4. Pareja

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Ropa...

Ropa, ropa, ropa.

—¡¿Por qué tanta?! —chillo viendo mi nuevo armario.

Jex camina por el departamento con mucha confianza, se acerca hasta mí y me aleja de las puertas del mueble agarrando mi mano, acto seguido sus dedos pasan por mi espalda, acercándome a su cuerpo.

—Tranquilízate, preciosa, es todo parte del plan —Me guiña —. Todo bajo control.

Apoyo mis manos en su chaqueta de cuero negro.

—Aparta —digo frunciendo el ceño —. Es mi espacio personal.

Sonríe de lado.

—¿Eso le dirás a Cruz cuando lo veas? No creo que lo conquistes así.

—Tú no eres Cruz.

—Y qué bueno, ¿no? —Acerca su rostro al mío.

Siento mis mejillas calientes.

—Mejor hablemos de la ropa.

—Cierto —Me suelta —. Revolcarse con la Parca debe ser terrorífico —opina.

—¿Eh? —expreso confundido —Yo no dije eso, pero tampoco me iba a acostar contigo —le aclaro.

Se ríe.

—Qué mala.

—¿Podrías dejar de tratarme en femenino? No estoy actuando en este momento y la verdad yo me sigo sintiendo chico.

—Comprendo todo ese rollo, pero no es divertido —Se relame los labios —. Soy una Parca, la moral para tratarte así, no está en mi sistema.

—Sigo sin poder creer que tengo a la Muerte en frente de mí.

Alza el dedo.

—Una de muchas.

—¿Por qué tanta ropa? —Cambio de tema señalando el armario —Y algunas son demasiado... provocativas.

—Si quieres conquistar a Cruz necesitas ser una mujer fatal, vestir super sexy, además me gusta ver tus escotes.

Bufo.

—La última acotación no era necesaria —Me cruzo de brazos.

—Lo sé, mi esposa siempre me reprende por eso.

—¡¿Tienes esposa?! —chillo indignado ante sus actitudes —¡¡No puedes coquetear por ahí!!

Se ríe.

—Es broma, eso fue hace años, no te alteres, estoy completamente soltero —Me guiña —. Igual no puedo tener relaciones serias con los mortales, así que olvídate de mí —Saca la lengua un instante.

Ruedo los ojos.

—Eres demasiado raro.

—Soy la Parca más genial de este universo, yo tengo onda, preciosa.

—Olvida la onda y dime qué me pongo, en unos minutos debo salir corriendo a la universidad.

—Tranquilízate, está a pocas cuadras, además debemos ensayar tu encuentro con uno de tus agresores —dice y asiento dándole la razón, luego en un humo negro hace aparecer un objeto —. Ah necesitarás esto dentro de un mes.

Miro las toallitas femeninas.

—¿Podemos hablar de eso después? —expreso avergonzado.

—Es que dentro de un mes te va a bajar, hay que estar preparados.

—¿Te burlas de mí? —Lo miro de mala manera y se ríe.

—Sé que te sientes hombre, pero hay cosas que no podemos ocultar.

Le saco los protectores femeninos de manera abrupta.

—Sí, como sea —Camino a paso fuerte y los apoyo sobre una mesita, luego me giro a mirarlo —¿Ensayamos o qué? —Alzo una ceja.

Sonríe.

—Claro —Levanta un libro.

~~~

Camino con varios cuadernos entre mis brazos, avanzando por los pasillos de la universidad. Veo a Cruz al final del camino y sonrío estando listo para la acción. Me le acerco, entonces hago que me choco con él, así todos mis papeles se me caen. El moreno cuando nota esto, primero me inspecciona a fondo antes de ayudarme, ya que es un malnacido y solo auxiliaría a alguien si es de su interés. En este caso, una chica linda. Sonríe agradándole lo que ve y se agacha para levantar mis cosas, cuando terminamos nos levantamos sin dejar de mirarnos.

¡Bingo! Te tengo.

—Lo siento, no te vi —miente el imbécil por mí, teniendo en cuenta que yo lo choqué a propósito y él lo sabe, pero es una táctica para demostrar que soy "una chica fácil" —. Eres nueva ¿Cómo te llamas?

—Shirley —presento mi nombre falso —¿Y tú?

—¡¡Cruz!! —Veo que del aula sale una pelirroja que se nos acerca.

Es su pareja, Marilyn. Prácticamente es a la chica que engaña con varias. Si quiero que me cuente todo sobre sus cómplices, debo quitarle el lugar a ella. Tengo que convertirme en la novia o la amante a la que le tenga confianza y le revele todos sus secretos.

¿Hasta dónde sabrá Marilyn de lo que hizo Cruz? ¿Estará involucrada? ¿O solo será la novia incrédula del agresor?

Venganza InmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora