24. Trinity parte 1

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No he visto a Jex en dos días y falta poco para ir a la casa de Cruz. No puedo hacer esto sin él, necesito mi respaldo. Quiero llorar ¿Por qué me comporte tan mierda? Soy de lo peor. Si Jex no podía contarme, no tenía derecho a exigirlo, ahora está enfadado conmigo y me duele.

—¿Qué te pasa? —Me sobresalto mientras sigo sentado en mi pupitre y Blade se ríe —. Te di un susto, lo siento ¿Qué ocurre? —insiste.

Suspiro.

—Jex se enojó conmigo por contarte.

Agarra una silla y se sienta a mi lado, observa para todas partes, viendo que no hay nadie en el aula, para luego mirarme.

—Sigo sorprendido con esto, es tan raro que estés aquí y en esa forma, pero en realidad te encuentras en el cementerio, es todo muy tétrico, me da escalofríos.

—Sí, lo sé.

—Ese, Jex ¿Quieres que hable con él? —Alza una ceja.

—¡No! —chillo levantando las manos —¡No quiero más problemas, solo dejémoslo así!

—Vale, de acuerdo ¿Ahora sí vas a explicarme de qué va todo este asunto?

Bajo las manos.

—Es que... la policía no hizo nada, así que busco a los culpables de todo este asunto, solo diré eso. No puedo hablar mucho porque sino Jex se enfadará más de lo que ya está.

Suspira.

—Entiendo, si necesitas mi ayuda, cuenta conmigo, incluso para arreglarte con tu amigo, o novio o Parca o no sé qué es —Ríe nervioso.

Sonrío.

—Me gusta volver hablar contigo, siento que me he sacado un peso de encima. Imagino que si se lo dijera a mi mamá, se desmayaría, ya sabes, es media escéptica, siempre creyó que mi bisexualidad era una etapa. Aunque agradezco que pensara así y no me tratara mal como otras personas.

—Como mi padre —Recuerda —. Siento eso —se disculpa.

—No es tu culpa, hay gente que tiene mente cerrada.

—Es que era una persona con doble cara, nunca lo entendí, pero lo respetaba y mucho —Suspira.

Apoyo una mano en su hombro.

—Lo sé.

—Esto es tan raro —Se ríe.

Bajo mi mano.

—Lo sé —repito y río también.

—De hecho no sé cómo sentirme, estás aquí, pero en realidad no lo estás, ¿o sí? —expresa confundido.

—Mi alma se encuentra aquí —digo amigable y luego me lo pienso —. Bueno, es lo que entiendo —Río.

—Comprendo, aunque es incómodo pensar que nos besamos, eso tampoco me lo has explicado.

Me sonrojo.

—¿Puedo evitar esa parte?

—No, porque no tengo la más pálida idea de cómo comportarme ahora que sé que eres Sirl, necesito respuestas. O sea eras como un hermano para mí en vida, y ahora en esta nueva, casi que nos convertimos en pareja, no puedo decir por completo, porque nunca formalizamos nada. Sin embargo ahora tengo a estas dos personas, que son la misma, y no tengo idea de qué hacer ¿Debo besarte como a una novia o estrecharte la mano como a un amigo? Estoy muy confundido.

Suspiro.

—No te enojes pero... nunca quise generarte esta confusión, me acerqué a ti por algo que no sé si puedo decirte, y si te lo aclaro seguramente te enfadarás.

—O sea que no te acercaste a mí con motivos románticos —Teoriza.

—Exacto —Asiento.

—¿No sientes nada por mí? ¿Me mentiste entonces?

Mi corazón se acelera, me sonrojo estando confundido y avergonzado.

—Eh... no sé.

—¿Y cómo seguimos?

—Ni idea —Muevo los hombros —. Lo que surja.

—Vale —Sonríe y luego se pone serio —. Ahora dime ¿Te puedo ayudar con ese tal Jex? Te ves fatal luego que discutieron, y fue por mi culpa, así que...

—En realidad fue porque me metí en donde no debía —lo interrumpo y explico —. Es que mientras discutíamos sobre el tema, mi curiosidad por saber de él me ganó y terminé diciendo cosas hirientes.

—Bueno, todos tenemos derecho a saber con quién nos rodeamos, ¿no? Seguro no hiciste nada malo, solo querías conocerlo.

—Sí, pero no creo que me lo diga nunca —Bufo —. Es esa clase de persona que oculta todo detrás de una sonrisa hechizante —Suspiro enamorado.

—Así que ese era el chico malo, al menos no es Cruz —Se ríe.

—Iugh, no, que horror —Hago cara de asco y los dos nos carcajeamos.

—Bueno, si nunca va a decírtelo, averígualo por ti mismo, aunque lo único que podrías revisar sobre Parcas en internet son cosas fantasiosas.

Me lo pienso.

—Cierto, pero sí puedo averiguar sobre Trinity Black.

—¿Quién? —Alza una ceja.

—No sé el nombre completo de Jex, pero sí el de su esposa —Me levanto de mi asiento —. Ven, vamos a la sala de informática.

—¿Las Parcas tienen esposas? —Me sigue.

—Créeme, yo me pregunté exactamente lo mismo.

Venganza InmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora