°04°

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Hoy martes tenía día libre después de clases, había cubierto turno completo a Dani así que me lo debía, le pedí hoy por qué necesito estudiar bastante.

Salí de la universidad y como era costumbre Agustín se acercó a mí, él es con el único que  me llevo más o menos, no por qué los demás me caigan mal, osea algunos sí, pero sinceramente no tengo vida social.

Agustín apareció en un momento débil de mi vida donde estaba muy vulnerable y pasaron cosas, me confundí y lo confundí a él ya que se sintió "usado" y no fue así, yo lo tome como un momento de relax, necesitaba descargar el estrés universitario y en ese momento nos acercamos de más, pero siempre fui clara sobre mis intensiones, a él se le complicó bastante y después de unos meses de enojó de su parte, todo volvió a la normalidad y ahora está insistiendo para repetir lo ocurrido, cosa que no lo va a lograr.

—Liz almorzamos?—pregunto acelerando sus pasos para quedar al lado mío

—no puedo Agus—le iba a dar motivos por el cual no puedo, pero no tengo por qué explicar.

—nunca podés—al no tener respuesta de mi parte, continuó—no pasa nada Liz—dejo un beso en mi mejilla

—nos vemos mañana Agus—le sonreí.

Me sentía mal al frenar sus intenciones de esa manera pero vamos, si no lo hacía así todos sabemos que es peor por qué si aceptaría todas sus invitaciones lo tomaría de otra forma como ya pasó anteriormente y no podía permitir eso de nuevo.

Compré la comida donde siempre y me dirigí al banco de siempre también, pero al llegar me encontré con que estaba ocupado, se encontraba una persona con un buzo o campera verde oscuro casi negro con capucha puesta, eso me recordó a alguien.

Busque con la mirada otro banco y todos estaban ocupados, okey el destino está conspirando contra mí.

Levanté los hombros en modo de desinterés y decidí sentarme igual, al sentarme pude observarlo más de cerca a lo que estaba acostumbrada, tenía las manos en los bolsillos de su pantalón, las piernas estiradas y cruzadas, los auriculares puestos como siempre, y solo miraba el río tan pacíficamente.

"Deja de mirarlo que se va a dar cuenta" gracias subconsciente.

Puede alguien ser tan perfecto? Si, Mateo Palacios es el claro ejemplo, aún que no lo conozco tan profundamente, sólo habló por lo físico, que diablos me pasa, por favor.

Negué y acomode la mochila junto a la cartera, una vez que saque el envoltorio del sándwich, acomode las fotocopias sobre mis piernas y me dediqué a leer mientras comía y frenaba a resaltar lo más importante de la lectura.

Mateo seguía ahí, sin correr la mirada de lo que sea que esté mirando, me intriga bastante, lo usará como una tipo terapia venir acá? O por qué lo hará? Preguntas sin respuestas.

Tiré el envoltorio del sándwich al tacho de basura que estaba cerca, subí las piernas al banco sentándome como indio y proseguí a resumir, ya que no trabajó tenía mucho tiempo, mi plan es resumir toda la fotocopia que me faltaba y después ir a casa a ponerme a estudiar.

Escuche como el celular de Mateo sonaba y este se quitó los auriculares, los desconectó del teléfono y atendió la llamada, no sabe que se puede atender con los auriculares puestos?

—bro...si sigo acá...no me rompas los huevos...te dije que si boludo...dale en media hora estoy...chau—corto.

"Sos muy chusma Liz" sonreí, no pude evitar escuchar lo que hablaba.

—llegas tarde—escuche que habló, decidí hacerme la que no escuché, no se por que sabía que me hablaba a mi aunque no me miré.

Me faltaban cinco fotocopias y terminaba, baje las piernas y las crucé, seguí leyendo y resumiendo, vi por el rabillo del ojo que giro la cabeza hacia mí.

Impredecible // TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora