°11°

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Llegamos, había bastante gente en la puerta, Mateo dio la vuelta y entro a un estacionamiento que es tipo un galpón al lado del bar, se notaba que era la inauguración ya que habían globos blancos y negros colgados en la entrada, una gran fila de gente ansiosa por entrar.

El lugar por fuera se veía muy moderno, hermoso y estaba en una avenida así que llamaba mucho la atención.

—vamos?—pregunto Mateo una vez que nos bajamos y engancho los cascos a la moto, solo asentí y lo seguí—es raro que no hagas preguntas—se rió, su risa hizo eco en aquel galpón enorme.

—por ahora creo no tener preguntas—conteste

—mejor pecosa por qué no creo responder—me miro por unos segundos sonríendo y volvió la mirada a su caminó

Me quedé callada, para que me pregunta si después me va a decir eso, puse los ojos en blanco al pensar, su celular sonó y atendió enseguida.

—estoy acá boludo ya entró—solo dijo eso y cortó.

Seguimos caminando en silencio hasta salir del galpón, nos dirigimos a la entrada ganando la mirada de todos los que estaban en la gran fila y algunos gritos pidiendo por Mateo.

Agache la cabeza logrando que el pelo me tape la cara y solamente lo seguí, él se acercó al de seguridad, se saludaron y nos dejó pasar, caminando hacía la puerta sentí la mano de Mateo agarrar mi mano, él estaba de espalda a mí.

Su contacto me hizo estremecer, apreté los labios reprimiendo una sonrisa, apretó un poco mi mano y se dio vuelta ni bien cruzamos la puerta.

—espero que te diviertas pecosa—sonrió para después darse vuelta y seguir caminando agarrado de mi mano.

Iba atrás de él disfrutando de estar así, solamente de su mano.

Caminamos por un pequeño pasillo oscuro con algunas luces de colores, la música pasó a ser el papel principal en el ambiente.

Al cruzar ese pasillo llegamos a una gran sala con un sector de sillas y mesas de un lado, una gran pista de baile, de un costado una enorme barra con dos chicos preparando algunos tragos.

El lugar estaba vacío, se me hizo raro pero lo seguí a Mateo que camino cruzando todo lo que era el bar o lo que yo pensaba que era el bar, por que llegó a la parte del fondo donde se notaba que era el sector vip.

Habían pequeñas mesas que brillaban por su luz, si, mesas brillantes, cada una tenía un color diferente, estaban rodeadas de sillones oscuros y en este sector había bastante gente ya.

Mateo me soltó la mano al llegar a un grupo de chicos y chicas, empezó a saludar muy animadamente a todos mientras yo me quede parada donde nos frenamos mirando todo lo que pasaba.

Algunas miradas se posaron en mí haciéndome sentir expuesta, mis mejillas ardían de lo rojas que se encontraban en este momento seguramente.

—ella es Luz—dijo Mateo al lado mío apoyando una mano en mi cintura y se rió mirándome—mentira, se llama Liz—mas vergüenza me hizo tener—ellos son mis ñeris, son banda para decir sus nombres—se rió y sentí un leven empujón de su parte.

Empecé a saludar a todos, no los conté pero deben ser 11 o 12  personas, entre ellos reconocí a Camilo, y a la chica rubia que fue con él a la cafetería, note que ella también me reconoció por la forma de saludarme y sonreír.

Volví al lado de Mateo que estaba hablando mientras se reía con un chico que estaba a su lado.

No sabía dónde llevar mis ojos, estaba realmente incómoda, no conozco a nadie, bueno a Mateo pero tampoco tanto.

Impredecible // TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora