a tiempo.

Al menos está vestido.

No como Jex, que anda desnudo por ahí, como si nada.

Sus ojos miel quedan tildados mirándome hasta que reacciona y se ata la camisa blanca, que la tenía entreabierta, tapando lo poco del pectoral que se le veía.

—Tú también usas tatuajes —opino sobre lo que llegué a ver —. Debe estar de moda ¿Qué era exactamente el dibujo? No lo entendí —digo como si nada, como si fuera Sirl, sin darme cuenta sobrepase la confianza.

Frunce el ceño.

—¿Eres una acosadora o qué? ¿Qué te da derecho a entrar a mi cuarto? —expresa molesto y tiene razón.

—Lo... lo siento —exclamo avergonzado, alzando las manos —. Supe lo de tu padre y vine a ver cómo estabas, Liar me dio tu dirección, espero no te enojes.

Bufa cansado.

—¿Por qué vendrías hasta aquí por mí? No me conoces.

Mierda, necesito una excusa para eso.

—Creo que me siento atraía por ti —digo indeciso porque se siente raro decirle eso al amigo que veo como un hermano.

Realmente parece que estoy coqueteando, en cierto modo las otras veces que me le acerqué no lo parecía. Estoy mejorando, pero no me agrada la idea de involucrar a Blade en esto. Ahora me doy cuenta que me puede venir la culpa. Es un buen chico, está sufriendo por su amigo y su padre, entonces vengo yo a traerle más problemas.

Me mira detenidamente y se mantiene callado.

—¿De verdad? —pregunta serio.

—¿Eh? Sí.

—¿Quién eres? —expresa de repente.

—¿Qué? —digo más confundido.

—Apareces de la nada en la escuela, te juntas con mis conocidos, me invitas al acuario como si sabrías de mí, llegas a mi casa diciendo que mi amigo te dijo la dirección, pero con sinceridad Liar no sabe donde vivo, no le digo esas cosas a cualquiera. Si no eres una acosadora, ¿quién eres? Porque no comprendo cómo conoces tanto ¿Pones cámaras o algo o qué? ¡Dime!

Está alterado.

No es para menos, su padre acaba de morir, sin embargo no puedo decirle quién soy, pensará que estoy loco.

Venganza InmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora