40. El umbral del mundo feliz

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Quien no puede pensar es un idiota; quien noquiere pensar es un fanático; quien no se atreve a pensar es un cobarde

Sir Francis Bacon

Cada vez recurrimos con más frecuencia a la tecnología. Incluso nos permitimos emplearla para alterar el curso de la naturaleza. Veamos algunos ejemplos:

En el mercado se incrementa diariamente el número de alimentos transgénicos, es decir, aquellos producidos a partir de un organismo cuyo material genético ha sido modificado con un gen procedente de otro. Pueden conseguirse de esta forma cultivos de frutas, verduras y hortalizas más protegidos contra las plagas o en condiciones climáticas adversas. A priori la biotecnología sólo aporta ventajas, aunque se debate mucho acerca de si los productos que finalmente consumimos sean alergénicos, tóxicos o resistentes a los antibióticos.

La criogenización (o criopreservación) es una técnica de conservación de tejidos y células a baja temperatura para conseguir que tengan las mismas características en el futuro. El cerebro o el cuerpo completo de una persona fallecida a causa de una enfermedad incurable se mantiene indefinidamente en nitrógeno líquido hasta que la ciencia halle la cura a su dolencia para después intentar "resucitarla". A día de hoy esto es inviable. Actualmente es habitual congelar esperma, óvulos o incluso embriones fecundados. Pero no es científicamente posible revivir un organismo completo, no al menos sin causar daños fatales. A pesar de que existen varios cientos de seres humanos que han accedido a semejante procedimiento, nadie puede garantizar que consigan su objetivo de volver a la vida. Y casi mejor así porque ¿acaso se imaginan volver al mundo cincuenta o cien años más tarde? Aunque fuese factible no es probable que lo deseasen.

Por su parte la clonación es el proceso a través del cual se consiguen, de manera asexual, copias idénticas de un organismo, célula o molécula. Hasta ahora se han clonado animales y, en seres humanos, está limitada a su vertiente terapéutica para eliminar mutaciones a través de células madre. Aunque de momento nadie se ha planteado clonar seres humanos completos (procedimiento extraordinariamente complejo que de momento parece inabordable) no se descarta que esto llegase a ocurrir si se soslayasen los obstáculos técnicos y el conocimiento cayese en las manos equivocadas. En ese caso los hombres se convertirían en meras piezas industriales (con un número de serie o código de barras como único criterio de distinción) que formarían un organigrama global. Insignificantes eslabones carentes de identidad que moverían la cadena de una sociedad automatizada y jerarquizada. Aldous Huxley y George Orwell fueron sendos visionarios que reflejaron como nadie sus concepciones de un futuro mecanizado y deshumanizado. Describieron con escrupuloso detalle los entresijos de civilizaciones gobernadas por entes supremos. Estos "grandes hermanos" destruirían y aniquilarían cualquier idea o pensamiento que se saliese del rígido orden establecido. Controlando los impulsos nerviosos y los movimientos de la retina ocular, estos regímenes absolutistas privarían al hombre de la característica que más lo diferencia como especie, su imaginación y libre albedrío, condenándolo a un estado de esclavitud, al de un autómata que sólo recibiría órdenes y no tomaría decisiones propias.

En un mundo cada vez más gobernado por las máquinas (que ya ejercen un control considerable sobre cada individuo y sobre las decisiones colectivas) nos estamos viendo superados por el propio avance de la cibernética. La amenaza es mayor a cada día que pasa. Tocamos cualquier pantalla y moviendo un dedo obtenemos respuesta a todo lo que deseamos saber. Sin darnos cuenta o tal vez intencionadamente le hemos otorgado inteligencia a los cerebros electrónicos. Que lleguen a superarnos es sólo cuestión de tiempo.

Promesas incumplidas de juguetes rotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora