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—Buenos días —entra el trío de hermanos al salón de clases.
—Buenos días. Oye Brick, ¿viste el capítulo de ayer? —la pelirroja casi se abalanza contra el susodicho.
—Sí, estuvo genial, ¿no? Se me hace que Lady-Mock se aliará con Galactic-Man para pelear contra Gruther.
—¿Tú crees? A mí más bien se me hace que Lady-Mock contactará al Profesor Y y le pedirá el antídoto del... —los morenos y el rubio se apartan de ellos para dejar que sigan su plática.
—¿Es que acaso no hablan de otra cosa? —gruñe Buttercup.
—Si lo vieras en casa. Está todo el maldito día hablando de qué cómics saldrán pronto, o jugando con sus figuritas de acción —Bucth también se queja. La fémina suelta una carcajada.
—¿Acaso tiene figuras de acción, es en serio? ¡Patético! ¿Cuántos años cree que tiene, uno?
—Lo sé. Y que ni se te ocurra tocarlas sin su permiso, porque entonces amanecerás con el cuerpo muy adolorido.
—¿El cuerpo adolorido?
—No preguntes —responde Boomer. El profesor Hashimoto entra al aula saludando a los alumnos, los cuales van a sentarse. Blossom vuelve a mirar al asiento de su amiga rubia, la cual ha faltado ya por segunda vez.
La susodicha le hace señas a Buttercup. Cuando ésta última nota que su amiga la llama, voltea a verla, prestándole atención. La ojirrosa señala el asiento de Bubbles, con una expresión de duda. La morena simplemente se encoge de hombros, pues ella tampoco ha sabido nada de la ojiazul.
Es justo en ese momento en el que Blossom se percata de algo; que alguien le hace señas desde la puerta. Se trata de nada más y nada menos que de Bubbles, la cual sonríe en el momento en que los ojos rosados de su amiga se posan en ella.
La pelirroja se sorprende al verla allí parada en el umbral de la puerta. La rubia, por medio de un lenguaje que ellas inventaron, forma la palabra A-Y-U-D-A, y señala al profesor (el cual se encuentra de espaldas escribiendo en el pizarrón), dándole entender que quiere que la ayude a entrar sin que el profesor se dé cuenta.
Blossom suspira, pero levanta el pulgar a modo de aprobación. Será algo difícil, sin embargo, debe intentarlo. Vuelve a hacerle señas a Buttercup, y por medio de su lenguaje y de unas cuantas señas, le explica que quiere que recurra a la broma que tanto había querido hacer en clase. La susodicha se emociona y saca un objeto peludo con rueditas, el cual coloca en el suelo, y a través de un control remoto comienza a controlar sus movimientos. La morena asiente a su amiga. Blossom toma aire; debe sonar convincente.
—¡AH, DIOS MÍO! NO PUEDE SER... —por obvias razones, todos los ojos de la clase se posaron en ella.
—Señorita Glass, ¿qué está ocurriendo? —pregunta el profesor Hashimoto, el cual es un hombre algo mayor, dándose la vuelta.
—¡Acabo de ver un ratón, pasó justo por mis pies! —murmullos y exclamaciones comienzan a escucharse.
—¡A ver, tranquilos todos! ¿Está usted segura, señorita, de que no habrá sido tan sólo producto de su imagina...? ¡AH! OH DIOS MÍO, NOOO... ALLÍ ESTÁ —el profesor apunta con el dedo al ratón a control remoto que Buttercup controlaba bajo su mesa—. ¡SALGAN TODOS DEL AULA, RÁPIDO! —en menos de diez segundos, el aula se encuentra vacía, a excepción de Blossom y Buttercup, mientras se escuchan montones de gritos de pánico.
Bubbles aprovecha ese momento para entrar y dejar sus cosas en su sitio.
—Gracias chicas. Así nadie ni siquiera se preguntará si yo estuve aquí o no. Les debo una...
—Sí, sí. Sabemos que somos las mejores pero...
—Ahora tú dinos una cosa; ¿por qué rayos no viniste ayer y hoy llegaste tarde?
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