13. Celoso

567 64 55
                                        

Ato el saco en mi cintura por si las dudas mancho algo, a pesar de que me puse el protector femenino, es que no confío en esa cosa. Me acerco a Blade cuando lo veo salir del aula, la hora de clase ha terminado. Cuando lo alcanzo le regalo una sonrisa.

—Gracias otra vez —le aclaro.

—No hay razón —Sonríe también.

—¿Te gustaría salir uno de estos días de nuevo?

—Claro, me encantaría, fue bueno ir al acuario y distenderse.

—¡Eh, Blade! —Se acerca Liar —¿Todo el día con la nueva? —Mueve las cejas.

—¿Celoso? —bromea.

—¡No! —Se ríe y después se pone serio —. Por cierto, estaría bueno visitar la tumba de Sirl, ya ha pasado un mes de su muerte.

—No sé si estoy listo —expresa triste, luego reacciona y me mira —. Eh... seguiré hablando con mi amigo ahora —Lo señala y asiento.

Veo como se retiran.

Me gustaría decirles, pero eso le traería problemas al plan y hablando de eso. Miro a Cruz, se está besando con Marilyn adelante de todo el mundo sin importarle nada. Hoy estuvieron muy pegados, no paran de calentones.

Entiendo cuando Jex dice que tengo que tener experiencia, porque para ser la número uno, tendría que ser peor que Marilyn. Esta pareja me enferma, sin embargo debo ser así de apasionada que esa mujer. Nunca la voy a vencer si me comporto como inocente.

Esa chica da lástima. Si supiera lo que ha hecho su novio. Sin contar los engaños, porque no sé si es idiota o se hace.

Quizás está loca.

Bueno, será mejor que me vaya, sino pareceré acosador o desesperado, pero en femenino porque tengo cuerpo de mujer.

Qué horror, me duele todo.

Luego de un rato al fin llego a la casa, tiro la mochila al suelo y cierro la puerta, se escuchan las llaves apoyarse en la mesa. Miro para todos lados viendo que no está Jex. Bien, entonces aprovecharé y me tomaré una ducha caliente.

Desabotono mi blusa mientras me acerco al cuarto de lavado y me detengo cuando oigo agua.

¿Es broma?

Me sobresalto cuando se abre la puerta del baño, entonces chillo.

—¡Ah estás desnudo! —Me cubro la cara. Esta vez de verdad lo está —¡¿Qué es eso de andar de exhibicionista?! —me quejo.

—El Sirl es bien pudoroso, pero Shirley no puede serlo —aclara —. No era para practicar, pero te sirvió, ¿eh? —Se ríe —La verdad es que olvidé la ropa sobre la cama.

—¿Ya te vestiste?

—No.

—¡¿Pues qué esperas?! —chillo mientras sigo cubriéndome los ojos.

—No sé ¿Qué te muevas?

—¡¡No puedo moverme, estás desnudo!!

—Entonces no puedo pasar —Vuelve a reír.

—Pe... pero... —Hago puchero.

—Ay ya perdiste la conversación —me recuerda —. No te preocupes, puedo vivir con eso.

—Eres malo.

—Nunca dije lo contrario. Por cierto, se te ve el sostén.

—¡Ay! —Me giro veloz, así que ya bajo las manos y me abrocho los botones rápido —¡No mires, depravado, pervertido, degenerado!

Se ríe.

—Yo no hice nada, tú eres la que me espiaba en el baño.

—¡Claro que no! —grito, entonces veo su ropa en la cama, por eso corro hasta ahí y la agarro. Mi corazón se acelera cuando veo su mano también para tomarla, rápido me doy la vuelta para así dársela —¡Aquí tienes! —digo avergonzado.

—Gracias —Sonríe.

—Ve a vestirte —Insisto.

—¿Cómo fue tu día? —Se pone la ropa delante de mí.

—¿No... ¿No deberías secarte? —pregunto dudando.

—Ya lo hice —expresa tranquilo —¿Saliste con Blade otra vez? ¿Cómo va la práctica?

—Bien, muy bien —Veo como se cierra la cremayera de su pantalón y ya no veo su bóxer.

¡¿A dónde estás mirando, idiota?!

Alzo la vista a sus ojos.

—Eh... ¿No preguntas por Cruz? —Sigo la conversación.

—Cálculo que no has hecho ningún movimiento —Teoriza —. Además, tú quieres con el niño buenito —refiriéndose a Blade.

Ruedo los ojos.

—¿Otra vez con con eso? Para mí el que está celosito —utilizo la misma palabra que usó él con anterioridad —eres tú.

Hace una carcajada.

—¿Yo? ¿Celoso? ¿De un nene de papi? Eso es muy divertido. Por favor, es un mortal, no me llega ni a los talones. Además, eso no tiene sentido, no soy celoso, me atraes, sí, pero hace cinco años que no le hago una escena de celos a una mujer, así que pierdes tu tiempo preciosa.

Frunzo el ceño, luego reacciono.

—¿Cinco años?

Hace un sonido con la boca.

—Mierda, se me fue la lengua —expresa molesto, perdiendo la típica sonrisa que siempre tiene.

—¿Qué quieres decir?

Vuelve a sonreír.

—Comenté cosas que no debía contar, reglas de parcas, no puedo hablar. Lo que pasa es que soy muy parlanchín, por eso mis jefes me aman —expresa lo último con sarcasmo y se ríe —. Ay qué lindo que soy.

—Ahora me quedaré con la intriga —Bufo y me cruzo de brazos quejándome —¿Tiene que ver con tu esposa? —Recuerdo.

Alza su dedo índice.

—No, tiene que ver con que no puedo hablar de mi pasado y no tengo esposa.

—Pero la nombraste una vez.

—Ups —Se ríe.

—Ahora tengo curiosidad ¿Las Parcas se pueden casar? ¿Cómo se casan? ¿Es una boda normal?

—¿Tu sostén es blanco? No lo vi bien —pregunta de repente y me sobresalto —¡Lo sabía! —Ríe otra vez.

—¡¿Qué te importa?! —grito sonrojado —¡¡Me cambiaste el tema a propósito!!

—Chocolate por la noticia, volviendo al verdadero tema que nos compete ¿Ya estás lista para la acción?

—¿Qué acción? —Bufo —Si me da ganas de vomitar cada vez que Cruz me quiere tocar.

—Hablaba de la mía —Carcajea.

—¡Mente sana, mente sana, mente sana! —Me cubro los oídos.

—Quita eso —Aleja mis manos de mis orejas sin dejar de sostenerlas —. Tendremos una cita.

Mi corazón se acelera y mis mejillas arden fuertemente.

—¿Tú y yo? ¿Por qué?

Se ríe.

—Porque esto está yendo demasiado lento y hay que apresurar motores —Me hace caminar hasta la puerta sin soltar ni un instante mi mano —¡Vamos a la aventura! —grita alegre.

No te emociones. No te emociones. No te emociones. Ah ya lo hice.

Soy idiota.

Venganza InmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora