°48°

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Puedo distinguir que es Camilo—amigo ya estoy acá—dice y lo abrazó, aunque me haga el fuerte necesito un abrazo.

—por que a ella, por qué no me pasó a mí—susurro con dolor.

—sh deja de torturarte, va a estar todo bien—me acaricia la espalda.

Siento otra persona, otras dos personas y levanto la vista, Becky y Leo, seguramente Damián le aviso a Leo y se lo agradezco.

—vení bebé—me dice Becky arrodillándose al lado mío y me abraza.

—dale compa que tu wacha se va a poner bien y esto solo va a ser un mal recuerdo—dice Leo palmeando mi espalda.

—es mi culpa, está ahí por mí y no me lo voy a perdonar nunca, se pudo haber m...—no puedo ni decir la palabra.

—sh ey no digas esas cosas, no es culpa de nadie, estás situaciones se nos escapan de la mano y vos no sabías que iba a pasar, ella tampoco y ni se te ocurra pensar algo peor por qué no va a pasar, va a estar bien—habla Becky acariciando mi espalda.

—dale ñeri vení levántate—dice Camilo y me levanta.

—hermano no pensé que el enano tenía tanta fuerza—dice Leo para hacerme reír refiriéndose a como deje la pieza.

—eso por qué nunca lo viste enojado—contesta Camí.

Becky no se despega de mi lado, me tiene abrazado a ella mientras me acaricia la espalda, me siento contenido pero nada se compara a la contención que me hace sentir Liz.

No sale de mi cabeza, no dejo de pensar y sentirme culpable.

—va a estar todo bien bebé tené fe dale y no caigas ahora que Liz te necesita fuerte para que la ayudes a pelearla con ella—habla Becky mientras me limpia las lágrimas.

—si le pasa algo te juro que me voy con ella—susurro mirando a la nada

—sh no digas eso ni lo pienses que no le va a pasar nada—deja un beso en mi mejilla y me abraza más fuerte.

—mira boludo estamos limpiando por vos—dice Camilo riéndose mientras limpian el desastre que deje después del ataque que tuve.

—gracias—digo

—que gracias gil, no hay nada que agradecer los amigos estamos en las buenas y en las malas, eso nunca lo olvides—contesta Camí y me hace sonreír.

No se que hubiera hecho si ellos no aparecían.

—vamos a pedir algo de comer por qué seguro que ni comiste—dice Becky separándose de mí—y después te vas a pegar un baño para relajarte y vas a dormir así mañana temprano la vas a ver para recibir buenas noticias—me sonríe sacando su celular del bolsillo.

—antes de dormir nos vamos a fumar unas flores riki riki ñeri así te dormís bien relax—dice Camí y asiento solo por inercia por qué sinceramente no siento nada más que dolor.

Me tiro boca abajo en la cama mientras ellos siguen ordenando. Me tapo la cabeza con la almohada y la imagen de Liz en esa cama llena de máquinas y cables aparece en mi cabeza, las lágrimas vuelven a salir.

Otra vez estoy llorando con todas mis fuerzas, siento como se sientan a mi alrededor y me acarician la espalda sin decir nada, saben que nada de lo que digan me va a calmar pero con sus presencias me basta y ahí se quedan en silencio dejándome largar todo el dolor que siento, aunque llorando no se me vaya pero es la única forma que tengo de expresarlo.

[...]

Me despierto después de haber dormido 2 horas como mucho, a mi lado está Becky, del otro Camí, Leo se fue a la madrugada.

Impredecible // TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora