53. Infinito

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Han pasado los días y Blade no ha vuelto a la facultad. Su casa es enorme, pero está llena de rejas y vigilancia, sería imposible entrar. La suerte me sonríe cuando me cruzo con Sery en la universidad, necesito conocer nueva información.

—Hola —la saludo y me mira mal.

—¿Me puedes decir qué le dijiste a mi hermano? —expresa molesta.

—¿Qué? —digo confundido.

Pone las manos en su cintura.

—No te hagas la tonta, discutieron o algo y ahora se la pasa todo el día metido en la iglesia de papá ¡No puedo ni entrar! Y estoy segura que tiene que ver contigo porque eres la única con quien estuvo hablando este último tiempo.

Si supiera... pero no quiero romper la imagen que tiene de su hermano, aunque no pienso que me creería, ni yo puedo todavía procesar lo que hizo, es tan complicado todo esto.

Reacciono.

—La iglesia —Me lo pienso —. Es vieja y no está conectada a tu casa, ¿cierto?

—Pues no, esa cosa se derrumba ¿A qué viene esa pregunta estúpida?

—¡Nada! —digo en alto —Es solo que pensé que podría hablar con él.

—No te va a abrir, está muy terco —Rueda los ojos.

No necesito que me abra si puedo meterme por algún lado.

—Ya veré cómo hacer —Sonrío.

—No lo va a permitir —insiste —. Ni a mamá le abre y eso es raro —Alza una ceja.

—¿Por qué? —indago.

—Es muy sobreprotector con nosotras, sobre todo con mamá —Se ríe y luego suspira —. Aunque no es para menos, mamá ha sufrido mucho, no entiendo porqué nunca se divorció de nuestro padre. Todos amábamos a papá pero no era muy buena persona, seguro te contó, aunque Sirl sabía más de eso —Bufa.

—Sí, sí, me dijo, era un golpeador —Hago una pausada ante mi comentario —. Sin ofender.

—Es la verdad, estaba medio loco, no te preocupes.

—Te hago una pregunta ¿Tú sabes sobre los llamados? —refiriéndome al padre biológico de Blade pero sin ser directo.

—Ah sí, ese hombre, sí, sí lo sé, por eso digo que mamá ha sufrido mucho, dirán que Blade es mi medio hermano, pero para mí es por completo —Se ríe, luego frunce el ceño y me señala —. Así que ya sabes, si le haces algo, te las verás conmigo —amenaza.

—Claro, yo arreglaré las cosas.

Pero no de la forma que tú imaginas, no de una manera buena.

Por la tarde me dirijo a su casa, visualizo la iglesia al lado, como supuse no tiene vigilancia ni rejas, solo está entablada y recontra vieja, se cae a pedazos esa edificación, si pudiera entrar por algún agujero sería lo ideal.

Miro al cielo, se está nublando, pronto va a llover. Me apresuro para entrar, cruzar los pastizales y revisar si hay alguna abertura. Algunas gotas caen, pero logro entrar antes de que comience el chaparrón. Está muy oscuro, se escuchan los truenos y acto seguido se ven los relámpagos, lo que ilumina la capilla, noto que hay un montón de símbolos dibujos en las paredes, algunos parecidos a los tatuajes de Blade.

Esto parece una película de terror.

Avanzo mientras oigo la lluvia en el techo y veo las imágenes cada vez que los relámpagos hacen luz.

—¿Qué haces aquí? —Oigo y agarro el cuchillo que está oculto detrás de mi pantalón —. Te dije que no volvieras.

Veo una sombra acercarse en la oscuridad, pero no estoy seguro de donde viene, va muy rápido entre las columnas. Me sobresalto cuando lo encuentro en frente de mí, sus ojos miel me miran fijamente, mientras se oyen los truenos y los relámpagos iluminando la iglesia.

—Vine a cumplir mi venganza —le aclaro.

Sonríe como siempre, usa aquel gesto amigable, el que me recuerda esa amabilidad que me mostraba.

—Ah, ya te decidiste —Siento su mano en la mía y me estremezco cuando la levanta, mirando el cuchillo en mis dedos —¿Qué esperas? ¿Una invitación? ¿Quieres que te ayude?

Trago saliva.

—¿Qué dices?

—¿Estás asustado? Pero si ya mataste, no hay nada que temer, déjame que te muestre.

—¿Q... ¿Qué haces? —Veo como mueve mi mano —¡Ah! —grito cuando se clava él mismo y baja la cabeza —¡Estás loco!

El cuchillo cae, se oye el sonido de la hoja golpearse con el suelo, entonces veo la sangre gotear en el piso, su camisa blanca manchada y la enorme herida que se provocó, aunque de repente esta comienza a cerrarse y mis ojos se abren en grande. Levanta el rostro entonces visualizo que sus ojos miel se convierten en amarillos y hasta brillan en la oscuridad, así que retrocedo.

—¿Q... ¿Qué rayos?

Sonríe cuando se pone erguido.

—¿Has oído sobre la maldad de la que hablan los curas, Sirl? —pregunta tranquilo y se mira las manos con sangre —Mi padre quería encerrarla, pero no pudo, no fue suficiente para contenerla y tuvo que dejarme caer, abandonarme, pero es cierto, ya era complicado, sigue creciendo como un parásito y un simple humano no puede con tanto.

—¿Qué estás diciendo? —expreso impactado.

—¿Crees en parcas y no crees en demonios, Sirl? Qué decepción.

—Tú...

Se ríe y me interrumpe.

—No, no soy uno, soy un híbrido, estoy dividido entre mi humanidad y mi parte demoníaca, por eso te fue imposible descubrirme. Es una lástima, ¿no? Porque no puedes matarme, ya sabes, esto puede llegar a ser una venganza inmortal.

¿Una venganza infinita? No puedo creerlo, es un monstruo y esto me confunde todavía más. Estoy en shock, no puedo ni moverme.

Venganza InmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora