Capítulo 26

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Elisa

Después de salir del trabajo quise venir al centro comercial a buscar algunos comics que recién salieron el fin de semana que paso, me olvide de venirlos a comprar porque estaba, estaba... ay, creo que ya ni siquiera puedo nombrarlo. Tengo el presentimiento cañón en mi corazón de que en cuanto regrese Micaela de Argentina ya no va a querer nada conmigo. Y cada vez que pienso algo similar, termina sucediendo.

Aunque solamente le envié un mensaje estando allá, tenía la esperanza de que lo contestara, así yo no me sentiría tan x en su vida. Una parte de mi quiere pensar que es porque es extremadamente colgada y estando en la situación en la que está en lo que menos pasa al pendiente es de su celular. Ni siquiera se si lo vió porque tiene desactivado el visto. Ayer tuve una conversación extraña con Angie en la que me dio a entender que sabía lo que pasaba entre Micaela y yo. Lo que más me quedo sonando fue <no te rindas tan fácil con ella, Micaela es bien estúpida, a veces sabe exactamente lo que quiere y lo evita> fue bastante clara, pero nada puedo hacer yo si Micaela corta todo, porque tampoco le voy a rogar, nunca lo he hecho y esta no va a ser la primera vez.

Dignidad y orgullo ante todo.

Entro a la tienda y comienzo a fangirlear, parece que este fin de semana entro mercadería nueva y hay un chingo de cosas que son demasiado cute. Principalmente, los funkos. -Hola Elisa -una de las chicas que atiende en el lugar me saluda, de tantas veces venir, varios de la tienda ya saben mi nombre.

-hola -contesto sonriéndole.

-se me hizo raro que no viniste el sábado, había varias cosas que yo sé que te hubieran gustado pero ya se las llevaron -dice mientras acomoda unos peluches de personajes de Marvel.

-no mames, no pude, el trabajo me consumió y hasta ahorita tuve tiempo de venir. -mentí.

-vinieron cosas de Supergirl.

Me duele que me diga eso porque es rarísimo que traigan cosas de mi serie favorita.

-ahora sí, no mames, me lo perdí, y más si trajeron funkos.

-trajeron uno que yo sé que te vas a morir cuando te diga.

-¿Cuál?, No, no me digas, porque si es uno que deseo mucho seguro voy a llegar a mi casa y lo primero que voy a hacer es llorar abrazada a mi almohada.

-Overgirl.

-¿QUÉ? -se me sale un grito. -lo siento. -Digo ahora con un tono más bajo -es que no puede ser, Definitivamente me quiero morir. -tengo varios funkos de Supergirl pero nunca he encontrado ninguno de la versión de Supergirl de tierra X. no mames, la neta si me quiero pegar un balazo ahorita mismo.

-vinieron tres.

-y ya me imagino, los tres se fueron súper rápido. -No dice nada, solo me sonríe -¿Qué pasa?

-si vinieron tres, dos pusimos en exhibición y uno por error quedo detrás de los demás funkos de Marvel. -se encoge de hombros, al momento que dice eso capto que es lo que me quiere decir.

Casi corriendo voy al exhibidor donde estaban todos los funkos de los superhéroes de Marvel y efectivamente atrás de todos ellos, escondido, estaba el de Overgirl. Se me salen varios grititos de emoción cuando lo tomo entre mis manos. -Esta hermoso -digo cuando se acerca a mí.

Por cosas así es que Yuyu siempre me ha dicho que la chica está enamorada de mí. Y seguramente cuando le cuente esto me va a decir lo mismo. Igual estoy tan emocionada que si me invitara a salir, aceptaría.

Pero.

No puede ser que Micaela vuelva a mis pensamientos, por unos minutos pude ser libre de ella, me vuelvo loca cuando alguien me mantiene en la incertidumbre. Y desde que nos conocimos ella siempre me ha mantenido con ese sentimiento.

-gracias, de verdad te la rifaste con esto.

-no es nada -dice algo nerviosa -eres algo así como una cliente vip y además no me quería perder tu reacción cuando vieras el funko. -yo sonrío porque no sé si está coqueteando conmigo o nada mas está siendo amable.

¿Acaso será buena idea que sea yo quien la invite a salir?

Chingada madre, ¿que hago siquiera pensando eso cuando mi situación es complicada?, y tampoco soy de las personas que les encanta jugar con las personas. Así que lo mejor es que salga corriendo de aquí antes de salga con una cita en mi factura.

-bueno voy a pagar esto en caja y los comics que también llevo -digo para salir de la situación. Mi celular suena y también me salva.

"Micaela ya regreso, recién está llegando a casa"

Era Angie.

Mis nervios se disparan porque aunque no está explicito, sé que debemos de tener una conversación. Tal vez no sea hoy, pero entre más deje pasar el tiempo creo que más sería complicado todo.

Pago en caja mis cosas y salgo de la tienda. Es cuando estoy a punto de llegar a mi auto cuando alguien me llama. La chica de la tienda.

-hola soy yo de nuevo -dice aún más nerviosa -es que tengo algo que debo de confesarte.

Aquí vamos, seguro se me va a declarar.

-sí, dime.

-es que... desde hace mucho yo... bueno, no hace mucho... es que... me gusta tu amiga. -me empiezo a reír. Pero no es una risa burlesca.

-¿te gusta Yuyu?

-sí, ¿por qué?, Ay por dios dime que no son novias porque me moriría de la vergüenza justo ahorita. Imagínate le estoy confesando a la novia de la chica que me gusta exactamente eso, que su chica me gusta. -se lleva las manos al rostro. Yo me río más fuerte.

-no, no te preocupes, ella es mi mejor amiga, no somos pareja. -la tranquilizo.

-¡qué alivio! Pensé que ibas a venir con ella por estos días pero, pues no fue así, y la verdad es que si me gusta mucho.

No puedo creer lo que estaba pasando.

-pero, ¿Qué quieres que yo haga? Es que no estoy segura en si puedo darte su número. -digo, yo sé que mi amiga no se enojaría conmigo por dar su número, pero a mí si me molesta que anden dando mi número sin mi consentimiento, y no puedo hacer algo que sé que a mí no me gusta.

-no, no, solo te pido que tal vez la próxima vez que vengas, ella también venga -me encanta la timidez con la que me habla.

-hecho. -le extiendo la mano.

-¿en serio?, gracias -celebra, me da la mano y luego se regresa a su trabajo. Yo entro a mi auto y le envío un mensaje de voz a Yuyu.

-te vas a morir cuando te cuente lo que acaba de pasarme -enciendo el auto y tomo la dirección hacia mi casa.

Luego de una hora gracias al trafico logro llegar a mi casa, estaciono el auto y me sorprendo al ver quien está sentada esperando en las escaleritas de la entrada de mi casa.

Micaela.

Después de todo, creo que será justo ahorita que tendremos esa conversación.

Sempiterno [Rewrite The Stars] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora