Hoy voy a matar a Enuel y luego de poner la advertencia, quizás consiga más datos de alguno de los culpables. Me deshaceré del sádico, descubriré al arrepentido, le sacaré información al bruto, o sea Cruz y... todavía no sé cómo catalogar al cuarto.
"He esperado este momento durante mucho tiempo".
Sus palabras me dan escalofríos todavía. Espero descubrirlo lo más pronto posible, como pasó con Enuel. Solo tengo tres nombres que podrían ser los posibles culpables. Terry, Gek, que solo lo he visto una vez y viendo a Steven cerca del baño, no lo puedo descartar.
¡Ni siquiera sabía que estaba viniendo a mi universidad!
Pero no sé si lo veo capaz de hacer algo así, es un pedante, tiene doble cara, ¿pero puede ser un asesino? No debo sacar conclusiones apresuradas, antes tengo averiguarlo. Aunque como no le gustan las mujeres, sería complicado acercarme.
Necesito que alguien lo haga por mí.
Como sea, cité a Enuel a la universidad, ya es tarde, así que no hay muchas personas, le dije que le conseguí droga y me creyó. Camino al baño de mujeres, o sea el que no está clausurado, entonces entro en este. Creo que no podría ir al de mi propio asesinato, ya que no me siento preparado. Miro el cuchillo en mi mano, lo apoyo en el lavabo y me observo al espejo.
—Puedo hacerlo.
¿Lo voy a matar a puñaladas? No sé si me creo capaz de tanto, solo necesito su sangre para el mensaje en el vidrio, así que conseguí esto. Saco de mi bolsillo unos somníferos. Voy a dárselos como si fueran esas drogas alucinógenas que tanto le gustan.
Me sobresalto cuando se abre la puerta y veo a Enuel, el cual la traba para que nadie vea. Sus ojos ya están rojos, demuestra que ya se ha estado drogando, bien por mí, quizás no se dé ni cuenta. O sea quiero que lo sepa, pero cuando ya esté agonizando. No quiero estar en desventaja. Él es muy alto, me lleva dos cabezas, cualquier paso en falso y estoy perdido.
—¿Tienes la merca? —pregunta.
Asiento y le doy la bolsita transparente, sin dudar se toma todas las pastillas.
Ah este se gana el premio al imbécil del año. Mira, le ganó a Cruz, el cabeza de nuez.
Por eso dicen que la droga te come el cerebro.
El tiempo comienza a pasar y se marea, aunque ya estaba medio bobo cuando llegó, camino hasta el lavabo, entonces tomo el cuchillo.
—¿Sabes por qué estás aquí? —le pregunto tranquilo.
Bosteza.
—¿Para drogarnos? —Se ríe —Aunque nunca había probado de estas, son raras.
Sonrío.
—Sí, son muchas cosas ¿Puedo preguntarte algo? —Frunzo el ceño —¿Por qué lo hicieron?
—¿Hacer qué? —Se toca la cabeza mareado —Espera que necesito una siesta —Camina tambaleándose hasta la pared.
—A Sirl ¿Por qué lo violaron?
—¿Qué? ¿Eres una vengadora o algo así? —pregunta con la voz rasposa y me mira de costado —¿Eres otra de mis alucinaciones?
—Entonces lo admites.
—Se lo admití a mucha gente, cariño, hasta al oficial que me preguntó y no pasó nada, me pareció raro, pero no importa —Se ríe —. Fue divertido, me convocaron y fui, y eso que no me gustan los hombres —Se relame los labios —. La droga puede hacerte cometer tantas estupideces a veces.
—¿No te arrepientes? —Presiono el cuchillo con fuerza entre mis dedos.
—¿Para qué? Si ya está muerto.
—Pues va a vengarse de ti ahora.
—¿Sirl? ¿De mí? A penas conocía su nombre —Vuelve a reír —. Ni siquiera voy a esta escuela, universidad o lo que sea.
—No necesitas conocer a alguien para tenerle un poco de respeto por su vida y su cuerpo.
—Puf, cálmate loca, la gente se muere todo el tiempo, es normal.
Presiono los dientes y los ojos se me humedecen.
—Pero no así, no de esa manera y definitivamente no por culpa de desgraciados como tú.
—¡Uh, está loca! —dice cuando lo ataco y me esquiva.
Debí hacerlo cuando perdiera el conocimiento, pero perdí los estribos. Limpio mis lágrimas y suspiro. Muevo el arma blanca entre mis dedos, sin dejar de observarlo.
—Calma, yo no lo maté, ojo por ojo no es, házcelo al otro tipo —pide.
Habla del que tenía el cuchillo.
—¿Conoces su nombre? —indago.
—No, yo a ese no lo he visto en mi vida, pregúntale a Cruz, él es el que conocía a todos.
O sea que no es Terry ni Gek, quizás podría ser Steven.
—Basta de charla, no me sirves para nada y me lo acabas de confirmar.
Sacarle información a este tipo es una pérdida de tiempo porque no entiende ni lo que dice, quizás alguna que otra cosa sea verdad, pero nada que me aclare las cosas.
Lo ataco otra vez y forcejeamos con el cuchillo. La fuerza está igualada porque él está drogado, porque sino me encontraría perdido. Aunque su altura no me ayuda mucho. Lo empujo logrando alejarme, agarro el tacho de basura y se lo tiro en la cabeza, se golpea entonces cae al suelo, se escucha como un "crack" y veo sangre.
Se ha chocado fuerte con el piso.
Avanzo despacio hasta él, tengo las manos lastimadas con mi sangre y la suya por el forcejeo, me las refriego, para luego al agacharme tocar su pulso en su cuello.
Sí, se murió.
Siento una tensión en mis dedos y me levanto despacio. No reacciono a la situación, pero me acerco a escribir el vidrio.
"Esta es mi venganza, volveré por los que faltan".
Escribo y firmo mi nombre. Aun así, mis manos siguen manchadas. Me acerco al lavabo y me las enjuago los más que puedo. Respiro con agitación y lloro, me refriego las lágrimas, entonces veo que he manchado mi cara.
Parezco el monstruo de una película de terror, pero ya no hay tiempo para lamentarse, hace rato que dejé de ser una buena persona, esto tarde o temprano iba a pasar.
ESTÁS LEYENDO
Venganza Inmortal
Paranormal¿Qué pasa si un día mueres y la parca te da la oportunidad de vengarte con otro cuerpo pero con tu sexo opuesto? Sirl ahora será Shirley y engañará a los culpables. Viviana Valeria V.