°44°

5K 332 274
                                    

°Liz°


Al fin llegó el tan esperado sábado, digo tan esperado por qué Mateo me dijo que tenía una sorpresa, que me tenía que llevar a un lugar a la noche.

Me lo dijo el miércoles cuando después de quedarse a dormir conmigo me llevo al trabajo y antes de irse me dice eso dejándome todo lo que quedaba de la semana, con mucha intriga.

Aunque lo volví loco preguntando que era esa sorpresa no pude sacarle ni una palabra.

Ahora estoy en el departamento sola esperando que me venga a buscar, son las 15pm, le dije que iba sola y no quiso.

Los dolores de cabeza volvieron. Había terminado la tableta de pastillas que me dieron en la guardia y al dejar de tomarlas los dolores volvieron, son muchos más leves y no son seguidos.

Después de esa cena de a cuatro que tuvimos hable con Jaz y me dijo que Mateo le callo super bien, que a pesar de ser un poco frío y reservado se nota que es buena gente y que me quiere.

También me dijo como si fuera mi madre que me daba la bendición, nos reímos de eso por un rato largo.

Pero lo más importante es que ya acepto el cuñado que le di, aunque con Mateo no seamos novios formales, se que estamos juntos y nos respetamos.

Tenía pensado llevar las cosas para estudiar pero decidí no hacerlo, quiero pasar este día disfrutando de él dejando el estudio solo por hoy, de lado.

El celular me sonó, un wsp de Mateo que decía que baje a abrirle que todavía no nos íbamos, se me hizo raro.

Baje y ahí estaba él con una sonrisa, abrí la puerta.

—hola lindo—deje un pico en sus labios.

—hola pecosa hermosa—entro.

Cerré la puerta dirigiéndonos al ascensor, entremos al departamento.

—que pasa que todavía no podemos ir?—pregunte.

—me tienen que traer la moto, se la preste a un amigo y le dije que pase por acá—contesto.

—ah bueno, querés algo para tomar?—pregunte.

—no, vení—me estira del brazo y me sienta en sus piernas—es normal que te extrañe tanto cuando nos vemos todos los días?—pregunta sonríendo

—vos querés que te coma a besos—digo agarrando su cara con las dos manos.

—si—contesta riéndose.

Lo beso, siento sus manos en mi cintura que no tardan mucho en meterse por debajo de la ropa.

Me levanto un poco para poder quedar en horcajadas sobre él y ahora sus manos van a mi culo.

—no hay nadie?—pregunta entre besos, niego y eso fue lo que prendió todo.

Intensifica más el beso y me empiezo a mover despacio arriba suyo, nuestras respiraciones se aceleran.

Levanta el buzo con mi remera y los saca, se aferra a mis espalda acariciando cada rincón.

Lo separó del sillón y le saco la campera y la remera.

Voy dejando besos por su mandíbula, llegó a su cuello, bajo hasta su pecho y me voy bajando del sillón.

Pasó por su panza hasta el inicio de su pantalón, veo que me mira sonriendo, es la primera vez que le voy hacer esto.

Me ayuda a bajarse el pantalón junto al boxer soltando su gran erección.

La agarró con la mano y empiezo masturbarlo despacio mientras el tira la cabeza hacia atrás.

Impredecible // TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora