—te invitó a almorzar—paso su brazo por mis hombros
—no puedo, trabajó—en realidad no sé si quiero
—nunca podés lizita—suspire sacando su brazo de encima mío
—Liz, te lo dije mil veces Agustín, Liz—dije molesta
—bueno no te enojes—levanto las manos
—nos vemos Agus—me di vuelta y caminé a tomar el colectivo para ir a donde almuerzo todos los martes y jueves.
Hace una semana y media que vi a Mateo por última vez, ese día en mi trabajo, después no volvió a Puerto Madero como era costumbre verlo, pero como digo hay días que se ausenta por sus shows, como lo sé?
"Por qué te volviste una obsesiva con él" mi subconsciente contestando por mí.
Solo lo empecé a stalkear de nuevo como lo hacía hace años atrás cuando era su fan, lo sigo siendo? No lo sé, hoy en día no lo miro con ojos de fan, más bien lo miro de otra forma.
"Te lo comes con la mirada"
"No es mi culpa que esté tan bueno y que la pubertad le haya sentado tan bien" levanté los hombros y sonreí.
Yo y mi manía de hablar sola, la tendría que cambiar, cualquiera pensaría que estoy loca, pero no es así, a veces esta bueno hablar con uno mismo, no creo ser la única que lo haga.
Después de comprar el sándwich caminé hacia el banco de siempre, me senté, saque el papel que envuelve mi deliciosa comida, abrí el sándwich, puse mayonesa, lo cerré, corrí un poco el vaso grande con coca cola que me había comprado ahí mismo, para poder sacar unas fotocopias y empezar a resumir.
Respire profundo y mordí el sándwich, mientras masticaba empecé a resumir, estaba bastante concentrada en la lectura, mientras me devorada el sándwich.
Escuchaba la gente caminar y hablar a mi alrededor pero no le estaba prestando atención a nadie sinceramente, este tema que tengo que estudiar es bastante complicado ya que tiene palabras muy difíciles y algunas las tenía que googlear para poder entender el texto, en pocas palabras "un dolor de ovarios"
Estire la mano para agarrar el vaso y tomar ya que había terminado el sándwich, mientras mis ojos seguían la lectura, no fue buena idea por qué choque el vaso con la mano logrando que se caiga y moje la mochila junto a la cartera y parte de mi pierna derecha.
—que torpe soy lpm—dije en voz alta, bastante alta, levantándome rápidamente del banco.
Deje las fotocopias del lado que estaba seco y levanté la mochila y cartera por suerte no se mojaron tanto, saque un paquete de pañuelos descartables de la cartera para secarme el jean, sentí que alguien se reía y ahí caí en cuenta, levanté la mirada viendo como la mayoría de la gente me miraba, sentí fuego en mis mejillas y pude saber que a esta altura estaría bordo no roja, lleve la mirada hacia la persona que se reía y ahí estaba él, Mateo Palacios, a unos metros míos apoyado en la baranda, mirándome mientras sonreía burlón.
Lo miré mal, muy mal, y me empecé a limpiar el jean, podía sentir su mirada clavada en mí, eso me ponía más nerviosa de lo que ya estaba.
Empecé a guardar todo, necesitaba irme de ese lugar, ya había pasado mucha vergüenza, una vez que guarde todo, tiré el vaso junto al envoltorio de la comida y me puse la mochila y la cartera para empezar a caminar, pero una voz me interrumpió.
—la cartuchera—su voz ronca logro frenar mi paso, me di vuelta y ahí estaba todavía parado apoyado en la baranda, de costado con una campera negra con la capucha puesta.
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Impredecible // Trueno
Teen FictionAlguna vez escucharon la frase "La vida es impredecible", mi vida es un claro ejemplo. Después que me mudé a la capital de Buenos Aires mi vida se basa en momentos tan impredecibles y todos ocasionados por una sola persona, no, no por mí, si no por...