Sempiterno [Rewrite The Stars]

Capítulo 11

Micaela

Estaba tan cansada que no me di cuenta a qué hora me quede dormida, me despertaron unos golpes en la puerta.

La concha de la lora, debe ser Elisa.

Me levanto rápido de la cama y me voy a abrir a puerta.

-hey hola –me saluda, estaba completamente hermosa, me quiero morir porque yo seguramente estoy hecha pija.

-hola, soy una pelotuda, en cuanto vine me acosté y me quede dormida, te invito a pasar a mi habitación mientras me cambio rápido, o bueno si queres bajas, no importa si me quedo, yo después los alcanzo –espero que me haya entendido porque hable demasiado rápido.

-no te preocupes, te espero –me hago a un lado para que pueda pasar –de hecho a mi también me dieron ganas de quedarme a descansar. Mañana ni me voy a poner levantar de lo que me va a doler el cuerpo.-comenta riendo un poco. – ¿te molesta si te espero en el balcón?, tienes una vista muy linda.

-sí, sí, adelante –asiente y me sonríe, yo trago fuerte, Micaela no es momento como para que te pongas nerviosa. Ella se va al balcón y corro a la ducha para darme un baño rápido, siempre me ha gustado la sensación de estar limpia y ni ahí me iba a ir a un boliche sin antes bañarme. Cinco minutos después salgo de la ducha y me doy cuenta que no busque mi ropa antes de meterme aquí. Mierda, voy a tener que salir en toalla, y me da pena. Pero no tengo opción, busco la toalla más grande y envuelvo mi cuerpo en ella. Salgo del baño y por dicha Elisa aún estaba en el balcón, voy hacia mi maleta y comienzo a buscar la ropa más adecuada para ponerme.

-Micaela, dicen los chicos que… ay perdón, para mí que todavía seguías en el baño. –se disculpa al ver que estoy en toalla.

-no, no pasa nada –miento, me giro y hago como que si estoy buscando algo en uno de los muebles al lado de mi cama para evitar que ella vea que me he sonrojado, mi cara debe de parecer un tomate ahora mismo -¿Qué dicen los chicos?

-que el uber ya llego, y que para no hacerlo esperar, se van a ir y que luego lleguemos nosotras, ya están pidiendo el otro –veo que ella se ha puesto a espaldas de mí, algo que agradezco.

-que hijos de puta, más Kevin y Angie, porque otras veces yo los he esperado, pero bueno dale, deciles que no importa.

-ok –sale de nuevo al balcón.
Yo me regreso al baño para terminar de arreglarme.

Elisa

E: ya sé que esto es obra tuya, Micaela ya casi esta lista, espérennos, no sean así.

S: no seas payasa, aprovecha que ya se están llevando, yo que vos le caigo de una vez por todas.

E: no lo voy a hacer.

S: invítala a otro antro.

E: estás loca Sury. Si ya con esto que nos estás haciendo es un poco incómodo ahora imagínate que la invite a otro lado. Definitivamente no. Aunque… posdata: la acabo de ver en toalla. Sury me enamore más.

S: yo que vos se la hubiera arrancado.

E: ¿Cómo crees?, seguro ni le gusto.

S: Elisa, estás bien pinche hermosa, seguro tú también le gustas y no te das cuenta. Se valiente.

“se valiente” me pedía, pero no sabía cómo, simplemente no lo era.

Micaela

Salí al balcón donde se encontraba Elisa, ella estaba sentada en uno de los sillones de madera de cara al mar, no había prendido la luz, así que solo la alumbraba la luz de la luna, no puede ser que me esté enganchando con esta mina loco, no quiero enamorarme. Tenía una sonrisa en su rostro, estaba tan centrada en su celular que aún no se había percatado que yo estaba ahí, lo cual me permitió admirarla un poco más. ¿Con quién estará hablando?, seguramente con su pareja.

Si fuera una chica más segura ahorita mismo le plantaría cara y le robaría un beso, probablemente luego me dé una cachetada y me diga que me odia, pero al fin probaría esos labios que me están matando de la curiosidad, la puta madre.

Le tengo demasiadas ganas, me quiero morir. ¿Cómo me va a atraer alguien que apenas conozco de hace dos días?
Me aclaro la garganta –hey, ya estoy lista –es mejor que hablara antes de que me sorprendiera observándola.

Ella alza la mirada y me sonríe –estas muy bonita –yo sonrío y veo hacia otro lado para tratar de ocultar que me he sonrojado –me gusta cuando haces eso –comenta ella.

-¿Qué?

-cuando alguien te dice algo bonito, te sonrojas y tratas de ocultarlo, casi siempre logras que nadie lo note, igual te vez demasiado… tierna cuando lo haces –no deja de sonreír.

La puta madre que me parió ¿Cómo me vas a decir eso flaca? Vos queres que yo te re coma a boca a besos, tarada, no vez que me enamoro. Necesito saber si está coqueteando conmigo. Porque creo que sería demasiado feliz, ella es muy hermosa, así que me sentiría halagada que se fijase en alguien como yo.

-me pasa cuando me lo dicen así de la nada, me da penita ahre –se me sale una risita nerviosa.

-bueno, ojala nunca pierdas esa costumbre –dice despacio -¿nos vamos?

Yo asiento y ella empieza a caminar, ella es un poquito más alta que yo, así que no entiendo porque me siento tan pequeña cuando estoy cerca de ella, aunque más que sentirme pequeña, me siento vulnerable.

Por favor, que ella se anime a besarme, aunque fuera nada más por joda, así como está haciendo el puto de Alejo, necesito sacarme de encima esta maldita curiosidad que me está consumiendo.

Y sé que yo jamás me atrevería.