°09°

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Una semana más que pasaba, faltan solo días para la presentación del proyecto así que estoy super nerviosa y estresada.

Recién salía de mí lugar nuevo donde almorzaba antes de entrar a trabajar, caminé apurada chocando personas y disculpándome por eso.

Iba mirando la hora y leyendo los wsp de Jaz que me avisaba que hoy llegaría tarde que no la espere para cenar, estaba igual que yo llena de cosas de la universidad.

Estoy doblando la esquina sin mirar como siempre y me chocó a una persona de frente.

—auch—digo tocándome la frente—discul..—no pude terminar de hablar al darme cuenta de quién era esa persona—que haces acá?—pregunte con la mano aún en mi frente

—hola pecosa—sonrió—sos muy distraída—dijo

—hola—dije sintiendo como se secaba mi boca

—la próxima te diría que te fijes por donde caminas—ya estaba siendo el mismo de siempre

—disculpame—dije esquivando su persona

—espera—me di vuelta de nuevo

—que?—dije de mala gana

—salís a la hora de siempre?—fruncí el ceño, como sabe a qué hora salgo, me da miedo.

—a la hora de siempre?—pregunté

Se rió acercándose—a que hora salís?—pregunto

—a las 20pm, por qué? Me estás siguiendo Mateo?—pregunte al notar que estamos en la esquina de mi trabajo

—tan importante te sentís para pensar que te sigo?—sonrió irónico

—okey, entonces no te importa a que hora salgo, llegó tarde—me iba a dar vuelta pero lo volví a mirar—dejame en paz por favor—dije dándome vuelta, sentí como apuro su paso a mi lado

—tengo que hablar con vos pecosa, no la flshees—caminaba a mi lado

—habla—dije frenando mi pasó

—a las 20pm hablamos—sonrió, bufé y seguí mi caminó.

Él ya no me seguía así que entre a trabajar con mil preguntas como siempre me dejaba Mateo.

Por qué le dije la hora que salgo?, que le pasa a este chico que se aparece constantemente en mi caminó.

Odiaba que tenga ese poder de dejarme como boluda cada vez que se acercaba.

Su mirada oscura me movía completo el piso, su sonrisa aunque sea arrogante me encantaba, su manera de hablarme tan...tan arrogante por favor me daba bronca y me volvía loca.

El día laboral pasó horriblemente lento, cada cinco minutos miraba la hora en mí celular, estaba súper ansiosa por lo que Mateo tenía que hablar conmigo.

Que me tendría que decir si ni nos conocemos, cruzamos muy pocas palabras y la mayoría fueron para fastidiarme.

—Liz Liz—dijo Cande

—que pasó?—dije exaltada

—ya terminó tu turno—se rió por mi expresión

—ah si, me voy a cambiar—avise yendo al vestuario.

Me cambié super rápido, guarde la ropa de trabajo en el casillero y agarre mis cosas.

Me miré en el espejo soltándome el pelo de la colita que me hacía obligada para trabajar y observé cada detalle de mí, estaba nerviosa, demasiado.

Impredecible // TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora