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—¿Q-qué sucede? —inquiere con nerviosismo.
—¿Que qué sucede? —Tabatha pone cara de incredulidad—. Debería darte vergüenza lo que hiciste y todavía preguntarme qué sucede como si nada pasara —se cruza de brazos, claramente enfadada.
—Sólo por curiosidad... me estás hablando del hecho de que no te he buscado en todo el día, ¿verdad? —pregunta sintiéndose estúpido.
—Brick, tienes que darte cuenta de lo que está...
—¡Brick! —la pelirroja lo llama, algo emocionada mientras se acerca—. ¡O-oh! Perdóname Tabatha, no te había visto.
—No pasa nada —le dedica una sonrisa forzada mientras aprieta los puños, clavándose las uñas en las manos.
—Oye Tabatha, me gusta mucho tu blusa —admite Blossom cortésmente.
—Gracias. A mí no me gusta para nada la ropa que usas, pero gracias —confiesa mientras la observa con una mueca en el rostro. La sonrisa de la pelirroja desaparece—. Lo lamento, pero intentaba decirle algo importante a Brick y justamente en ese momento apareciste. Así que, si no te importa...
Espeta Tabatha, dándole a entender a Blossom que quiere que se vaya de allí ahora.
—¡Tabatha! —advierte Brick, irritado.
—No, está bien, Brick. Es mi culpa, no debí interrumpirlos —vuelve a sonreír para no preocupar a su amigo—. Hablamos luego —se da la media vuelta y se retira sin más.
El pelirrojo se cruza de brazos y fulmina con la mirada a su novia.
—¡¿Qué carajos fue eso?! —gruñe.
—¡¿Lo ves?! ¿Ahora te das cuenta de cómo esa tipa interfiere en nuestra relación? —responde con el tono de voz elevado—. ¡Por eso quiero que dejes de frecuentarla!
—No puedes pedirme que haga algo como eso. No es justo...
—La vida no es justa, Brick.
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