28. Información

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Cruz se da cuenta que estoy deambulando por el living, así que dejo su celular y agarro la ropa.

—¿Qué estás haciendo?

—¿Nos bañamos juntos? —Se me ocurre de repente para distraerlo.

—¿Qué? —Alza una ceja —Ni hablar, estoy cansado —Se acomoda sentándose en el sillón, entonces comienza a vestirse.

—Qué raro que no quieras —opino.

Se pone las zapatillas y no me mira.

—Ya suenas a mi novia ¿Por qué las mujeres son tan hormonales?

Frunzo el ceño.

—¿No estarás generalizando? Además creí que tú eras de esos.

Se ríe.

—Primor, te falta conocerme más, no soy tan calentón como parezco.

Me pongo la ropa, me le acerco y me siento a su lado, alzo una ceja.

—Ah, ¿no?

—No, de hecho no tengo mucho libido.

No puedo creer esa gran farsa, este tipo seguro tiene bastante deseo sexual, es un depredador sexual, un violador, obvio que tiene libido.

Entrecierro los ojos.

—¿No te debería dar vergüenza mentir? ¿Dónde quedó tu hombría? ¿Le dices eso a todas tus amantes para quedar como santito?

Hace una carcajada.

—Eres divertida, Shirley.

Sonrío y aprovecho para sacarle información.

—Si tú no estás calificado, ¿quién de tus amigos sí? Ya sabes, si no te molesta podría jugar con alguno.

Saca un cigarrillo y lo enciende, gira su vista a mirarme con el cigarro un momento en la boca, luego al alejar el objeto de sus labios para exhalar el humo sonríe.

—Si quieres pasarla mal, Enuel. Terry y Gek son más tranquilitos.

Mira como me entrega en bandeja sin ninguna duda, seguro a Marilyn no le hace eso. Sin embargo al menos he obtenido un poco de más información sobre los otros, al parecer no necesito ser su número uno para que me diga cosas. Aunque pasar tiempo con él me ha servido, creo que la confianza se ha elevado. Al final Jex tenía razón, si que ha funcionado acostarme con Cruz.

La Parca ni siquiera ha tenido que intervenir y ha visto su porno. Ya cuando salgo Jex me mira con una sonrisa y caminamos juntos. No puedo creer que no esté ni un poco celoso, o peor que siga enojado, porque esa sonrisa me oculta muchas cosas, lo sé.

Me despido de él cuando se va a hacer su trabajo de Muerte y al día siguiente no lo veo. Camino por la universidad, entonces sigo mi rumbo, estoy tan distraído que me choco con alguien.

—¡Ten más cuidado! —expresa molesto pero no presto mucha atención porque me he cruzado con la puerta del baño en las que ocurrió todo.

Me juré a mí mismo no pasar por estos pasillos nunca más, pero mi mente no estaba prestando atención. Cuando reacciono miro a la persona para disculparme, pero me detengo, mis pupilas se dilatan, mis manos sudan, abro la boca despacio y trago saliva.

—Steven.

Venganza InmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora