49. Insensible

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Entramos a la comisaría con Cruz, me dirijo a un oficial, pero el moreno me señala una puerta y lo sigo, al entrar lo miro confundido.

—¿Qué hacemos aquí? —le pregunto mientras él revisa unos archiveros y luego lanza unos documentos sobre una mesa.

—¿Qué es esto? —Lo levanto y leo la etiqueta que tiene mi nombre —¿Cómo lo conseguiste?

—Te dije que mi padre trabaja con los de la droga, algunos polis corruptos intercambian información con él por un poco de pasta, así que tengo acceso a esto, si íbamos a hablar con cualquier oficial, seguro nos harían preguntas.

—Mm entiendo.

Muevo la tapa y rápido la cierro cuando veo la foto de mi cuerpo destrozado. Cierro los ojos, tomo aire y lo exhalo cuando los abro, para acto seguido mirar el archivo. Como dijo Cruz, mi cuerpo solo tiene el ADN de tres personas.

—Es cierto... —expreso pensativo.

—¿Ves? Yo no mentí, de todas formas, como ya te dije, no me importa, ahora deja de molestarme —Se gira hacia la puerta.

—¿Hay algo que sí te importe? Porque eres todo un insensible.

Suspira cansado.

—Ya te aclaré, he visto muchas muertes en mi vida y las personas a mi alrededor no han sido nada amables conmigo, todo ha sido muy duro, así que no tengo simpatía por casi nadie —Se da la vuelta a mirarme —. Pero sí, hay algo que me importa, empieza por Mari y termina con lyn, ¿lo captas?

—Sí, vi tus mensajes cursis —Ruedo los ojos —, pero aun así la engañas.

Sonríe.

—No se puede ser perfecto en todo ¿Nos vamos? —pregunta y asiento, así que lo sigo fuera de la comisaría.

Caminamos por la acera juntos.

—¿De dónde conoces a Sery?

Alza una ceja.

—¿Te la vas a pasar todo el día hablando? —Me mira indignado.

—Pues besarte no está en mis opciones —me burlo.

Se ríe.

—Qué bueno, porque no voy a besar a una loca que se cree un muerto, además como ya sabes, no tengo mucho libido, así que no hay necesidad —Saca un cigarrillo de su bolsillo y lo enciende.

—Fumas mucho, ¿no?

—Haces muchas preguntas, ¿no?

Me río.

—Eres imbécil —Le pego en el hombro y se quita el cigarro de la boca.

—Y tú una loca —Ríe también —. No puedo creer que estoy hablando tan amigable con la persona que me intentó matar, aunque sinceramente ya estoy acostumbrado a que traten de matarme por solo ser un espectador, debería unirme a ese coso de protección a testigos.

—¿Coso? —Alzo una ceja mirándolo raro, pero sonriente —Tú eres el loco, deja de juntarte con gente problemática.

—Lo intento, pero me persiguen, recuérdaselo a mi padre cuando lo veas —bromea y luego se pone serio —. Espero alejarme pronto de esa mierda.

Sonrío.

—Yo también espero que sí —Hago una pausa para volver al tema principal —. No vas a decirme nada más, ¿cierto?

—¿Quieres meterme en problemas? No gracias, yo salto de ese barco, bonita.

Me quedo serio mirándolo.

—Entiendo —Luego vuelvo a sonreír —¿Quieres comer helado?

Sonríe.

—Me parece bien.

Venganza InmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora