62. Humano

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La mansión de Blade es enorme, siempre lo pensé. Nunca había estado en el salón, entra tanta gente aquí.

El plan es simple, yo distraigo a Blade, mientras Jex intenta localizar sus restos. Nos separamos, entonces busco al rubio. La gente baila en el centro y lo visualizo a él en un costado, sentado al lado de una de las mesas, tomando un vino.

—Qué sofisticado —digo para generar una conversación.

Alza la vista, me sonríe observando mi vestido, deja la copa y se levanta de su asiento para mirarme mejor.

—Tú también —Devuelve el cumplido.

—Parece que te aburres —opino.

—Sabes que no me gustan las fiestas.

—Yo ya no conozco nada de ti, siento como si fueras otra persona.

—Soy el mismo, solo que no conocías mi otra parte, la que permanecía oculta gracias a mi padre.

—El cura —afirmo.

—No hay otro al que considere mi padre, Sword es solo alguien al que intento destruir, pero como sabes, eso es imposible, es inmortal.

—Como tú —digo fríamente y se ríe.

—Quizás.

—Cambias tu respuesta —le aclaro recordando nuestra primer conversación sobre esto.

—Te lo explicaré si bailas conmigo —Me ofrece su mano y la acepto.

Caminamos al centro con los demás y nos movemos al ritmo de una canción lenta.

—Entonces... —Hago una pausa —¿Dices que sí puedo matarte?

—Yo no dije eso, dije que te aclararía porqué cambié mi respuesta. Verás, quizás no lo hayas notado cuando te lo conté, o cuando te lo demostré en tus sueños, pero seré más directo, soy mitad demonio y humano. Los demonios no tienen sentimientos, los humanos sí, ¿comprendes?

Frunzo el ceño.

—No sé a dónde quieres llegar.

—Estoy dividido, a veces le hago caso a un lado y en ocasiones al otro. Es un conflicto, porque se mezclan sus opiniones y se detestas al mismo tiempo. Hay una lucha constante por quién se queda más tiempo, pero por momentos influye una en la otra.

—¿Y entonces? —Alzo una ceja.

—Que mis respuestas pueden ser falsas o no, dependiendo a quién beneficie, a mi lado humano o a mi lado demoníaco, porque déjame decirte que... —Se acerca a mi rostro y me paralizo —quiero destruirte, pero no puedo.

Es entonces cuando me doy cuenta que eso lo dice su parte de demonio y que no puede porque su lado humano se lo impide.

—¿Así ha sido siempre? —Trago saliva, sintiendo la garganta adolorida.

—¿La confianza? —Aleja su rostro —Para nada, mi padre ha controlado mi parte demonio muy bien, a pesar de que solo es un humano. Lo que no entendía es que no podía quitarme algo que ya era parte de mí. Con sinceridad estaba asustado cuando empecé a entenderlo, cuando comprendí que no había cura, luego simplemente lo acepté. Tenía miedo, pero creo que ya aprendí mi lección, no puedes luchar contra lo que eres —Suspira —. Lo aprendí a las malas.

—¿Y eso incluía matarme? —cuestiono enfadado.

—Intentaba protegerte, pero me salió mal —confiesa.

—¿De qué hablas?

Se detiene la música y me suelta, entonces retrocede.

—¿Tú quieres asesinarme, Sirl? Te tengo una buena novedad, aunque para ti será mala —Sonríe con malicia —. Ya lo estoy matando.

—¿Eh? —expreso impactado.

—A mi lado humano —me aclara —, y cuando lo haga, al fin podré asesinarte, y lo haré definitivamente.

Doy unos pasos hacia atrás ante tal aclaración.

—Tú... ¿Por qué...?

—Me irrita tener sentimientos por ti, pensé que había logrado matarte, pero volviste, mi lado humano lo logró, consiguió burlarse, tú eres su esperanza para destruirme pero no lo hará, yo lo destruiré primero —Hace una sonrisa retorcida —. Luego me encargaré de ti.

Ya no quiero seguir hablando, no deseo oír esas palabras hirientes de su boca, toda su explicación es confusa e inaceptable.

Doy unos pasos más para atrás, entonces me giro y me alejo buscando a Jex.

Necesito irme de aquí, me siento pésimo, no puedo seguir conversando esto con Blade, como si no significara nada.

No encuentro a Jex, lo he perdido de vista, así que decido buscar los restos por mí mismo, para largarme de aquí, lo más pronto posible.

Llego a un pasillo que parece bastante oscuro, me agarra un escalofrío cuando veo a alguien a lo lejos, estoy sorprendido al visualizar de quién se trata.

—¿Enuel? —expreso nervioso cuando noto que se acerca.

Tiene sangre en la cabeza, justo como cuando lo maté.

Retrocedo asustado y chillo cuando me choco con alguien detrás, el alivio no viene porque descubro que es Blade, acto seguido miro hacia donde estaba Enuel, pero ya no lo encuentro.

—¿Viste un fantasma? —pregunta el rubio sonriente y me aparto rápido de él.

—¿E... ¿Era real? —cuestiono nervioso.

—Crees en Parcas, en demonios, ¿y no en fantasmas? Eres más escéptico de lo que creí, Sirl —Ríe.

Frunzo el ceño.

—¿Te burlas de mí?

—Pienso que tú lo haces, vienes por los restos de Jex y ni siquiera me pides permiso ¿Creías que no lo sabía? —Sonríe.

—Yo...

Me agarra del brazo de una manera brusca y me empuja contra la pared. Me inmoviliza, para luego acercarse hasta mi rostro.

—No me hagas lastimarte, Sirl. Sabes de lo que soy capaz.

Frunzo el ceño.

—No te tengo miedo.

Se remoja los labios.

—Buscas los restos de Jex, están en el sótano ¿Quieres ir a mi cámara de tortura? —ofrece de repente y me agarra un escalofrío.

—¿Cámara de tortura?

—Sí, ahí donde mi padre intentaba quitarme el demonio que llevo dentro. Sin saber que en realidad yo soy parte de uno. Ahí tengo muchas cadenas, podría probarlas en ti.

Trago saliva.

—Tú...

Sus dedos bajan y pasan al tatuaje.

—¿Sabés? No te mataría si no fueras un problema, podríamos hacer cosas muy divertidas juntos —Me agarra un arcada, así que me tapo la boca cuando toso, del asco que empiezo a sentir, entonces él se ríe y continúa con su monólogo —¿Sabés por qué te violé? Por dos razones, arruinar el conjuro de mi parte humana, y también para saciar mi deseo por ti, ese que tengo por la debilidad de mi lado humano, así que al final es todo su culpa ¿Seguro que no tienes miedo? —Apoya su boca en mi mejilla —Podría jurar que puedo escuchar tus gritos.

Lo empujo cuando tomo el valor.

—¡Apártate! —le exijo alejándolo de mí —Voy a conseguir matarte —le aclaro.

—Quizás, la pregunta es, ¿cómo?

Trago saliva.

—Pues...

Un grito me interrumpe y la confianza de Blade se desvanece cuando reconoce la voz, es entonces cuando noto a su parte humana preocupada.

—¿Mamá? —Reacciona —Mierda, Sword —nombra a su padre biológico y sale corriendo en esa dirección, entonces lo sigo.

Al llegar al salón con todos los presentes, veo a aquel demonio sosteniendo a la madre del rubio con un cuchillo en el cuello de esta. Si ese tal Sword no tiene sentimientos, no dudará en matarla, parece que está decido a llevarse a Blade.

Venganza InmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora