Llegamos al hospital y después de estacionar la moto entramos corriendo, voy directo a dónde está Liz y en el pasillo ya veo a Jaz y Damián.
—hola—digo ni bien frené adelante de ellos—que pasó? Como está?—pregunto desesperando.
—hola un gusto, soy Pedro el papá de Mateo—se presenta mi viejo y saluda a los dos.
Verla llorar a Jaz me hace entender que es algo grave y que no me digan nada me pone más nervioso.
—nos llamaron diciendo que Liz tuvo una convulsión—tenso la mandíbula—que teníamos que venir a firmar unos papeles por qué la tienen que volver a operar—me tapo la cara con las manos y me doy vuelta para darle una piña a la pared.
Por qué le tiene que pasar esto?
—ey hijo calmate—me agarra mi viejo de los hombros y me da vuelta.
—Teo va a estar bien, se que ella va a estar bien, hay que tener fe—la voz dulce de Jaz se escucha, siento sus manos en mis mejillas y reaccionó.
—por que la tienen que operar? Que le pasó aparte de la convulsión?—pregunto.
—tenemos que esperar para hablar con el cirujano por qué el médico que la atiende a ella no está—contesta Jaz.
—a la mamá le avisaron?—pregunto
—si, está viniendo Matías, Claudia viene más tarde con juanpi—contesta ella.
Solo asentí y me quedé sentado mirando a la nada, mi viejo se puso a hablar con Damián y Jazmín sobre Liz que le explicaron mucho mejor que yo todo lo que los médicos nos decían.
Cuando hablaba de que enamorarse te volvía vulnerable dejando tu vida en manos de alguien más que tranquilamente podría hacerte la persona más Feliz del mundo pero también podría destruirte, hacerte sufrir y dejar una gran huella en vos.
Esta situación también entra en eso, estoy sufriendo por ella, es una situación que ninguno de los dos elegimos y no sufro por qué ella me lo haga con intensión.
Sufro por qué tengo miedo de no volverla a ver, de no volver a sentir sus manos entrelazadas con las mías, de no volver a sentir esa paz especial que me trasmiten sus abrazos, sus besos suaves y delicados, de no poder provocar que se sonrojé y sus pecas resalten, de no poder decirle el por qué la llamo Luz, ni escuchar más que me diga impredecible, de verla enojada de brazos cruzados intentando ser amenazante, de no escuchar más sus te quiero, o que me diga Mateo Palacios, no se por que le gusta tanto llamarme por mi nombre completo pero suena tan bien si viene de ella.
Tengo miedo de que no se enteré que me enamoró, que la amo como nunca antes había amado.
Negué y saque mi celular, 4:30am ni sabía que hora era, ahora me doy cuenta que no llegue a dormir ni una hora.
El hospital esta en completo silencio, apoyo los codos en las rodillas y bajo la cabeza mirando el piso.
Que momento de mierda que nunca me imaginé pasar.
—hijo, querés tomar algo o salir a tomar aire?—pregunto mi viejo sentándose a mi lado.
—no pa sabes que no me voy a mover de acá hasta que me digan algo—conteste
—bueno Mateo tranquilo que va a estar todo bien—me dio unas palmadas en la espalda—salgo a fumar un cigarro, ya vengo—dijo y asentí.
[...]
3 horas pasaron y nadie nos decía nada, ya estaba bastante nervioso, caminaba por el pasillo de una punta a la otra.
Había llegado Matías, estábamos los 5 bastantes impacientes.
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Impredecible // Trueno
Teen FictionAlguna vez escucharon la frase "La vida es impredecible", mi vida es un claro ejemplo. Después que me mudé a la capital de Buenos Aires mi vida se basa en momentos tan impredecibles y todos ocasionados por una sola persona, no, no por mí, si no por...