Puedo estar cuando quieras

6.8K 532 95
                                    

- Lisa - La llamaba. - Ya no puedo - Echaba su cabeza hacia atrás.

- Otro más - Seguía besando su cuello mientras tocaba con su manos los pechos de Jennie.

- Ya no puedo, Lisa. Ya no más, estoy cansada - Respiraba agitadamente.

- P-Perdón - Se disculpó mientras se recostaba al lado de Jennie y se cubría con las sábanas apenada.

- Eres muy extraña - Jennie le susurraba con voz ronca, pero divertida.

- ¿Por qué? ¿A qué te refieres? - Le preguntó enseguida.

- Te vez tan inocente - Suspiró mientras la vía profundamente. - Pero no eres nada inocente -

- Yo..... yo soy inocente - Sabía a que se refería Jennie y por esos motivos se había sonrosado.

- Hace unos minutos no estabas nada sonrojada - Soltó una risita, y después desvió la vista a sus labios. - ¿Lisa? -

- ¿Si? - La esperó.

- Nos seguimos odiando, ¿verdad? - Tragó saliva dificultosamente. - Esto es.... es solo sexo y ya, ¿cierto? -

- No..... no tiene por qué pasar nada más - Le sonrío con nerviosismo acomodándose para ver el techo y no mentirle a los ojos ante lo que estaba sintiendo, sin entender por qué lo sentía justo en el centro de su pecho, de su corazón.

(....)

- Por qué siempre te quedas dormida, Jen - Veía su rostro descansar tranquilamente. Lo único que hizo fue entrecerrar sus ojos mientras veía a la castaña descansar sobre la almohada, acarició su rostro con la yema de sus dedos y sonrió al ver sus mejillas rojas y regordetas, le dió un tierno beso en una de ellas y apenada estiró su brazo para abrazar su cintura.

Aveces no lograba creérselo, siempre era pensar si era un sueño o no, pero se daba cuenta que no lo era. Para ella era demasiado extraño saber que hace unos meses se encontraba peleando con Jennie y ahora se encontraba en su cama, aún peleaban, pero sabía que no como antes. Ahora sabía cómo regularse y tolerar, sentía que con cada día que pasaba eso iba cambiando, y para bien.
Aunque también le daba miedo, tenía que aceptarlo. Lisa era un persona que se lograba encariñar rápido con la gente, y sentía que ésta no era la excepción, tampoco es que amara a Jennie y estuviera enamorada de ella pero sabía que eso podía pasar y tenía miedo de ello. Pero como era Lisa, mientras aprovecharía el presente sin preocupaciones.

Sin poder conseguir dormirse se levantó y fue al baño. Cuando regresó vio a una Jennie dándole la espalda, como siempre solía hacerlo. Eso le molestaba a Lisa pero también la hacía pensar qué tal vez le molestaba su presencia a ella.
Se volvió a recostar y suspiró, se acercó a su oído y solo para molestarla aunque sabía que estaba dormida le dijo; - Te doy tan buenos orgasmos que terminas así -

- Te estoy escuchando, Lalisa - Se volteó a verla, y la nombrada abrió la boca realmente sorprendida, para ella fue como si un muerto se levantara de su tumba.

- ¿Por qué siempre que pienso que estás dormida no...... no lo estás? - Se alejó apenada.

- Me dejaste, todavía te pones hacer preguntas - Giró los ojos.

- No te deje, ¿De...... qué estás hablando? -

- ¿Donde estabas, ah? Que dijiste.... "esta ya se durmió y yo aprovecharé para hacer otra cosa". No estabas, Lalisa. Cuando desperté no estabas - Jennie no sabía porque ese simple acto le molestaba y le ponía triste.

- Me quede todo el rato, aquí - Explicó sin saber a qué se refería Jennie. - No fui a otro lugar, estuve contigo todo el tiempo. Yo... t-te estuve viendo mientras dormías - Confesó avergonzada.

Nos seguimos odiando ¿verdad? // JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora