Polos opuestos se atraen

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- N-No ¿Qué estás haciendo? - Se comenzó a remover nerviosa.

- Tú misma lo acabas de decir ¿no?, te voy a violar - Le decía Lisa lentamente cerca de su oído.

- Ya deja de bromear, no es gracioso - Se sintió vulnerable ante la mirada de esta que posaba por todo su cuerpo. - No me mires así - Trató de bajarse del escritorio pero Lisa la presionó aún más contra el y agarro sus muñecas con fuerza. - Lalisa, ¡ya! -

- P-Perdón, lo..... lo siento - Se dio cuenta de lo que hacía y la observó con timidez. - ¿Por qué no..... por qué no eres así conmigo - Aflojó su agarre, no se estaba dando cuenta de lo que hacía, hasta que observó como sus nudillos se volvían blancos por la fuerza que estaba aplicando en las muñecas de Jennie.

- Lisa - Le hablaba con tranquilidad. - Dame mi blusa, por favor. Nos pueden ver - La nombrada negó con rapidez. - Alguien puede entrar, por favor -

- No, no. Me gustaría que Kai entrara y te viera - Soltó con maldad.

- Eres una idiota, déjame ir - Se quejó. - También me gustaría que Jungkook entrara y te viera, ¿qué harías? ¿qué harías? -

- Contesta tú - La presionó contra el escritorio sin dejarla ir.

- Le digo que estás abusando de mí. De hecho estás abusando de mí - Jennie levantó sus hombros haciendo que Lisa desviara la vista a sus pechos que aún cubría el sostén. - Deja de verme así - No podía negar que en el fondo le excitaba la manera en que Lisa la veía, pero también causaba miedo.

- Ya estarías gritando si estuviera abusando de ti - Se acercó con cuidado a su cuello creyendo que la alejaría, pero no, no lo hizo.

- No, espera, deténte - Se mordió el labio, aunque aceptaba que deseaba sentir su boca por todo su cuerpo como ayer, lo había disfrutado y aún por la noche la pensaba.

- Hazlo..... hazlo tú - La fue recostando poco a poco en el escritorio, y Jennie jadeó inmediatamente al sentir lo frío de la superficie plana por su espalda. No podía detener a Lisa porque no tenía los recursos necesarios, no tenía la fuerza para negarse al placer que sentía con sus besos.

- Me dejarás marcas, Lalisa - La regañó.

Lisa seguía absorbiendo su cuello con brusquedad en el mismo lugar. Sí, de hecho era lo que quería, dejarla marcada.

- Ah, Lisa, ya - Sintió sus dientes clavarse en su cuello. - Bésame - Era la mejor manera para que dejara su cuello. Y le obedeció enseguida, subió a ella y con cosquilleo se acercó a besar sus labios.

- ¿Te..... te gustan mis besos? - Se separó solo para besar su clavícula.

- Sí - Jadeó al sentir su mano apretar su pecho aún sobre la tela que lo cubría.

- ¿Y por qué aún parece encantarte besar a mi hermano? - Estaba aprovechándose del cuerpo de Jennie para hacerle preguntas. - ¿Por qué? -

- No.... no yo.... no sé - Cerró sus ojos levemente.

Lisa llevó sus manos a su trasero y apretó sus glúteos con descaro, después se acercó a besar en medio de sus pechos y bajar hasta su abdomen donde se detuvo a besarlo por un gran tiempo. Acarició su entrepierna y no supo si era su imaginación o era verdad que estaba húmedo en ese lugar, quizá la estaba excitando, pero iba a jugar muy sucio esta vez, mucho lo iba hacer. Sonrío de lado al ver a Jennie cerrando sus ojos y con su boca entreabierta, pero, de repente sus movimientos cesaron.
Dejó de tocarla, de admirarla, para observarla neutra.

- ¿Por.... por qué te detienes? - Abrió sus ojos lentamente y la observó extrañada.

- Tienes razón, Jennie. Alguien puede entrar y nos puede ver - Quiso reír, pero se aguantó. - Así que.....- Se agachó y levantó su blusa que estaba tirada en el suelo. - Póntela - Se la dió.

Nos seguimos odiando ¿verdad? // JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora