- No... no te vayas - Le dijo Lisa sonrosada.
- ¿Ah no? - Sonrío traviesa, pues le gustaba ver cómo se ponía nerviosa.
- Es que... sé que odias mi presencia pero... - Pensó en una buena excusa. - ¿No tienes fantasmas en tu casa o algo así? -
- No - Jennie rió divertida y mejor decidió volver a sentarse junto a Lisa, ya que ella hace unos momentos había decidido que cada quien estuviera por lados separados, Jennie en su habitación recostada y Lisa en el sofá viendo caricaturas, porque sí.... Lisa le había pedido como una niña pequeña si podía ver dibujos animados. - Aunque aveces se escuchan ruidos en la cocina eh - Cuando su mascota despertaba lograba hacer mucho ruido en la cocina y Jennie aprovechó el silencio de su mascota para asustar a Lisa.
- ¿Es.... si es en cerio? - Preguntó asustada.
- Ajá - Asintió Jennie, muy tranquila mientras se levantaba y se dirigía de nuevo a su recámara.
- ¿Entonces me dejaras solita y te irás?.... - Le preguntó Lisa mientras observaba a su alrededor, atenta a que no ocurriera nada extraño.
- Pero tú me dijiste que cada quien se fuera por su lado, para no pelear - Le recordó intentando que su voz sonara inocente.
- S-Sí.... mmm tienes razón, no importa - Se recostó en el sofá intentando tranquilizarse. Después de eso solo vio a Jennie irse, suspiró y comenzó a cambiarle al televisor, así como era Jennie debía de estar bromeando. Se olvidó de lo que le dijo, pues ya estaba muy entretenida viendo sus dibujos animados, se reía de cualquier cosa que pasaba ahí.
Por su parte Jennie se encontraba con su pijama ya puesta mientras escuchaba música con sus audífonos, así no escucharía las carcajadas de Lisa que llegaban hasta su recamara, no es que no le gustaría escuchar su risa, de hecho era muy linda, solo que.... en éstos momentos no quería oírla, pero antes de recostarse en su cama fue a observar a Lisa desde las escaleras, escondida. Observó cómo se reía, como era que el televisor le llamara más la atención que ella, suspiró, y fue en busca de una pelota de goma, de esas con las que solía jugar con su mascota, cuando encontró una, fue a donde estaban las escaleras y la aventó sin ser vista, la pelota cayó por las escaleras y pudo observar cómo Lisa se levantaba del sofá, quizá un poco asustada, sonrió de lado y ahora sí, se fue a recostar con sus audífonos a todo volumen.
Y mientras tanto Lisa observaba la pelota extrañada, ¿qué hacía una pelota ahí? ¿Quien la aventó? ¿De dónde salió?
Intentó tranquilizarse y pensar qué tal vez como era un objeto redondo pudo rodar y caer, sí, eso debía ser, nuevamente se recostó en el sofá y comenzó a seguir viendo sus caricaturas.Tiempo después observó su reloj. Diez con treinta. Que rápido había pasado el tiempo, y tenía que aceptar que la compañía de Jennie sí lograba entretenerla, pues ahora estaba un poco aburrida y cuando se encontraba así se dormía, como era de esperarse a los cinco minutos se quedó dormida, fue por un gran rato hasta que algo la despertó, un sonido, se incorporó y observó su reloj, once diez, pero otra vez aquel sonido la hizo brincar del susto, horrorizada volteó a ver de donde provenía el sonido, Jennie tenía razón, de la cocina venía ese ruido, cuando algo suele caer al piso suena y en este caso así se escuchaba.
Se levantó y fue despacio a ver, se logró escuchar como algo caía al piso nuevamente y eso la hizo quedar inmóvil, tenía miedo, no se atrevía ir hacia la cocina, qué tal si esa cosa lograba hacerle algo, lo que hizo fue retroceder e ir al sofá, pero después lo pensó por un gran rato y mejor decidió ir con Jennie, subió las escaleras a velocidad grande, se escuchó de nuevo el sonido y eso hizo que acelerara el paso y subiera corriendo, al estar en en el segundo piso creyó que sería fácil encontrar la habitación de Jennie, pero al ver a su alrededor observó seis habitaciones, las contó y por instinto escogió la primera, tocó con sus nudillos y no recibió respuesta, abrió despacio y.... ay no, ahí estaba el baño.
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Nos seguimos odiando ¿verdad? // Jenlisa
Fanfiction- Nos seguimos odiando, ¿verdad? - Preguntó nerviosa de saber que tal vez la respuesta no sería un sí. Las dos se negaban aceptar lo que sentían, pues eran muy orgullosas. No se percataban que cada vez que se miraban a los ojos se enamoraban más, c...