Cincuenta y cinco; ❝Me gustas y❞

874 151 26
                                    

Porque le gustaba el modo en que Suki se enojaba, pero Yoongi también se molestaba bastante. Y ambos fruncían el ceño ante todo, fingiendo que el romanticismo no les gustaba aunque sí lo hiciera. Suki se sonrojaba cuando él hacía ''barbaridades'' con su cuerpo. ¿Cómo pudo haber pensado que era experimentado? Pensarlo ahora le hacía avergonzar. Tal vez su confusión se debió a que él también era un desastre en temas sexuales. No eran muy distintos el uno del otro, ¿verdad? Aunque Suki..., siempre le mostraba una angelical expresión de sorpresa y curiosidad, tan lujurioso y libidinoso antes de aceptar con algo de timidez. Oh, por Dios, ¡y era evidente! Porque su piel, y sus clavículas, y su complexión, y su maldita expresión de orgasmo... Y cuando le hablaba de sus males, de su vida difícil de sobrellevar, de sus anhelos, de sus convicciones, de sus..., de él, de su vida en el futuro, de su vida en general. Tan reprimido, y tan dispuesto a cambiar sólo para llevarle la contraria a todos. ¿Era así como Min Yoongi se había sentido siempre? Y se lo había compartido de todos modos, se había abierto a él y le había hecho promesas acerca de estar juntos en el futuro porque era el primer panorama que Min estaba dispuesto a ver, sólo para cambiar aires. Era tan claro, tan claro como el agua. Yoongi era infeliz, y se encerraba en una expresión que denotaba en tristeza; pero Suki era tan infeliz que su nula alegría le daba fuerzas para desear poseer una vida distinta.



Porque eso es lo que Yoongi deseaba en el fondo: ser feliz, es por eso que Suki era la viva representación de todo aquello que no podía ser.



Mierda, era tan claro. Sólo a él se le había ocurrido que no lo era. Tal vez la había cagado un poco mucho.



''¿No es esto bueno'' pensaba a ratos, mientras pasaban los días. Las dos personas por las que más sentía atracción..., eran el mismo. Tenía un problema menos del cual ocuparse. El mismo joven que se vestía para causar furor en todos era el mismo que se ocultaba por el miedo a ser reprendido. Yoongi..., tan plano y aburrido, tan misterioso y callado, tan enamorado y sonriente. Él había cambiado sus expresiones para que lo viese, para que contemplase todo su ser y aquello que estuvo siempre dispuesto a ser (y alguien decidió que no podía, apagando sus luces). Con la familia que Yoongi tenía, era hasta entendible que el pobre chiquillo acabara con su propio sentir y se resquebrajara en una doble personalidad por las noches, ¿no? Y Suki..., Suki brillaba con cada comisura elevada, con cada promesa, con cada apuro que izaba frente a él. No parecía complejo para él mostrar aquello que le gustaba y disgustaba. Era conciso y hablador..., y aceptaba sus caprichos incluso si Min Yoongi pasaba totalmente de ellos. Y ese mismo hombre, esa misma ilusión que Min había creado para él, lo alentaba a ser distinto, le juraba el mundo entero como si este hubiese sido suyo desde siempre. ¿No era eso hermoso? Lo versátil y maravilloso que llegaba a ser.



Lo bello..., lo descarado, lo directo.



Tan Suki.



Tan Yoongi...



Y todo aquello que le gustaba, en una sola persona.



Kiss and make up [ Sujin ] [ Jinsu ] OxODonde viven las historias. Descúbrelo ahora