Venganza Inmortal

55. Malo

Voy al cementerio, no debería, Jex se va a enfadar, pero tengo que llegar al fondo de todo esto. Me acerco a la casita del cuidador y le toco la puerta, haciendo dos golpecitos. Me abre, entonces me hace pasar para mirar los registros.

—¿Cómo dices que se llamaba? —pregunta cambiando de páginas.

—Jex, pero no sé el apellido, murió hace cinco años, su esposa se llamaba Trinity Black.

Se da la vuelta sorprendido.

—¡Ah! —Recuerda algo —Qué bueno que la mencionas, me acuerdo patente que hace unos meses alguien también vino a ver su tumba, me pareció raro porque nadie jamás ha venido a visitar esa lápida, cálculo que es porque era un preso y se hablaba muy mal de él —Se gira y vuelve al libro —. Déjame que te lo busco, creo que estaba por esta página.

—¿Se hablaba muy mal? —expreso pensando en sus palabras.

—Sí, aunque por lo que oí su muerte fue horrorosa, había mucho odio para ese muchacho —Se da la vuelta y camina en dirección a la salida —. Ven, sígueme, te mostraré.

Voy detrás de él y luego camino a su lado una vez que salgo de la casita.

—¿Cómo murió?

—Creo que los presos lo quemaron vivo, no me acuerdo bien.

—Lo quemaron... ¿vivo? —exclamo impactado.

—Muchos dicen que se lo merecía, pero si nunca se cerró el caso, no entiendo porqué hicieron eso —Se detiene —¡Ah, justo aquí! —Mira la tumba sorprendido —Cuanta maldad —opina —¿Por qué no dejan a los muertos en paz?

Veo que la tierra está movida y no hay nada más que un hueco vacío.

—¿Qué pasó?

—Parece que se llevaron el cuerpo, o mejor dicho lo que quedaba de sus restos.

—Qué horrible —opino.

—El odio de la gente puede llegar a mucho.

—¿Pero de qué se lo acusaba? —Levanto la vista a mirar al hombre.

—De violar a su esposa y matar a su hermano, no sé cuántas puñaladas fueron, pero dicen que eran una exageración, mucha rabia acumulada al parecer.

—¿Cree que es cierto?

—Soy un chismoso, pero no sé tanto —Se ríe —¿Por qué quieres saber sobre él?

—¡¿Eh?! —Reacciono nervioso —¡Es un proyecto para la universidad! —me invento rápido.

—Genial, espero haberte ayudado, ahora si me disculpas, debo ir a reportar que exhumaron el cuerpo o mi superior me va a matar.

Se gira para retirarse y lo veo irse. Acto seguido miro la tumba vacía. Al final tengo más preguntas que respuestas. Esto no explica nada, si no fuera por el hombre, estaría en punto muerto, sin ningún hallazgo.

—¿Te diviertes? —Oigo esa voz y me sobresalto.

—¡Ay, Jex! —chillo cuando lo veo aparecerse al lado de mí —Me asustaste.

El corazón me corre a mil por la sorpresa. Él me mira enfadado y tira el reloj al suelo.

—Yo preocupado por ti y tú otra vez metiéndote donde no debes —exclama indignado —. Tú... —Se calla y mira su tumba sorprendido —¿Dónde está?

—Al parecer se llevaron el ataúd con los restos y todo —declaro.

Observa el hueco preocupado.

—Eso es malo, muy malo.