│• Por los Dos •│

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La canción perfecta

Con un saludo adormilado para todos, me senté a lado de Harper cruzando mis piernas y abrazando su brazo derecho para recostar mi cabeza sobre su hombro y cerrar los ojos

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Con un saludo adormilado para todos, me senté a lado de Harper cruzando mis piernas y abrazando su brazo derecho para recostar mi cabeza sobre su hombro y cerrar los ojos.

Me gustaría haber dormido un poco más en la noche y estar tan fresca como ellos lo estaban ahora. Sentía la felicidad y parecía que mi estado de ánimo era el único que destruía aquel alegre ambiente.

Sentí cuando Harper dejó un beso en mi cabeza y abrí los ojos sonriéndole.

— ¿Qué te pasa? — se acomodó mejor cruzando sus piernas al igual que yo, una vez recosté mi espalda en el sofá negro.

— Ayer dormí a eso de las cinco de la tarde y me desperté a media noche, sin poder conciliar el sueño hasta las seis de la mañana donde volví a dormir, pero el despertador sonó a las siete — me froté los ojos.

— Ve a descansar — negué con la cabeza en desacuerdo — yo me encargo de la recuperación.

— No es justo que me mantenga dormida cuando podrían requerir de mí — la miré — me tomaré un café y estaré como nueva ¿vale?

— Está bien — miró al frente donde estaba Christopher hablando con los demás. Entrecerré mis ojos cuando lo mantuvo más del tiempo debido. — no me mires así y ve a desayunar — ni siquiera había volteado a verme y sabía que la estaba observando.

Me levanté del sillón sonriendo. Se traían algo ambos, una corazonada me lo decía.

Me serví café de soja y me senté en una de las banquetas de la isla.

Mientras observaba mi café moverse en circulo en la taza, me fue inevitable pensar como había cambiado mi vida.

Ahora tenía amigos, pero amigos de verdad, yo los consideraba así.

En el momento en que decidí abrirme en la Universidad, mi actitud no fue la mejor, a pesar de hacer el esfuerzo seguía reservándome, pero aún así mis amistades allí solo fueron por conveniencias.

Siempre traté de sobresalir en mi carrera, debido a ello, tenía personas encima de mi buscando ayuda, y nunca me negué, brindé apoyo a aquellos que lo necesitaron, pero al final del día, a pesar de mi poca habilidad de socializar, ellos me recluían.

Ahora sé que es diferente, me siento bien. La admiración por todo lo que conlleva esta vida, me ha nublado y asegurado de que ellos, no son iguales a mis compañeros de carrera.

Veo a Harper y Grace, y lo único que procesa mi mente es que son como hermanas. El afecto de cariño que me demuestra Harper es único. A pesar de no estar mucho tiempo aquí, ella me trata igual a Grace, y eso, me llega al corazón.

Los chicos ¿Qué podría decir de ellos?

Chris y Andrew son como dos niños, te sacan una sonrisa cuando no entran en el papel de entrenadores y super agentes. Se la pasan haciendo bromas, y ahí es donde me acuerdo que ellos son como cualquier persona común, que su trabajo no los convertía en personas frías, y que ese tiempito de descanso en su larga vida de agentes, podrían ser lo que ellos quisieran y que yo ni nadie extraño los cambiaría.

N U E S T R A (Míos #1) En Edición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora