42. Largarse

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—¿Te caen mal los gays? —le pregunto a Cruz mientras comemos helado en una banca de la plaza.

—¿Eh? —Alza una ceja —¿A qué viene esa pregunta? —Mueve la cuchara.

—Nada, es solo que me pareció que trataste mal a Terry la otra vez —Unto un poco de helado del pote con el pequeño cubierto de plástico y lo miro fijamente —¿Qué me dices?

Se ríe.

—¿Terry es gay? Ni me había fijado —Detecto un poco de ironía en su voz —¿De dónde sacas esas cosas?

—Se preocupó mucho por Gek y tú dijiste algo sobre la homosexualidad.

—Ah sí, recuerdo eso —Mete la cuchara en su boca.

—¿Por qué crees que lo hayan asesinado?

—¿Eh? —Aleja el cubierto de sus labios y se los relame cuando le queda un poco de helado allí.

—A Sirl.

—Mm no sé, ¿perversión?

—¿Piensas eso? Yo creí que era por discriminación, ya sabes, todo el mundo sabía que Sirl era abiertamente bisexual, la gente es muy escéptica con esas cosas.

—Ah, ¿sí? Ni idea, la verdad no me importa, el chisme es algo que nunca me ha llamado la atención —opina tranquilo.

—Eres bastante insensible con la muerte de las personas ¿Por qué?

—Ya te lo dije, estoy acostumbrado a ver gente morir.

—Ah sí ¿Cómo? ¿Los mataste? —bromeo aunque en realidad hay verdad en lo que digo.

Se ríe y deja la cuchara en el pote.

—Claro que no, creo haberte contado que mi padre se mete en cosas que no debe ¿Sabes por qué Enuel era mi "amigo"? —Hace comillas con sus dedos —Porque mi papá tenía la merca.

—¿Tu padre está metido con las drogas? —Alzo una ceja.

—Vende droga —me corrige —, y ese oficio no es para santos, bonita.

Entrecierro los ojos.

—¿Con esto quieres decir que tu padre ha matado personas delante de ti?

Se ríe.

—Guárdame el secreto —Agarra la cerveza que está debajo de la banca y se la toma —. De todas formas planeo irme, estoy juntando dinero, me quiero largar lejos, en donde no me encuentre —confiesa.

—¿Te vas a ir?

—Sí.

¡Ja! Sobre mi cadáver, vas a pagar todo y no te vas a largar antes de que sufras por lo que hiciste.

—¿Y Marilyn? —Continúo la conversación.

—Obvio nos vamos juntos, ella también está cansada de su familia, así que me dijo que sí.

—¿Me abandonarás? —Revoloteo las pestañas y toco su hombro —¿Cuándo?

Se ríe.

—Cuando tenga el dinero suficiente, mientras tanto vas a tener que aguantarme.

Entre que este se quiere largar y el reloj que no para de moverse, me quedo sin tiempo.

Venganza InmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora