°12°

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Alguna vez les pasó no entender el por qué de las acciones de los demás? Me supongo que sí, en realidad si no son explicadas por la persona nunca lo entenderíamos.

Se que no se debe juzgar las acciones de nadie por qué no tenés idea que pasó anteriormente para qué llegue a eso, pero hoy me atrevo a mandar a la mierda y juzgar sin saber a Mateo Palacios.

El por qué, es simple, aparece y desaparecer cuando quiere, me habla o se acerca con intenciones que no son claras y después se comporta como un total idiota y desaparece.

Ya pasaron dos semanas de lo sucedido en la inauguración del bar al que me llevó, dos semanas en las que no me habló ni lo vi, solo me llegó un msj en Instagram a la noche siguiente "hola Liz, me quería disculpar por lo que pasó ayer, espero que estés bien" msj que no contesté.

A Puerto Madero no fui por qué no lo quería cruzar, tampoco volvió a aparecer en mi trabajo, así que no supe más nada de él.

Hace 2 días que no voy a trabajar ni a la universidad, la razón es que estoy con un poco de fiebre, del trabajo me mandaron un médico al departamento que me dio 3 días de reposo y unos analgésicos.

Me molestaba el faltar a la universidad, eso significa atrasarme aunque Agustín vino para pasarme lo que hicieron en las clases, no es lo mismo que estar presenciando y escuchar lo que dice el profesor explicando todo con sus palabras.

El timbre suena sacándome de mi colapso mental enfermo en este momento ya que estoy con la computadora, mil fotocopias a mi lado y escuchando al gran Cerati, su voz me tranquiliza, es uno de mis cantantes favoritos junto a Spinetta y bueno muchos más que no viene al caso ahora mismo.

Camino hasta el portero que conecta con la puerta principal del edificio.

—hola, quién es?—pregunto con la voz ronca a causa del resfriado que tengo.

—señorita Liz habla Claudio—la voz del portero del edificio se escucha y se me hace raro.

—hola Clau, pasó algo?—frunzo el ceño aunque él no me pueda ver

—hay un chico preguntando por usted, solo sabe su nombre—ya me imaginaba quien podía ser ya que Agus sabe el timbre de mi departamento.

—como se llama?—quiero corroborar que no me equivoco.

—Mateo, lo conoce?—pregunta Claudio.

A esto me refiero cuando digo que no entiendo las acciones de Mateo.

—si, avisale que ya bajo, gracias Claudio—dije sin pensar, solo las palabras salieron de mi boca.

No se por que voy a bajar, no tendría pero acá estoy peinándome acelerada y poniéndome un buzo enorme que uso siempre cuando no salgo ya que abajo tengo una remera que uso para dormir, un pantalón corto y las pantuflas, las cambio por unas Cross, sinceramente en otro momento correría para arreglarme, pero ahora me siento mal como para hacerlo, tampoco quiero impresionar, la última vez que me arregle tanto para salir con él terminó todo mal.

Salgo del departamento y bajó bastante rápido ya que a esta hora no hay nadie dando vueltas por el edificio así que el ascensor está libre.

Mateo con una sonrisa se hace presente en mi campo de visión, sus ojos me examinan con determinación haciendo que mis nervios aumenten y me arrepienta solo un poquito de no estar un poco más presentable.

Lo miro con cara de "que querés?" Y luego se lo pregunto—que querés?

—hola—dice conectando sus ojos con los míos.

—hola—rodee los ojos, una manía.

—como estás pecosa? Interrumpo algo?—pregunta

Ya no me iba a gastar en pedirle que me llame por mi nombre por qué sabía que no lo iba hacer, así que ignoro como me llamó.

Impredecible // TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora