Eran las 19pm solo me faltaba una hora y por fin terminaba esté eterno día de trabajo, encima parece a propósito estuvo lleno de gente constantemente.
Micaela una de mis compañeras que compartía turno estos días con Dani, estaba dando vueltas limpiando las mesas que se iban vaciando.
Escuche la puerta abrirse así que levanté la vista dejando el trapo atrás del mostrador, al ver las personas que entraron se me erizo la piel.
Era Mateo junto a una rubia, muy linda chica, iban hablando de no se que, se acomodaron en una mesa vacía, enfrentados.
Hace casi dos semanas no lo veo y eso provocó algo raro en mí, pensar que si no tenía que cubrir a Dani no lo estaría viendo en este momento.
La miré a mica que estaba atendiendo a otros clientes así que tenía que atenderlo yo.
"Vos podés Liz" me hable a mi misma.
Respire hondo, ya sabía que me iba a mirar con su sonrisa soberbia recordando aquello que me dijo, que lo iba a tener que atender me guste o no por qué es mi trabajo.
Saque la pequeña libreta del bolsillo junto a la lapicera y con muchos nervios y vergüenza me acerque a ellos.
—buenas tardes—dije sonriendo lo mejor que podía, Mateo tenía la mirada en su celular, mientras que la chica leía nuestra carta.
—buenas tardes—dijo ella sonriéndome, Mateo todavía no me miraba así que no estaba consciente de mi presencia—sinceramente no se que voy a pedir todavía, vos Teo?—dijo la chica golpeando la mano de él con la carta.
—yo quiero las cápsulas esas—agarro la carta—esa roja—buscaba con los ojos como se llamaba esa cápsula, me reí a penas.
—tipo italiano—dije yo y logré que levanté la mirada a mí, todo mi cuerpo era un explosivo de nervios, mis manos claramente temblaban.
"Calmate que solamente te miró" mi subconsciente me habló
—esa misma—sonrió sin sacar sus ojos de mí.
—con la...—me interrumpió
—si, con la promo—dijo riéndose, apoyo su cabeza en una de sus manos mirándome fijo, con cuidado de no hacer torpezas, anoté, sentir su mirada sobre mí me hacía poner roja de los nervios y se que él lo estaba disfrutando.
—esta bueno ese?—pregunto la chica
—buenisimo, a mi me lo recomendaron y la verdad que esa persona tenía razón, es suave, riquísimo y se volvió uno de mis favoritos—contesto él sonriéndome.
Me dediqué a mirar solo a la chica para no prestarle atención a él que sé muy bien lo que está haciendo, está disfrutando de esto, de ponerme así de nerviosa mirándome fijo.
—bueno entonces pido lo mismo—dijo la chica mirándome sonríendo.
—enseguida regreso—dije dándome vuelta, yendo al mostrados a preparar el pedido.
Mire la hora 19:20pm, no sabía si quería que pase la hora o que no pasé, me estaban consumiendo los nervios y mi cara estaba a punto de explotar de tan colorada que estoy.
Prepare todo el pedido y lo puse en una bandeja, solo rogaba que nada se me vuelque o no hacer algunas de las mías para no darle motivos a Mateo que me haga sentir peor de nerviosa de lo que ya estaba.
—estas bien?—me pregunto mica que estaba a mi lado preparando otro pedido
—si, solo tengo calor—dije sonriendo a penas
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Impredecible // Trueno
Teen FictionAlguna vez escucharon la frase "La vida es impredecible", mi vida es un claro ejemplo. Después que me mudé a la capital de Buenos Aires mi vida se basa en momentos tan impredecibles y todos ocasionados por una sola persona, no, no por mí, si no por...