Venganza Inmortal

27. Incriminar

Entro despacio a la casa de Cruz, es pequeña y común, como mucho tendrá tres ambientes, aunque algo reducidos ¿Cómo es que eludió a la policía? Es obvio que no tiene mucho dinero para ni siquiera un pequeño soborno. Aunque no hay ninguna pista que lo incrimine con mi asesinato, alguien debió haber puesto dinero para que no se investigue o que salga todo a la luz. Claro que viendo la casa se nota que la mente maestra no es él, el que ideó esto mínimo tiene que tener algo de dinero, pero cuál de sus amigos será de alta sociedad.

—Eres muy observadora —opina el moreno y sonrío.

—Tienes una casa bonita y limpia.

Se ríe.

—¿Pensaste que estaría todo desordenado? Querías sorprenderme con el desastre al llegar tan temprano, ¿eh?

—Algo así.

—Pensaste que era un sucio.

—Para nada —Revoloteo las pestañas.

Solo que eras un mugriento asqueroso de mierda.

—Pues ya ves que no.

—Pues me sorprendiste —Me acerco hasta él y apoyo la mano en su torso —¿Estamos solos? ¿Y tus padres? ¿O eres independiente ya?

Ríe otra vez.

—Como está la economía no creo, mi padre se encuentra de viaje —Se aparta y va a buscar algo a la heladera, saca una cerveza de allí —¿Y la ramera esa? Quién sabe, seguro con algún amante —Bebe un sorbo —. Nunca suele haber nadie por aquí, así que no importa mucho —Acerca la botella —¿Quieres?

—No, gracias.

Te prefiero a ti borracho.

Aunque no sé cuánta tolerancia tiene.

—¿Y a tu novia la traes mucho por aquí? —le pregunto mientras sigue bebiendo.

—¡Ja! A esta pocilga, ni hablar.

—Se ve que le das muchos lujos —Hago una pausa —. Me refiero a que... te vi cuando le regalabas ese anillo caro.

Sonríe y deja la botella sobre una mesita, luego se acerca hasta mí, entonces me agarra de la cintura, aproximándome a su cuerpo.

—¿Celosa?

Ni en un millón de años, antes de eso vómito, recontra vómito y por las dudas vómito otra vez.

—Un poco —Me hago que tengo vergüenza.

—Marilyn es especial, no puedes competir con ella —dice sin rodeos.

Si la respetarás un poco, no la engañarías con otras mujeres, ni mucho menos hubieras violado a una persona en el baño. Seguro no pensaste en ella ni un instante, asqueroso.

—¿Qué la hace especial? —Continúo con la conversación.

—No tengo idea, se llaman sentimientos.

—¿Y a dónde se van esos sentimientos cuando miras a otras mujeres? —Pongo mi rostro a centímetros del suyo.

—No tengo todas las respuestas, bonita —Me besa de una manera feroz y le correspondo, de un momento a otro me tira sobre el sillón, así que sigue uniendo nuestros labios —. Al fin, te has hecho de rogar, pero al fin cumples mis deseos —Se saca la remera hacia arriba y la tira para atrás —. Ya estaba impaciente —Me vuelve a besar.

—Mejor cállate —digo fríamente y agarro su rostro con ambas manos, entonces lo sigo besando.

—Primero la tímida, luego la demandante, empiezo a pensar que eres bipolar —Me levanta una pierna y la apoya sobre su hombro, para luego continuar con el tacto de nuestras bocas —. Pero tienes razón, para que hablar si se puede echar un polvo.

Sí que es bruto el niño.

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¿Tener sexo con tu mayor enemigo? Sí.

¿Dejarlo exhausto? Sí.

¿Quitártelo de encima? Estoy en eso.

—Mierda qué pesa —Le saco el brazo que me aplasta y me levanto despacio del enorme sillón.

Veo como ronca y luego camino en puntitas de pie hasta la habitación. Rasco mi cabeza mirando dónde puede haber una pista. Rápido, reviso cada cajón, no veo nada. Giro mi vista a un mueble con vitrina y cuando lo abro veo una espada. Debe valer una fortuna, tiene algunos diamantes incrustados. Es obvio que Cruz no puede pagar esto.

Más pasa el tiempo, más creo que esto tiene que ver con un trabajo, le pagaron a Cruz y a sus acompañantes para violarme.

Mentes enfermas.

Necesito algún indicio sobre esto. Salgo del cuarto y reviso su celular que está sobre una mesa. No hay mensajes raros, solo de amor con su novia.

Guácala, cuanto empalago.

¿Quién diría que Cruz fuera tan cursi?

—¿"Este amor será eterno"? —Leo en voz alta, alzando una ceja —Vomitaré.

Sigo bajando los mensajes y llego a la fecha de mi asesinato. Hay varias llamadas de un número privado y también un WhatsApp de Terry.

"Yo me largo, no cuentes conmigo".

Ni idea si esto lo incrimina, me gustaría conocer más. Aunque de algo estoy seguro, ahora he descubierto que su amigo se encuentra al tanto de lo que ocurre. Quizás le contó, o puede que también esté implicado.