Lo que tú y yo somos

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Jennie no contestaba y solo se hacía la que dormía en aquella cama. Lisa sabía que siempre terminaba perdiendo la dignidad con ella, pero no le importaba mientras consiguiera aunque sea una mirada de su parte.

- ¿Estas despierta, Jennie? - Lisa volvió a preguntar y se sentó en la orilla de la cama, pero Jennie seguía sin contestar, se había enojado mucho con ella por la tarde con todo lo que se habían dicho, y no pensaba ni si quiera voltear a verla, el orgullo le decía. Lisa solo suspiro y se metió al baño pensando en tener una ducha para relajarse.

Cuando escuchó el portazo de la puerta, Jennie se giró a verla, Lisa había entrado al baño y lo peor es que ella necesitaba pasar, maldijo y salió de la habitación para ir a otro, cuando volvió solo escuchó el ruido del agua de la regadera caer contra el suelo. Quiso entrar y ver lo que hacía Lisa, pero el orgullo era más grande que nada, pero quería entrar y hacerle el amor, pero pensaba en el orgullo y no podía, pero luego pensaba en Lisa, pero luego en el orgullo y terminaba dando una patada al aire.

Intentó tranquilizarse y después se levantó en busca de sus píldoras para poder dormir, el sueño no llegaba y sabía que era tarde. Pero justo cuando iba a tomar su píldora decidió mejor dejarla junto al frasco en la pequeña mesita, la verdad, quería esperar a Lisa y tener esperanza en que terminaría durmiendo junto a ella.

Se quedó profundamente dormida sin poder aguantar, pero a la media noche despertó con un sudor pegado a su frente y se dio cuenta que Lisa no había dormido junto a ella. Se sintió triste, desde que estaban juntas nunca había dormido separada de ella, sabía que había tenido la culpa al poner esas barreras de almohadas, pero creyó que Lisa las derrumbaría y terminaría abrazándola, el orgullo que decía sentir desapareció cuando salió de la habitación en busca de ella, no la vio por ningún lado y eso solo causó preocupación, buscó por todas las habitaciones hasta que se detuvo en una, ahí en una cama demasiado grande para la opinión de Jennie, se encontraba Lisa en una posición un tanto extraña para dormir, rió mientras se acercaba a ella. Quería su compañía y no dejaría que ocupara una cama totalmente vacía si no era con ella, se acercó y se acurrucó contra su cuerpo, creyó que Lisa no se despertaría pero efectivamente lo hizo mientras la observaba extrañada, no sabía si era parte del sueño o era verdad que Jennie estaba junto a ella, se talló los ojos con sus puños y se levantó, esta noche pensaba dormir sola, pero una mano que se posó en la suya mientras la sujetaba se lo impidió.

- Lili, no te vayas - Pidió triste. - No quiero dormir sola -

Por un momento lo pensó y terminó convenciéndose Lisa. Así que se volvió a levantar y se llevó con ella las almohadas que se había traído de la otra habitación. Jennie pensó que no quería dormir con ella y se rindió tristemente mientras se caía en la cama, pero cuando la vio regresar se confundió. Lisa parecía un robot que no hablaba ni decía nada y solo hacía movimientos raros. Se sintió aún más confundida cuando sintió a Lisa agarrarla.

- ¿Q-Qué haces? ¿Lisa, qué haces? - No preguntó más porque después de unos segundos sintió como la transportaba hacia la otra habitación en su brazos, sonrió y se aferró a ella de su cuello mientras cerraba los ojos.

Lisa la dejó con cuidado en la cama como sin nada, quitó todas las almohadas que Jennie había puesto y se recostó junto a ella, pero sin embargo no la abrazaba. Jennie volvió a perder su orgullo cuando se acercó a ella y la abrazó mientras le daba un corto beso.

- ¿Estás enojada? - Susurró mientras Lisa negaba.

- Tú estás enojada conmigo - Habló con voz ronca que causó cosquillas en Jennie.

- No lo estoy, lo estaba pero ahora no - Explicó con su mirada abajo. - Es que, Lisa...... - Temía tanto de decir algo qué tal vez solo ella sentía y Lisa aún no, temía al confesar sus celos, temía de todo y nada cuando estaba con ella. - Perdón por enojarme, pero me da miedo que algún día ya no te guste, o que no me quieras - Sus mejillas se tornaban carmesí y Lisa sonrió mientras le ponía atención. - Me da miedo tener que pensar que algún día te alejarás, o qué me dejarás sola. Tengo miedo de todo, y no quiero sentirme así, no me gusta. No me gusta tener ningún nombre en tu vida -

Nos seguimos odiando ¿verdad? // JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora