Grace Jones
Arthur rodeó mi cintura mientras salíamos de la cafetería bajo la atenta mirada de todos. Instintivamente sonreí con arrogancia viendo como él no le prestaba ni la más mínima atención a las casi mil personas que se hallaban aquí.
Lo único que hizo fue apretarme más a él y avanzar con indiferencia y superioridad hacia el exterior.
La gente aún no se acostumbraba a vernos juntos, y no es que andemos mucho juntos, pero hoy estaba más apegado a mí de lo normal. Me tenía de aquí para allá acompañándolo. Me sentía cómoda, porque de primera no tenía a mamá y a papá cerca, porque regresaron a la Isla del Aislamiento de Dalton Choules a resguardar el bunker, y otra cosa es él quien estaba llevando esto a su antojo.
— Arthur — aparté su brazo de mi cuerpo cuando subimos a su ascensor privado — no te preocupes por ella, no se irá. Te lo prometo — me recosté contra su pecho cuando él lo hizo contra el espejo.
— Realmente no sé qué pensar — pasé mi mano por su pecho concentrándome en sus ojos — le brindaría todo, absolutamente todo, pero no quiero apartarla de mí sabiendo que no podré cuidarla, y ya no confío en nadie... ese es el gran problema.
— Se dará cuenta que el alejamiento no le servirá de nada y cambiará de opinión — miré el reloj de los pisos y me apresuré a detener el elevador — este es mi piso...
— No... — rodeó mi espalda baja pegándome a su pecho y dándole paso de vuelta al elevador hasta el último piso.
— Director — le dediqué una sonrisa seductora — debería respetar más su reglamento sobre la prohibición de compartimientos de cuarto entre parejas.
— Y tú deberías dejar de verte tan guapa sin intentarlo — mandé mi cabeza hacia atrás riendo y regresé a su rostro rozando nuestros labios con una sonrisa genuina.
Bajó sus manos a mis piernas y me elevó abrazando su cintura con ellas. Tras escuchar el pitido del elevador, salimos en dirección a su habitación.
— Ay Dios. Cómo lo siento, Superior Elliot — me disculpé totalmente avergonzada tras hallarlo en toallas saliendo del baño del piso — me iba a quedar en mi habitación, pero...
— No lo dudo... — ¿Lo dijo con sarcasmo? Arthur no paró de caminar sin prestarle atención a la mirada que nos estaba dando. Mmm... que bien está Elliot Dark.
— Sigue mirándolo — rugió y lo miré divertida.
— Tranquilo, señor — dejé un beso corto en sus labios mientras entrábamos en su muy sofisticada habitación llena de lujos — Ya le he dejado claro que soy suya y dudo mucho que nadie pueda mover las caderas como usted... — me bajó y cerró la puerta divertido.
Tímida caminé hacia el ventanal que iba desde el suelo hasta el techo, estructuración característica de los edificios del ISO. Abrí levemente las cortinas, detallando a los agentes de seguridad recorrer sin parar a estas horas de la noche, haciendo su trabajo tranquilamente.
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N U E S T R A (Míos #1) En Edición.
Ficción GeneralBienvenidos al Mundo del ISO (International Security Organization) Una joven mujer se adentra al Mundo del ISO pasando por diferentes situaciones tras conocer a dos hombres. Hombres cuya inteligencia y preparación sobrepasaba a cualquier ser humano...