Estamos destinadas

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Lisa despertaba en la habitación de sus padres con un dolor de cabeza que sentía que le retumbaba y eso que si quiera había tomado la noche anterior.

- Diablos... - Susurró mientras se levantaba, lo primero que hizo fue el observar cómo estaba, sí, cómo estaba. - No..... no estoy desnuda, eso es bueno - Suspiró. Estirándose un poco bajó para observar cómo estaba su casa, seguro hecha un desastre.

- ¡Ah! - Gritó al ver a alguien recostado en el sillón que tanto le gustaba a su padre, se acercó y respiró tranquila cuando vio quién era. - ¡Despiértate! ¡Vete a tu cama! - Le gritó con diversión mientras éste daba un salto casi cayendo del sofá.

- ¿Qué forma es esa de despertar a alguien? - Le preguntó Kai.

- Este no es lugar para dormir... - Fue lo único que pudo decir.

Se fue lentamente a la cocina para tomar un vaso de agua mientras Kai se iba a su recámara indignado por no poder dormir.
Sabía que tendría qué hacer un gran esfuerzo por arreglar la casa.

Pero mientras iría a tomarse una ducha, lo necesitaba para relajarse.
Así que fue a su habitación tranquila, abrió la puerta y se encontró con ¿Rosé y Jisoo? Vaya, sorprendente, pero, no como lo siguiente.....

- ¿Siguen aún aquí? - Susurró mientras se acercaba a despertarlas. - ¡Despiértense! - Rió cuando las vio saltar, pero su risa desvaneció cuando las observó con el pelo alborotado, y... - ¡Están desnudas! - Gritó mientras se cubría sus ojos con la palma de su mano asustada.

- ¿Por qué no tocaste la puerta? - Preguntó Jisoo, quien apenas parecía abrir los ojos.

- Por qué lo haría si es mi habitación - Respondió Lisa. - No sabía que.... que aún seguirían aquí - Seguía cubriéndose sus ojos, mientras Jisoo y Rosé se vestían rápidamente y recogían algunas cosas del suelo.

- Ya, Lisa - Le avisaba su amiga qué podía ver.

- ¡No! - Se exaltó Jisoo.

- ¿Saben qué?.... iré a darme una ducha - Hizo saber mientras caminaba chocando con algunas cosas hacia el baño, sin dejar de quitarse su mano. - Cuando salga quiero hablar con ustedes.... - Como una madre quien advierte a sus hijos.

- Pero, Lice... - Fue lo último que escuchó antes de cerrar la puerta y ducharse.

(....)

- Qué cobarde... - Opinó.

- Lo sé, bueno aunque en realidad yo también me iba a ir - Rosé hacía saber.

- Pero no cambies de tema.... - Lisa seguía manteniendo su plática pendiente, sin Jisoo, claro, ésta había salido huyendo. - ¿Quieres contarme? Si.... si quieres -

- No sé como terminé con ella - Soltó. - Es que yo no..... yo no recuerdo, llegué aquí, a tu habitación, y estaba ella llorando - Veía hacia enfrente. - Después ya no sé qué pasó, y.... y lo siento, de verdad, pero nos terminamos la botella de alcohol que me quitaste - Confesó nerviosa.

- ¿Qué? Ahora veo porque terminaron así... - Negó en desacuerdo.

- Perdón, Lis - Se disculpó.

- No tienes por qué pedir perdón cuando..... cuando lo disfrutaste - Sabía que su amiga estába carmesí del rostro con solo sentirlo. - Es decir... no tienes por qué disculparte, por algo lo hiciste, tienes tus.... tus razones -

- Sí, claro, mi razón de estar borracha - Sonrío sarcásticamente. - En cada momento tengo que equivocarme con Jisoo.... -

- No eres la única... - Susurró Lisa.

Nos seguimos odiando ¿verdad? // JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora