Capítulo 27

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Micaela

"te encontré y te perdí, mirar atrás es una tortura y me duele saber que te deje ir, que vives a la vuelta de la esquina"

Ahora que venía en el avión me encontré con esa canción de Dove Cameron y no puede ser que ese verso de la canción me haya pegado tanto, no puedo sacar esa canción de mi cabeza y siento que es algo muy exagerado. No sé realmente si Elisa es mi amor verdadero, es demasiado pronto para saberlo, pero, de lo que si estoy segura es que la estoy dejando ir y eso me duele.

Dios, la puta madre que me re mil parió, la recalcada concha de mi madre y de mi hermana, me quiero morir maldita sea ¿a que hora me metí en este quilombo?

Decidí que lo mejor para ambas era no intentar nada, con lo que le paso a mi familia tuve un severo golpe de realidad, y la verdad es que no necesito más nada. Así que mejor me voy a concentrar en laburar y no perderme en el intento.

Llegando a casa no me encontré a Angie, gracias al cielo porque si no me habría dicho lo pelotuda y cobarde que soy, pero me vale pija. No la espere sino que me vine directo a la parte de la casa de Elisa.

Dios tendría que haberme retirado desde un comienzo, en el viaje a puerto Vallarta me hubiera cambiado de lugar, me hubiera ido al hotel de Sebas y Juan, o mejor no hubiera ido, pero lo más importante de todo, no la hubiera besado, de ser así, esto que estoy por hacer me dolería menos. Pero me habría quedado con las ganas, y eso también acabaría con mi paz mental. Soy un desastre.

Me senté a esperarla en las escaleras que están afuera de su puerta, mi pierna no deja de moverse, señal de que me estoy muriendo de los nervios, temo no usar las palabras adecuadas, lo único que me llega a tranquilizar es pensar que soy una pelotuda, que tal vez estoy haciendo esto demasiado grande y que en realidad a ella yo no le importo, que le vale verga si terminamos con esto o no. Pero la forma en la que me miraba cuando estábamos en su sofá derrumba todos esos pensamientos. Maldita sea.

Mis ganas de vomitar aumentan cuando veo que estaciona su vehículo en frente de su casa.

La hora ha llegado.

Mierda.

Baja de su auto con una bolsa, lleva los lentes puestos y sinceramente no deja de verse hermosa. Basta Micaela.

-hola -saludo. -¿podemos salir a caminar un poco? -no quería tener esta conversación en su casa, algo de códigos tengo.

-claro, solo déjame meter estas compras adentro. -asiento y ella entra en su casa, hubiera preferido que me hubiese dicho que no, la puta madre. Pero entre más rápido salga de esto mejor. -Listo -dice cuando sale.

Empezamos a caminar y ahora no sé cómo iniciar la conversación. Y a todo esto, ¿hacia dónde nos dirigimos?

Quiero que la tierra me trague.

-¿Cómo te fue en Argentina? -Pregunta rompiendo el silencio -solo supe que tu papá y tu hermano sufrieron un accidente.

-por suerte ya están mejor, tuvimos un buen susto porque hasta los llevaron a las salas de operaciones, pero todo salió bien. -llegamos a una pequeña plaza que quedaba cerca de casa. Nos lleve hasta una banca que estaba vacía. Llevaba mis manos metidas en mi campera para ocultar el hecho de que me están temblando.

-¿y bien, por qué me traes hasta aquí? -pregunta ella mientras nos sentábamos, hija de puta, ¿tan directa ibas a ser?

Me quedo en silencio, otra vez. Mi cerebro intenta procesar la manera adecuada de decir lo que quiero decir, pero ¿como voy a explicar algo de lo que ni yo misma tengo explicación?

-¿tan serio es? -insiste al ver que yo no digo nada. Suelta una pequeña risita -no te preocupes, no tienes que decirme nada, sé lo que intentas decirme, y por lo que veo se te está haciendo muy difícil.

Micaela decí algo pelotuda de mierda.

-¿Qué es lo que piensas que no puedo decirte? -<<en serio vas a ponerla a ella a que explique lo que vos no podes>> mi propia vocecita interna me bardea. Y tiene razón. No soy más estúpida por falta de tamaño.

-hoy estuve pensando en que tal vez después de lo que paso, a lo mejor no quieras nada romántico con alguien, porque quieres estar más al pendiente de tu familia y si ya el trabajo te consume mucho tiempo, supongo que no necesitas a nadie más que te quite tu tiempo.

Creo que es hora de que realmente le diga el por qué no quiero tener nada con ella, con nadie de hecho.

-tienes un poco de razón, no la tienes toda, pero si algo. Dios ojala esto al decirlo en voz alta tenga un poquito de coherencia porque en mi mente nunca logre tener claridad. Si bien, yo quiero estar al pendiente de mi familia... maldita sea -respiro hondo, ¿por qué me está costando tanto? -ok, yo quiero estar al pendiente de mi familia, y lo voy a estar, pero sinceramente no creo que vos me quites el tiempo, no están así. Uff, esto que paso me removió todo, literal. El simple hecho de pensar que puedes perder a alguien que amas con tu vida, te pega mal.

-entiendo...

-pará, déjame terminar que ya estoy llegando a la parte que quiero. Desde que te vi por primera vez me llamaste la atención, luego se fue dando hasta que llegamos a lo del sábado y boluda me sentí re bien -me llevo las manos hacia la cara porque siento un poco de vergüenza -me sentí tan bien... tanto que estoy asustada, pero quiero terminarlo ahí, porque esto que siento no quiero que crezca más, porque yo me voy a regresar a Argentina. -al fin lo dije -Y soy tan pelotuda que no puedo estar con una persona nada más porque si, a mí me gusta dar todo, pero esta vez no puedo darlo todo. Así que mejor prefiero salir corriendo antes que de verdad ya no pueda. Pero es por ese motivo, no creo en las relaciones a distancia, me parecen una de las peores situaciones, porque ahí no se puede dar tanto a como quisieras. -Hago una pausa para volver a respirar profundamente -que estés conmigo tiene fecha de vencimiento, y no creo que sea justo para ninguna de las dos. Lo que menos quiero es que salgas lastimada, y tampoco quiero salir lastimada. -termino diciendo bajo.

Ahora es ella quien no dice nada
¿Lo habré dicho todo bien?

Probablemente no. La puta madre.

Elisa se pone de pie -te lo dije, lo entiendo. Sinceramente no quisiera terminar con esto pero necesitamos romper antes de que tú rompas mi corazón -comienza a caminar. Se detiene solo un momento -no estamos destinadas a estar juntas -me dice, luego gira y empieza a caminar de nuevo. Yo me quedo como una estúpida sentada en la plaza.

Sempiterno [Rewrite The Stars] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora