°49°

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Llegó a mi casa y entro por el pasillo, acomodó la moto y entro a mi pieza.

Dejo las llaves, la billetera y el celular en la mesa de luz, me tiro boca abajo en la cama, todo con la luz apagada, ya es tarde creo que son las 22pm o más tarde, no tengo idea, estuve todo el día caminando por ahí, por nuestro lugar.

Escucho que la puerta se abre, giro la cabeza y miró, lo veo a mi viejo caminar hasta la cama y se sienta a mi lado.

—hijo—habla, escuchar su voz hace que me derrumbe de nuevo.

—viejo me quiero morir—hablo literal, es lo que siento.

—no boludo no digas eso—apoya su mano en mi espalda—me querés contar que pasó y como está la nena?—suspiro y me levanto para sentarme enfrente de él.

—ayer apareció Lara—hablo mientras él se levanta a prender la luz y puedo ver lo sorprendido que queda—justo cuando llegaba acá con Liz, ella estaba en la puerta, me pidió para hablar, no quise pero Liz me habló y me hizo entender que tenía que cerrar esa historia y para eso teníamos que hablar y decirle todo lo que nunca pude—un gusto amargo aparece al acordarme de ese momento.

—y que pasó?—pregunta mi viejo atentamente.

—en todo eso que me dijo Liz me confesó que está enamorada de mí, pero como el cobarde que soy no le respondí nada, le pedí que no se vaya pero se fue igual y no la seguí, no la frené—vuelvo a llorar—la tendría que haber perseguido viejo y ahora ella estaría acá conmigo—me tapo la cara con las manos y mi viejo me abraza.

—tranquilo hijo, ahora no sirve de nada que te eches la culpa, nadie la tiene las cosas solo pasan y algunas no están a nuestro alcance—me separó de él y sigo.

—cuando Lara se va me comunico con Damián por unos wsp y llamadas que me dejó y ahí me dice que vaya al hospital, cuando llegó me cuenta que a Liz la atropello un colectivo—respiro reprimiendo el llanto—se golpeó muy fuerte la cabeza, se hizo un corte en el cuero cabelludo, se fracturó el codo y llego inconsciente al hospital, la operaron de urgencia por qué tenía hemorragia cerebral—me tapo la boca, no puedo dejar de llorar, mi viejo me acaricia el brazo tratando de tranquilizarme.

—hijo tranquilízate, se que nada de lo que diga te va a calmar pero tenés que intentarlo—niego y sigo contándole

—después de 4 o 5 horas sale un médico a decirnos que Liz entro en coma, la tuvieron que conectar a un respirador, perdió mucha sangre y que sólo hay que esperar que acepte la medicación, las primeras 48 horas son muy importantes, las tiene que superar—me limpio las lágrimas—le llega a pasar algo viejo y te juro que me voy con ella—vuelvo a llorar con todas mis fuerzas.

—hijo mírame, deja de pensar que le va a pasar algo y empezá a tener fe que va a salir por qué es así, por qué va a salir, tenés que ser fuerte por ella, está bien que llores por qué duelen estás situaciones, pero no podés bajar los brazos ahora y dejarla sola—me da una palmada en la espalda.

—tengo miedo pa, recién pasaron 24 horas—hablo susurrando.

—tenés que ser fuerte hijo no queda otra—asiente.

—me enamoré viejo, me enamoré y no se lo dije, ayer le iba a confesar todo y le iba a pedir que sea mi novia—niego mientras las lágrimas caen solas—y no llegue, no lo hice por qué la deje ir—suspiro cansado de todo.

—Ya se lo vas a poder decir, le vas a poder pedir que sea tu novia y esto va a pasar a ser solo un mal recuerdo, pero ahora tenés que sacar fuerzas de donde sea, no bajar los brazos y pelear esto con ella—me sonríe y asiento.

Impredecible // TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora