Kiss and make up [ Sujin ] [ Jinsu ] OxO

Catorce; ❝Un celo artificial❞

—¿Qué mierda está pasando aquí? —susurró Yoongi después de poner ojo al acto frente a él.

Sus pupilas se dilataron del horror puro y sólo atinó a retroceder por instinto, demasiado asustado como para caer en cuenta de la gravedad ante sí. Así que eso era. ¿Así que a eso se refería esa maldita carta?

Incluso si los polvorientos ventanales permanecían cerrados en su totalidad, aún era capaz de distinguir la obviedad de la escena y el aroma a lujuria que escapaba desde el interior. Eran dos alfas de rango regular. Lo sentía porque eran aromas fuertes, destacados y agresivos, como si estuvieran resguardando una presa pronto a ser devorada. No solamente eso..., la fragancia de Seokjin se distinguía fuertemente entre ambas; incluso más que la de esos dos alfas. ¿Quizá sería porque Jin era un omega de la clase alta? Aunque, si no fuera porque conocía ese aroma..., casi se atrevería a decir que estaba un poco más distorsionado de lo que la última vez. De cualquier modo, se sentía mucho como para soportarlo, aún más que esa vez que Jin había botado sus feromonas con él. ¿No sería que...? No, era imposible. Jin nunca iría a la universidad estando en celo.

Le escoció la nariz como si fuera a sufrir alguna reacción alérgica. Su garganta se atascó automáticamente y la ansiedad subió por toda su espalda. Esos dos idiotas estaban desnudando a un omega semi-inconsciente. Era más claro que el agua lo que pretendían y querían hacer. ¡Esto era un delito, santa mierda! E incluso él tenía niveles. ¿Quién rayos desearía el ataque sexual de otra persona? Mierda, mierda. Qué enfermizo, ¿quién había sido el gilipollas de la ''grandiosa idea''? Oh, en cuanto salieran de ese lío él se encargaría personalmente de buscarlo...

Únicamente se le ocurría pensar.

Apretó los orbes de sólo imaginarlo. Debería llamar a alguien, a Hoseok, a un profesor, a un auxiliar; ah, algo debía hacer. Tenía que actuar, eso tenía que hacer. No quedarse parado como imbécil quejándose de la aberración que se producía frente suyo. Entonces, ¿por qué estaba paralizado? ¿Por qué se sentía a punto de llorar, temeroso de ser apresado? ¿Así se sentía ser un omega dominado por los instintos? ¿Tanto era su temor a ser reprendido por esos dos alfas, que ni siquiera podía mover sus pies para ir a acusarlos? Ah, no sentía las piernas. Sentía acalambradas las extremidades y los escalofríos le recorrían la nuca con desprecio. Estaba acobardado por completo. Porque él era un omega y porque los dos hombres adentro de ese espantoso cuarto eran alfas. Estaban arriba de él en la cadena. Oscilaban en el eslabón más alto. Y tenían bajo sus garras a un omega indefenso.

Qué patético se sentía, qué bajo había caído al no procesar la información y salir en busca de ayuda. Él, que se prometía siempre pasar de la naturaleza y rehuirla como a las responsabilidades. ¿Y no podía lanzar un grito de auxilio por temor a ser señalado o, peor, acabar como Seokjin? ¿Era un miedo evolutivo, un miedo natural, un miedo arraigado en la mente? Porque no sabía cómo controlar este extraño y nuevo sentimiento.

Se sentía en un estanque repleto de agua, como si se ahogara. No quería sentirse ahogado, no quería que esa sensación se hiciera conocida y se resguardara en su canal de memorias. Él quería elegir por sí mismo lo que era correcto y lo que no. Él quería vencer la naturaleza que se le había entregado desde antes de nacer.