Capítulo 70 - Final

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Micaela

Llego el día, llego el  maldito día en el que me tengo que regresar a Argentina. No puedo creer que hace varios meses cuando recién llegaba a México pensaba en el día en el que iba a volver con mi familia, se me hacía re largo y ahora sinceramente tengo sentimientos encontrados porque quiero regresar porque extraño a mi familia, pero también irme significa abandonar a la persona que amo. Y eso me está doliendo un montón. 

Me encanta que Elisa recién este cumpliendo sus sueños, amo que este triunfando y esté dando pasos agigantados en el mundo del teatro como escritora y co-directora. Pero también me da rabia porque ya no voy a estar a su lado viendo esa sonrisa que pone cada vez que algo le sale a como quiere. Maldita sea, apenas nos separamos ayer y ya siento que hay un fuego en mi pecho que no me deja vivir en paz. Y sé que ese dolor no se va a ir en mucho tiempo. La puta madre.

Soy una pelotuda, sabía desde el primer momento en el que acepte mis sentimientos por ella que este día llegaría, y aún así decidí lanzarme al abismo y entablar una relación, no me arrepiento, para nada me arrepiento, solo desearía que no me doliera tanto separarme de ella.

Siento como las lágrimas empiezan a salir, no, no, no, no puede ser que este llorando, el cringe que le debo de dar a todos los que están sentados aquí conmigo esperando el vuelo. Rápido paso mis manos sobre mi rostro y me limpio las lágrimas.

Checo la hora en mi celular y veo que aún falta media hora para que empiecen a llamar para que los pasajeros suban al avión, me río porque es la primera vez que estoy antes de tiempo para tomar un vuelo. Tal vez inconscientemente quiero pasar por esto lo más rápido que puedo. ¡Vaya ilusa!

No entiendo como una relación que no duró ni un año pueda doler tanto.

Me quiero morir.

Elisa

¿Que estoy haciendo? Madre mía, no tengo idea si esto es una buena idea, ya nos  habíamos despedido cuando me fui a Monterrey, ¿para que regresé? El que lo haya hecho no va a cambiar nada, salvo volver a pasar por otra despedida que va a romper mi corazón.

Salgo casí corriendo del taxi a la casa, espero que Micaela aún no se haya  ido y que mi viaje realmente sea un desperdicio. Necesito verla una última vez, besarla por última vez. No sé por qué tengo la sensación de que a partir de aquí nuestros caminos se separan completamente. Es algo que prácticamente me desgarra por dentro.

Llego hasta su puerta y toco desesperadamente, alguien abre la puerta, pero es Angie. —eu, hola, ¿Qué haces acá? Yo te hacía en Monterrey.

—¿ya se fue? —pregunto haciendo caso omiso a sus preguntas.

—sí, no quiso que la acompañara, nos despedimos aquí y luego se fue en un uber —dice con tono triste —supongo que se quería hacer la fuerte, y no quebrarse ante mí.  ¿Venís a evitar que se vaya?

—no, no haría eso, sé que es uno de sus sueños los que va a cumplir allá, jamás sería un obstáculo entre ella y sus sueños. Solo quería despedirme. Ayer que nos vimos ni siquiera nos dimos un último beso cuando nos despedimos.

—aún podemos alcanzarla en el aeropuerto —me dice con una leve sonrisa.  Se mete rápido a la casa y cuando sale de nuevo trae consigo las llaves de un auto. —me prestaron un auto, dale nos tenemos que ir volando si queremos llegar a tiempo.

No perdemos tiempo y ambas nos metemos al auto.

Micaela

Que tonta que soy, me vine a la cafetería y me compre una hamburguesa pensando en que podría comérmela en lo que esperaba que comenzaran a llamar al vuelo pero nada más fue un desperdicio de dinero porque tengo el estómago completamente cerrado. Me espera un viaje eterno y yo solo quiero estar ya en Argentina para abrazar a mi familia y encerrarme en mi cuarto durante los próximos tres días para llorar.

Sempiterno [Rewrite The Stars] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora